Para analistas, el TLC entre UE y Mercosur no aportará mucho a la mayor inserción de Brasil

Sostienen que si el país no quiere quedar aislado debe apuntar a los acuerdos del Transatlántico (TTIP) y Transpacífico (TPP) que son los que definirán el nuevo comercio mundial

El encaminamiento de la propuesta que el Mercosur presentará a la Unión Europea (UE) deshizo la parálisis que mantenía Brasil con respecto a la búsqueda de acuerdos relevantes en el comercio exterior. Sin embargo, la buena noticia llegó con un escenario externo en el que otros acuerdos pueden minimizar los efectos positivos de ese tratado.
Según expertos del sector presentes en un seminario realizado la semana pasada en la sede de la Fundación Getulio Vargas (FGV), en San Pablo, el tratado con la UE por sí solo no sería suficiente para aumentar la inserción brasileña en el comercio global.
Actualmente, Estados Unidos lidera las negociaciones del Tratado de Libre Comercio Transpacífico y del Tratado del Transatlántico (TPP y TTIP, en la sigla en inglés), los dos acuerdos más significativos en negociación a nivel mundial.
La investigadora de la FGV, Lia Valls, dijo que el actual escenario es diferente al de la década del 90, cuando se creó el Mercosur. En la década siguiente, la Organización Mundial de Comercio (OMC) ganó fuerza, con las alternativas multilaterales, pero fue algo lento. Desde el punto de vista de la economía política Estados Unidos, al contrario de antes, está intentando recrear un sistema multilateral a partir de esos acuerdos.
En el TPP, doce países están en negociación, incluyendo a Japón, Estados Unidos, Chile, Perú y México. La lista representa 38% del PBI mundial y 24% del comercio exterior global. El TTIP, entre los americanos y la UE, nuclea a 29 países, 46% del PBI mundial y 25% del comercio de bienes y servicios del planeta. Si esos dos acuerdos salen, quién quede afuera terminará aislado y después tendrá que aceptar las nuevas reglas y normas del comercio mundial de una forma o de otra, afirmó Valls.
Las economías que queden fuera del TPP, como la brasileña, perderán espacio en el comercio de bienes y servicios y sentirán la presión negativa en el PBI en función de la reducción de los mercados externos. Ese es el diagnóstico de Barbara Kotschwar, investigadora en el Peterson Institute for International Economics (PIIE), que presentó un estudio indicando que a partir de 2025 año utilizado como base para las proyecciones los países que queden fuera del tratado perderían 0,5% del PBI al año.
Otro factor que fuerza el cambio en la política de comercio exterior es que el Mercosur llegó al grado más alto de interdependencia posible para economías no complementarias, según Ricardo Markwald, director-general de la Fundación Centro de Estudios de Comercio Exterior (Funcex). Después de que el bloque alcanzara su auge en 1999, con 17% de peso en las exportaciones brasileñas y 16% en las importaciones, comercio de Brasil con el bloque, el año pasado, representó 10% de todas las exportaciones y 9% de las importaciones.
La discusión ahora es más sobre las nuevas formas para perfeccionar el régimen existente y no tanto acerca de cómo aumentar el comercio, dijo.
Los principales problemas del Mercosur son hoy la definición de una política automotriz común, la eliminación de las barreras no arancelarias, la efectiva liberalización de los servicios, la compatibilización de medidas sanitarias y estándares técnicos y la institución de un mecanismo para la solución de controversias, según Markwald.
Para Vera Thorstensen, profesora de
la FGV, una política que quiebre el aislamiento de Brasil en acuerdos regionales y bilaterales tendría que figurar en la agenda del próximo gobierno. Es un tema que no va a desaparecer a pesar de un posible acuerdo con los europeos.
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