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Una nueva alerta meteorológica sacude a Estados Unidos: expertos confirman la inminente llegada de una tormenta invernal sin precedentes, potencialmente más destructiva que la "Tormenta del Siglo" de 1993 y el "Snowmageddon" de 2010.

La denominada "tormenta del siglo" impactará especialmente en áreas densamente pobladas como Nueva York, Boston y Filadelfia, donde ya se han encendido las alarmas por el aumento de riesgos y daños.

¿Por qué esta tormenta será peor que las anteriores?

El cambio climático es el principal responsable del aumento de la intensidad de las tormentas, según destacan científicos como Michael E. Mann (Universidad de Pensilvania) y Jennifer Francis (Woodwell Climate Research Center). En sus palabras, la combinación del aire ártico frío y la humedad del Atlántico, junto con el calentamiento del mar, crea un escenario perfecto para tormentas más agresivas y con mayores precipitaciones.

Fuente: Archivo.
Fuente: Archivo.

¿Cuáles serán las zonas más afectadas por la tormenta del siglo?

Aunque la tormenta afectará buena parte del noreste estadounidense, se espera que Nueva York, Boston y Filadelfia sufran los peores embates. Estas ciudades, por su densidad poblacional y cercanía al océano, enfrentan un riesgo mayor de inundaciones, cortes de energía y caos en el transporte.

Los expertos aseguran que las tormentas son menos frecuentes, pero más peligrosas. Un análisis de más de 900 eventos climáticos extremos desde 1940 reveló que la velocidad del viento ha aumentado un 6%, lo que implica un incremento del 20% en su poder destructivo. A su vez, las precipitaciones crecieron un 10%, lo que se traduce en mayores nevadas e inundaciones.

Lejos de ser un evento aislado, esta nueva "tormenta del siglo" es una señal de lo que vendrá. Los especialistas coinciden en que los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes e intensos, y que es urgente adaptar las infraestructuras y planes de emergencia para evitar desastres mayores.

Mientras las tormentas aumentan en potencia y frecuencia, las autoridades y la población deben prepararse para un nuevoparadigma meteorológico que pone en juego la seguridad, la infraestructura y la vida cotidiana en muchas regiones del país.