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Hace casi 250 años, Alexander Hamilton advirtió que la democracia estadounidense corría el riesgo de ser debilitada por sus propios líderes.

En uno de sus textos más visionarios, escribió que el verdadero peligro no vendría de enemigos externos, sino de los intentos del poder político por superar los límites de la ley. Hoy, esa advertencia parece cumplirse bajo el liderazgo de Donald Trump.

Hamilton fue uno de los padres fundadores de Estados Unidos, primer secretario del Tesoro y autor de los Federalist Papers, una serie de ensayos que definieron cómo debía funcionar la nueva república.

En el Federalista Nº 78, explicó que los jueces debían ser los guardianes de la Constitución, incluso cuando sus decisiones fueran impopulares o se enfrentaran a la voluntad del presidente.

¿Qué predijo Alexander Hamilton sobre el futuro de la democracia estadounidense?

Hamilton sostuvo que el poder judicial debía ser completamente independiente del gobierno para evitar abusos. A su juicio, la función de los jueces era proteger la ley cuando los gobernantes intentaran actuar por fuera de los límites constitucionales, aun si contaban con el apoyo popular.

Más de dos siglos después, su predicción parece haber cobrado vida. En medio de los enfrentamientos entre Donald Trump y el sistema judicial, Estados Unidos revive el dilema que Hamilton anticipó: cómo preservar el equilibrio de poder cuando un líder desafía abiertamente las decisiones de los tribunales.

Hamilton sostuvo que el poder judicial debía ser completamente independiente del gobierno para evitar abusos. Foto: Archivo.

¿Por qué su advertencia parece cumplirse con Donald Trump?

Hamilton creía que la independencia judicial era el último freno frente al poder desmedido del Ejecutivo. Esa visión contrasta con los ataques de Trump a los jueces que bloquean sus medidas y con su insistencia en que la voluntad del pueblo debe estar por encima de la ley.

En los últimos meses, varios jueces federales han frenado decisiones presidenciales por considerarlas inconstitucionales. Ante esas resoluciones, Trump acusó a los magistrados de "interferir con la democracia", un argumento que Hamilton ya había refutado en el siglo XVIII.

Según el padre fundador, el deber de los jueces no es complacer a las mayorías, sino proteger las reglas que garantizan la libertad de todos.