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Una nación de la región avanza hacia una posición de posible potencia mundial al consolidar su crecimiento económico y geopolítico, poniendo en alerta a los países que hoy disputan el liderazgo del mundo. El rol activo de este país en los BRICS, sumado a sus apuestas estratégicas en áreas como la energía, la innovación tecnológica y la seguridad alimentaria, está incrementando la inquietud de potencias como Estados Unidos, Rusia y China.

Estas grandes naciones observan cómo este país latinoamericano se orienta a una posición más autónoma dentro del nuevo escenario geopolítico mundial, marcado por los conflictos bélicos y las guerras comerciales.

Brasil y cómo puede convertirse en una potencia mundial

La nación en ascenso que está redefiniendo el equilibrio global es Brasil. Su destacada participación en los BRICS le ha permitido ganar protagonismo en los debates económicos internacionales y ha fortalecido sus vínculos con socios clave.

Brasil se destaca por diversificar alianzas y trabajar en un perfil de autonomía y autosuficiencia frente a las principales potencias mundiales, en un momento bisagra de la economía mundial marcado por las guerras comerciales. Este enfoque lo ha consolidado como un actor con capacidad de incidencia en sectores clave para la economía global.

Brasil se posiciona con autonomía y fortaleza económica en la región latina. Fuente: Archivo
Brasil se posiciona con autonomía y fortaleza económica en la región latina. Fuente: Archivo

El ascenso de Brasil no es solo económico, también se apoya en una estrategia de defensa basada en la autosuficiencia y la innovación tecnológica. El país latinoamericano posee el ejército más grande y mejor financiado de la región y desarrolla su propia tecnología militar.

Entre sus proyectos más ambiciosos se destaca la construcción del primer submarino nuclear de América Latina, el Álvaro Alberto, y la producción de aviones de combate de última generación. Este desarrollo militar y tecnológico sitúa a Brasil como una fuerza capaz de rivalizar con potencias globales.

Para las potencias tradicionales, este crecimiento representa desafíos concretos:

  • Para Estados Unidos y Europa: Es un reto a la tradicional hegemonía occidental. Por otro lado, es un actor clave para la influencia de Estados Unidos en América Latina.
  • Para Rusia y China: Se trata de un posible competidor dentro de sus mismos espacios de cooperación. Brasil es un jugador de peso en los BRICS y otras alianzas económicas donde Rusia y China buscan ser líderes, Brasil supone un importante contrapeso.

Expertos señalan que esta dinámica podría impulsar una cooperación regional más sólida en América Latina, lo que reduciría la dependencia de las potencias tradicionales y posicionaría a la región como un actor más influyente en el mapa internacional.