

La arqueología se encuentra en un proceso de transformación gracias a la inteligencia artificial. Un equipo de científicos de la Universidad Khalifa, ubicada en Abu Dabi, ha implementado esta tecnología para investigar el Rub al-Khali, el desierto más extenso del planeta.
Este vasto territorio alberga los restos de una civilización que data de hace aproximadamente 5,000 años, con descubrimientos significativos en Saruq Al-Hadid. Estos hallazgos son cruciales para comprender la historia de la humanidad.
Los investigadores han desarrollado un algoritmo de IA que ha sido entrenado con datos de este sitio, permitiendo la identificación de otras áreas cercanas que podrían contener vestigios similares. Esta herramienta no solo optimiza la exploración de regiones remotas, sino que también abre nuevas posibilidades para profundizar en el conocimiento del pasado humano.
¿Cuáles son los hallazgos sobre la civilización oculta en el Rub al-Khali?
El algoritmo de IA procesó estas imágenes con notable precisión, identificando estructuras enterradas hasta50 cm bajo la superficie. Este nivel de detalle permitió la creación de modelos 3D, fundamentales para la planificación de futuras excavaciones y para profundizar en el conocimiento de la civilización oculta que habitó la región hace milenios.
El equipo utilizó un radar especial denominado radar de apertura sintética (SAR), que emplea ondas electromagnéticas para penetrar la arena y la vegetación. A diferencia de las imágenes satelitales convencionales, el SAR logra obtener imágenes nítidas incluso en condiciones adversas, como tormentas de arena.

¿De qué manera está revolucionando la IA el campo de la arqueología?
Aunque algunos expertos sugieren usarla con cautela, la tecnología ha demostrado ser útil. Combinando radar SAR y algoritmos de IA, los arqueólogos pueden explorar zonas inaccesibles y obtener resultados precisos sin los altos costos de las excavaciones tradicionales.
La IA no solo se utiliza en el Rub al-Khali, sino también en otros descubrimientos, como nuevospetroglifos de Nazca en Perú. La capacidad de procesar grandes volúmenes de datos rápidamente permite identificar sitios arqueológicos que de otro modo no se habrían encontrado.





