

El cambio de hora en Estados Unidos llegará antes de lo previsto este año. El domingo 2 de noviembre de 2025, a las 2:00 de la madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora, marcando el final del Daylight Saving Time (DST) y el inicio del horario estándar, que se extenderá hasta marzo de 2026.
Este ajuste se hará en todo el país, con excepción de Arizona y Hawaii, los dos estados que no participan del sistema.
¿Por qué se cambia la hora en Estados Unidos?
La práctica del horario de verano comenzó en 1918 con el objetivo de ahorrar energía durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, ha tenido modificaciones y debates permanentes hasta que en 1966 se aprobó la Ley de Uniformidad del Tiempo, que fijó un marco nacional para regular los relojes.

El Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) explica que esta medida busca aprovechar mejor la luz solar por las tardes en los meses cálidos, favoreciendo al comercio, el turismo y las actividades al aire libre.
Debate político y social por el cambio de hora
En los últimos años, el cambio de horario se transformó en un tema de discusión en el Congreso y entre la población.
En 2022, el Senado aprobó la llamada "Ley de Protección del Sol", que proponía mantener el horario de verano de forma permanente. Sin embargo, el proyecto quedó estancado en la Cámara de Representantes. En 2025, se presentó una nueva iniciativa similar, pero todavía no se logró consenso.
Encuestas recientes revelan que más de la mitad de los estadounidenses están cansados de modificar los relojes dos veces al año. El 54% se mostró a favor de eliminar la práctica: el 48% prefiere conservar el horario estándar permanente, mientras que el 24% apoyaría mantener el horario de verano todo el año. Solo un 19% desea continuar con el sistema actual.
Cómo afecta el cambio de hora en 2025
El horario de verano de 2025 comenzó el 9 de marzo, cuando los relojes se adelantaron una hora. Con el ajuste del 2 de noviembre, el país entrará en el horario estándar hasta el 8 de marzo de 2026, fecha del próximo cambio.
Los expertos advierten que este procedimiento puede tener impacto en la salud, el sueño y la productividad, ya que altera la rutina diaria y modifica la cantidad de luz natural en otoño e invierno.






