

Iniciar los trámites correspondientes para acceder a las cuentas bancarias de un ser querido fallecido puede ser una tarea compleja y delicada. Según US News, el destino de las mismas depende de factores clave como la existencia de cotitulares, beneficiarios designados o, en su ausencia, la intervención del tribunal sucesorio.
En la práctica, la manera en que se reclaman los fondos varía según el tipo de cuenta y la documentación disponible. Por eso, es fundamental conocer el proceso con anticipación, ya que una gestión adecuada evita demoras, disputas familiares y, en algunos casos, que el dinero quede inactivo y pase al Estado.
¿Qué ocurre con una cuenta bancaria tras el fallecimiento del titular?
Si la cuenta tiene un cotitular, este suele conservar la propiedad bajo el derecho de supervivencia y puede seguir utilizando los fondos. En caso de haber un beneficiario designado, el banco transfiere el dinero directamente a su nombre, siempre que presente el certificado de defunción.

Por su parte, cuando no existen designaciones, la cuenta se congela y pasa al patrimonio del fallecido.
El rol del tribunal sucesorio y los plazos legales
Las cuentas sin cotitulares ni beneficiarios entran en el proceso sucesorio. Allí, un juez supervisa la distribución de los bienes según el testamento o, en su defecto, las leyes vigentes.
Este trámite puede llevar meses y exige que el albacea o administrador designado presente la documentación correspondiente para acceder a los fondos.
Consejos para evitar complicaciones con las cuentas bancarias de familiares fallecidos
Los expertos recomiendan revisar periódicamente las designaciones de beneficiarios, especialmente tras eventos importantes como matrimonios, divorcios o nacimientos.
En este sentido, mantener los registros actualizados garantiza que los recursos lleguen a quienes usted desea y reduce la posibilidad de conflictos legales o que el dinero quede abandonado e ingrese a las arcas estatales.