Industria naval como factor de desarrollo

Se instala nuevamente al estado como vector de decisiones en defensa de los intereses nacionales con visión estratégica y geopolítica

El 12 de septiembre se conmemora un aniversario más de la industria naval argentina que es nuestra madre de industrias. La fecha es en homenaje al ingeniero Horacio Esteverena que puso en marcha el plan más ambicioso de construcciones navales en astilleros argentinos, inspirado en la visión del general Juan Domingo Perón, Manuel Belgrano, y el almirante Storni. Este proyecto efectivamente posibilito el crecimiento de la industria naval argentina con la creación de miles de puestos de trabajo y una justa distribución en términos de la renta industrial, como impacto en el salario de los trabajadores, fortaleciendo el mercado interno. El otro aspecto del proyecto tenía que ver con una visión de un país industrial conectado a una plataforma logística, ferrocarril, puertos, marina mercante, capitalizando todo el potencial de nuestras vías navegables como instrumento de conectividad de nuestros ríos y nuestro mar, integrando a la Argentina fluvial con la marítima desde una lógica de ordenamiento de costos internos para ser competitiva nuestra producción nacional, en el comercio exterior.

La expansión y desarrollo de nuestra marina mercante y de la industria naval a la luz de la historia como consecuencia de esas decisiones políticas, hablan a las claras con datos estadísticos de los enormes beneficios que estos sectores generaron para nuestro país. La destrucción de toda esta plataforma logística también fue consecuencia de decisiones políticas ajenas al interés nacional, instrumentadas por gobiernos militares y gobiernos neoliberales.

En el presente con un mundo sumergido en una de las peores crisis después de la segunda guerra mundial, producida por la pandemia del covid-19 se presenta para nuestro país una oportunidad histórica, merced a esa enorme tarea que viene desarrollando nuestro gobierno en la lucha contra la pandemia protegiendo la salud del pueblo argentino y protegiendo el trabajo de todos y todas, al mismo tiempo ordenando, el desastre heredado por el gobierno neoliberal de Cambiemos.

En el sector, la creación de una empresa estatal para el control de nuestras vías navegables con participación mayoritaria del estado nacional (51%) y el resto de las acciones distribuidas en las provincias con litoral fluvial y el anuncio de la construcción del canal Magdalena, por el gobernador de la provincia de Buenos Aire Axel Kicillof, instala nuevamente al estado como vector de decisiones en defensa de los intereses nacionales con visión estratégica y geopolítica, para resolver una cuestión que para la Argentina es central.

Es clave la administración de un proyecto soberano que devuelva a la Argentina la conciencia fluvial y marítima, columna vertebral para el crecimiento y desarrollo de nuestro país. En la industria naval argentina urge la necesidad imperiosa de resolver dos cuestiones que son fundamentales para su funcionamiento: mercado y financiamiento en nuestro sector.

Capital y trabajo actuamos en forma mancomunada pese a todas las adversidades, construimos escenarios en términos de consolidación de infraestructura, astilleros y talleres a lo largo de nuestro litoral fluvial y marítimo con inmejorables profesionalidad de trabajadores, técnicos, empresarios. Son profesionales que generan una sinergia y una matriz que está a la altura de las circunstancias para resolver técnica y productivamente un plan de construcciones navales para la defensa, la pesca, off shore y unidades fluviales, en astilleros nacionales.

Nunca tan auspicioso como el escenario actual que, a pesar de la tremenda dificultad producida por la pandemia, tenemos la bendición de un gobierno preocupado y ocupado en resolver los problemas actuales y los que recurrentemente a la luz de la historia argentina nos impidieron tener un país previsible y sustentable en el tiempo.

El mejor homenaje que podemos hacer a los hombres que construyeron y soñaron una Argentina, es poner en marcha un plan de construcciones navales en el marco de un consenso entre los astilleros públicos y privados, los armadores nacionales, el estado y los trabajadores, para construir el mercado y las herramientas financieras que necesita nuestra industria.

Las decisiones políticas en el marco de la gestión que viene desarrollando nuestro gobierno a través de sus distintas carteras se empieza a visualizar como muy positiva. Para desarrollar el enorme potencial de la industria naval argentina, solo resta esperar la decisión para poner en marcha el aparato productivo.

Se puede hablar de muchas verdades, de construcción de unidades, miles de puestos de trabajo, pero lo real y efectivo es que, únicamente con la toma de decisiones políticas estratégicas del estado nacional, con un proyecto industrial naval que alimente el trabajo genuino en los astilleros nacionales, podemos renacer como una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

*Secretario General del Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval de la República Argentina.

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