El fracaso de las exportaciones

En 1937 la Argentina exportaba u$s 597,5 millones, y juntos y sumados Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay, u$s 606,4 millones

Durante mis 60 años he observado una y otra vez que nos faltan dólares. También he escuchado y enseñado durante muchos años que la única fuente genuina de ingreso de dólares es la exportación de bienes y servicios, también el ingreso de turistas, pero hoy quiero volver a insistir con las exportaciones.

En el mes de julio publique en este mismo espacio un artículo titulado “Frustrante crecimiento de las exportaciones , dejaba planteado que esta frustración proviene de largo tiempo y hacía una comparación entre Chile y Argentina desde el año 1980 hasta 2018, hoy agrego la información de Brasil.

También decidí ir más atrás, y estos días estuve releyendo algunas partes de un viejo libro que se llama “Una nueva Argentina de Alejandro Bunge y fui mucho más atrás porque este libro presenta estadísticas anteriores al año 1938.

Quiero citar algunos números del libro que nos sirven de base:

En 1937 la Argentina exportaba u$s 597,5 millones, y juntos y sumados Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay u$s 606,4 millones. Seguramente, nuestro país para poder exportar tanto, gozaba de una mejor infraestructura para apoyarlas.

Vías férreas en año 1924: Argentina 37.800 km.  Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay sumaban entre todos 50.580 km. Nosotros transportábamos por tren 48 millones de toneladas al año y todos los demás juntos 32,48 millones. Circulaban en Argentina 125.000 automóviles y en los otros 9 países 89.026, teníamos 157.000 teléfonos y el resto 191.806

En el año 1935 consumíamos 22,1 millones de barriles de petróleo y los 9 países citados 21,7 millones.

Finalmente, en 1930 el PBI medido en dólares constantes de 1990 para Argentina era de u$s 51.360 millones, para Brasil u$s 35.187 y para México u$s 27.787, o sea que, sumados los PBI de Brasil y México, superaban apenas en un 22,6% el nuestro (mejor no hagan comparaciones como estamos hoy).

Planteadas estas estadísticas a modo de ejemplo, podríamos pensar que la Argentina en 80 años, podría haber tenido un resultado bastante diferente al que tenemos actualmente. Hoy nos faltan dólares y nuestra economía está en serias dificultades, nuestras exportaciones no crecieron como nuestros vecinos y nuestro PBI ha quedado pobre frente a Brasil y México y por más que nos duela somos mucho más pobres.

Si las exportaciones argentinas de bienes (sin incluir servicios) hubieran tenido el mismo crecimiento que las chilenas entre los años 1980 y 2018, nosotros podríamos estar exportando aproximadamente u$s 130.000 millones/año y si hubieran crecido como Brasil u$s 96.000 millones/año, quiere decir que mínimamente podríamos estar gozando de un excedente anual de divisas del orden de los u$s 35.000 a u$s 70.000 millones más por año. Esto sin contar los servicios, donde tenemos una oportunidad única a la espera de la Ley del Conocimiento.

Seguramente tendríamos dólares de sobra para pagar nuestras deudas, nuestras importaciones y para abastecer cualquier demanda de ahorro e inversión y hasta tal vez no hubiera sido necesario endeudarnos tanto.

Lo que también he visto durante mis 60 años, es que no hemos tenido una política exportadora, hubiera sido otro el resultado si la hubiéramos tenido, mantenido en el tiempo y hubiese sido eficiente y eficaz (hacer las cosas bien y además las correctas). Todos los Gobiernos han dicho una cosa y han efectuado otra, no han alentado las exportaciones y las han castigado y complicado sistemáticamente con más impuestos, más procesos administrativos complejos (la modernidad no ha llegado, aunque se diga lo contrario) para su ejecución, aumentando los costos logísticos, los tiempos y disminuyendo la productividad.

Hay acciones que nos pueden “salvar “: generando los dólares que tan desesperadamente necesitamos, pero hay que encararlas de una buena vez y sin demoras. No se trata de tal o cual gobierno, se trata de políticas de Estado y acciones que transciendan y superen los intereses o posturas particulares y las barreras para ponernos de acuerdo, nadie puede estar en contra de generar riqueza para los habitantes de este país.

La Argentina necesita la “revolución de las exportaciones es tal vez la única revolución que nos puede sacar de este pozo, generando una revolución de riqueza, que permitirá luego de generada, distribuirla a través de los impuestos para lograr un país más justo. Es imposible distribuir lo que no tenemos.

Alejandro Bunge dijo una vez “Se ha dicho que no es digno de acción directiva quien no es capaz de mirar no sólo el pasado y el presente, sino también cuarenta años adelante . Será difícil sumar en mi caso otros 40 años, pero agrego para que quede claro que la acción directiva incluye a todos los actores públicos y privados que podamos tomar decisiones y poner en marcha las cosas, aun cuando durante nuestras vidas no lleguemos a ver los resultados.

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