Las cápsulas de Marcello

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta?

Los argentinos nos comportamos como adolescentes o tenemos una mente adolescente, es algo que todavía no puedo definir. Cuando digo esto no es que quiera ofender a los muy jóvenes, sino busco una forma amable de definir un comportamiento de país que nos ha llevado a fracasar los últimos 70 años.

Los adolescentes tienen una actitud rebelde, son temerarios, sufren cambios de humor repentino, rechazan cualquier acto que consideren una excentricidad por parte de los adultos y tienden a ser idealistas más que realistas: ¿te suena bien para describirnos?

Nuestras cuentas nacionales, la pobreza, la seguridad y el estado general del país, no están nada bien y es necesario que se hagan grandes cambios -con gradualidad o no- porque gastando de más el mediano-largo plazo no existen.

Pero claro, nos cuesta ser prácticos, ver la realidad y darnos cuenta que estamos "en la lona"; o como adolescentes que somos, parece no importarnos y nos encaprichamos con el ideal, con lo que queremos y nos gustaría, con lo que consideramos justo y no con lo que debe ser o realísticamente adaptarnos a lo posible.

Todos estamos de acuerdo que hay muchos reclamos que son justos, que nos gustaría vivir en un país ideal, que todos tenemos derecho a un montón de cosas; pero alguna vez tenemos que darnos cuenta de la cruda realidad y entender que para satisfacer lo que queremos primero hay que generarlo.

Sólo podemos repartir lo poco que tenemos. El país no puede gastar más de lo que genera, es una cuenta básica que nadie quiere entender, ni los unos ni los otros.

Pienso muy seguido que si alguien como Churchill hubiera dicho en la Argentina "sólo les prometo sangre, sudor y lágrimas, no hubiera durado ni cinco minutos, porque nadie quiere escuchar la verdad, es cosa de adultos.

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