Las cápsulas de Marcello

Castellano inclusivo

Esta reflexión surgió de una conversación entre mis "viejos"compañeros de secundaria del glorioso FM77 y un profesor de música. Casi bromeando el docente sorprendió a todo el grupo diciendo que hablaba con los alumnos en idioma inclusivo (el de la "e"). Enseguida pensé y no me quedó claro quién era el profesor y quienes los adolescentes en su clase, algo bastante común en estos tiempos donde los roles se confunden.

La novedad no es la postura de los alumnos, nosotros en la escuela también practicábamos nuevos idiomas, nuevas palabras. Algunos hablaban jeringoso, otros usaban nuevas palabras inventadas. Una cosa es el idioma que usa la juventud que termina convirtiéndose en una moda y como toda moda es pasajera, y otra cosa son los idiotas adultos que pretenden imponer una forma de hablar que no es legal. Los maestros deben respetar las normas, deben enseñar el idioma legal de la Argentina, que por ahora es el castellano aprobado por la Real Academia Española.

Siempre existió el lunfardo o las palabras de moda que sólo tienen significado para un momento del tiempo o para una generación; para nosotros eran entre otras- : cheto, canchero, piola, chapar, joya, pavote, chambon, esa era nuestra jerga. Pero por supuesto, los maestros no escribían esas palabras en el pizarrón para enseñarnos, a veces bromeaban con ellas o incluso las usaban en una charla corriente, pero el pizarrón y la clase eran la academia, era donde se enseñaba lo correcto.

Por lo tanto, dejemos el idioma inclusivo de lado en las escuelas y enseñemos lo que corresponde: el castellano de la real academia con todas sus letras, incluso las "s" y las "h" que tanta falta nos hacen. Los que quieran impulsar el cambio al castellano inclusivo, presenten un proyecto que se vote en el Congreso y si sale aprobado, otro idioma se convertirá en legal y habrá que comenzar a usarlo y enseñarlo en las escuelas. Mientras, hablemos y escribamos como corresponde.

Me olvidaba de pedir por favor que no le faltemos el respeto a autores como Saint Exupéry que ya dejó en claro en su Principito como quería que fuera cuando lo escribió. Dicho sea de paso, me encanta cuando dice: "todas las personas mayores, fueron al principio niños aunque pocas lo recuerdan", a mí me invita a reflexionar que algunos adultos, maestros y profesores nunca dejaron de ser niños y eso los convierte en bufones.

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