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El día que Bill Gates fue derrotado por un código de computadora: cómo ayudó a curar su adicción

Un libro sobre la historia del Buscaminas revela que Bill Gates se había hecho adicto al juego, tanto que debió desinstalarlo de su computadora. Cómo logró dejar de jugarlo de manera compulsiva.

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Existen juegos para computadora que se caracterizan por su mundo inmersivo, su narrativa y la posibilidad de que sus personajes completen tareas de maneras inimaginables. Por otro lado, hay otros tienen una funcionalidad tan sencilla que es casi imposible parar de jugar.

Desde sus inicios, Windows ha ofrecido una serie de juegos que, si bien sencillos, permiten al usuario esparcirse por horas. El juego de cartas Solitario es el que acompañó al sistema operativo (SO) de Microsoft desde su primera edición, ahora expandiéndose a una colección de juegos similares para variar según el gusto. Por otro lado está el Buscaminas, que apareció en la versión 3.0 del SO.

Su modo de juego es tan sencillo que es muy fácil volverse "adicto". De hecho, en su momento, muchas empresas debieron eliminar o restringir la aplicación para que sus empleados no se distraigan. Este problema también era común en Microsoft, pero con la persona menos esperada: Bill Gates.

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La adicción del fundador de Microsoft

Kyle Orland, periodista y autor especializado en videojuegos, escribió un libro entero sobre la historia del Buscaminas. Para la campaña de lanzamiento del mismo, se hizo público uno de los capítulos que cuentan el origen del juego y cómo terminó siendo parte del sistema operativo Windows.

La aplicación apareció por primera vez en 1990, dentro de la red interna de Microsoft. Desde el primer momento, varios empleados adquirieron el hábito de jugar durante todo el tiempo. De hecho, algo que se veía dentro de la tecnológica era que todos los empleados intentaban buscar errores de funcionamiento. El creador del juego, Robert Donner, recuerda que había gente que se quejaba de lo difícil que era el modo experto. "Cuando alguien afirmaba haber encontrado un error, le pedía que me enviara una captura de pantalla y luego tenía que señalar su error lógico", recuerda el programador en una entrevista para el libro.

Bruce Ryan, por entonces director de producto en Microsoft, es quien mencionó la obsesión de Bill Gates por el juego. "Al principio, creo que recibí un correo de Bill diciendo: 'Acabo de resolver el Buscaminas [Principiante] en 10 segundos. ¿Está bien?", recuerda. "Le contesté: 'Sí, 10 segundos está muy bien'. Por lo visto, el hecho de que el récord estuviera muy cerca de donde él estaba le llevó a convertirlo en su misión".

Sin embargo, Gates llegó a obsesionarse tanto con el juego que lo eliminó de su propia máquina. "Un domingo por la tarde recibimos un correo electrónico de Bill que decía: 'Creo que acabo de conseguir una nueva puntuación máxima. Está en la máquina del despacho de Mike Hallman', entonces presidente de Microsoft".

"Era a primera hora de la tarde", cuenta Ryan. "Así que fuimos allí, a las siete de la noche. [Hallman] era un antiguo ejecutivo de Boeing, y no era un tipo con mucho sentido del humor, así que, la idea de que Bill estuviera sentado allí después del trabajo, entrando en el despacho del presidente para poder jugar al Buscaminas, era una imagen extraña".

Si bien la afición de Gates por el Buscaminas es conocida desde principios de los 90, el libro de Orland desvela es la profundidad casi obsesiva que había alcanzado. Fue Melinda French Gates, la ahora ex-esposa del multimillonario, quien le pidió al director de producto que hiciera "un favor a la empresa": "Por favor, no compartas con Bill avances en el disco del Buscaminas".

Según indica Ryan, Gates estaba jugando demasiado y French estaba preocupada por eso. "Bill tiene que tomar muchas decisiones importantes y esto no debería quitarle tiempo", le indicó la mujer en confidencia

Cómo se resolvió

El final de esta historia es bastante sorprendente. Ryan decidió que, en lugar de quedarse con las puntuaciones más altas de Gates, buscaría la forma de establecer una imbatible. Para eso utilizó el programa Windows Macro Recorder para hacer clic automáticamente en una esquina de una nueva partida de Buscaminas y empezar otra nueva. La idea era que en una determinada disposición aleatoria en la que todas las minas estaban en la esquina inferior derecha, esta macro "limpiaría toda la pantalla en uno o cero segundos". Sólo tendrías que jugar como un trillón de veces para hacer esto".

"Así que la puse ahí y luego me fui a un día de reuniones", indicó Ryan, "y cuatro horas después había ganado [en un segundo] mientras yo no estaba. Me sentí muy eficiente por haberlo hecho mientras ni siquiera estaba en la oficina".

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El director de producto envió una captura de pantalla del nuevo récord a Gates, escribiendo: "Lo siento, tu récord de cinco segundos ha sido eclipsado permanentemente porque no creo que puedas batirlo en un segundo". La respuesta de Gates tenía por asunto "Presidente desplazado" y explicaba al personal que había puesto en bucle que la macro de Ryan había batido irrevocablemente su récord del Buscaminas.

"Mis habilidades críticas están siendo desplazadas por un ordenador", escribió Gates, según recuerda Ryan. "Esto de la tecnología está yendo demasiado lejos. Cuando las máquinas pueden hacer las cosas más rápido que las personas, ¿cómo podemos conservar nuestra dignidad humana?".

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