Especial Green Companies

La nueva agenda verde de las empresas: ¿se cumplirá el acuerdo de los u$s 100.000 M?

La COP27 realizada en Egipto logró un acuerdo de compensación de daños que colaborará con los países menos desarrollados. Ahora el desafío es llevar a la práctica las acciones que involucren concretamente a empresas, gobiernos y público en general.

En esta noticia

El cambio climático es democrático, afecta a todos. Pero se vivencia muy distinto cuando no se cuentan con los recursos para mitigar y genera nuevas prácticas. Por eso cada año la Conferencia de las Partes (COP) pone sobre la agenda global la necesidad de frenar el aumento sostenido de emisiones de CO2 y el consecuente aumento de temperatura del planeta.

En noviembre pasado la COP27 abordó la diferencia sustancial de recursos con los que cuenta cada región y el resultado fue la creación de un fondo de "pérdidas y daños" para los países vulnerables. Se trata de una decisión que refuerza la intención de los países de impulsar el apoyo al financiamiento, la tecnología y la creación de capacidades que necesitan los países en desarrollo.

Sin embargo, la creación de este fondo, que para muchos marca un importante punto de avance, dejó el interrogante acerca del cómo se implementará. Teniendo en cuenta que el objetivo de las Partes que son países desarrollados de movilizar conjuntamente US$ 100.000 millones al año para 2020 aún no se cumplió, se instó a los países desarrollados a comprometerse, además de a los bancos multilaterales de desarrollo y a las instituciones financieras internacionales que movilizan el financiamiento para el clima. ¿Es suficiente la COP para crear una conciencia colectiva y lograr un "nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre la financiación del clima" para 2024?

Para algunos analistas, todavía falta mucho camino por recorrer. "Creo que la importancia de la COP todavía no está visible", sentencia Marcelo Corti, director de GEO, el Centro de Desarrollo sustentable de la UBA y detalla que "la COP dejó de ser el lugar de negociación de países, de hecho la última que destacamos como importante fue la de 2015, porque se llegó al Acuerdo de París, un acuerdo que finalmente nunca se cumplió".

El ruido y la atención que despierta la COP cada año se diluyen rápidamente y termina pasando desapercibido y este es, según el analista, uno de los puntos que hacen que, a la larga, los acuerdos terminen diluyéndose en el tiempo. 

Uno de los caminos adoptados por las empresas es la transición hacia energías renovables.

Por eso, plantea Corti, el involucramiento de las empresas y organizaciones debe pasar por otro lugar: "Creo que las empresas globales empiezan a incorporar el cambio climático a su perspectiva porque ven que hay una necesidad y una demanda del mercado. En la medida en que las empresas vean esto, será más propicio que evolucionen. El pulso de las empresas no pasa por un evento, sino que se da a partir de los mercados, más allá de ciertas regulaciones o ciertos acuerdos internacionales (que tardan mucho en decantar) lo que las mueve son las dinámicas del mercado en sí mismo".

En línea con este razonamiento, Alejandro Sáez Reale, coordinador Sr. del Programa de Ciudades de CIPPEC, explica que los efectos inmediatos del cambio climático afectan la rentabilidad en una gama amplia de industrias y sectores económicos, y por tanto la competitividad en el mediano y largo plazo, generando una toma de conciencia directamente relacionada a lo financiero, que obliga a las empresas a replantearse su accionar. 

Si no es por conciencia colectiva, al menos será por necesidad de mercado. "Las olas de calor, por ejemplo afectan el comercio de proximidad. Un informe del gobierno de la ciudad de Atenas mostró que por cada 1°C de aumento en la temperatura ambiente por encima de 36°C, las ventas minoristas pueden caer hasta un 10 por ciento. Eso es menos facturación para las empresas y menos recaudación mediante impuestos para los gobiernos", ejemplifica Sáez Reale y agrega que además hay industrias enteras en riesgo severo: "Europa está atravesando una ola de calor durante invierno y muchos centros de esquí no tienen suficiente nieve, anunciando lo que puede ser el fin de una industria, con pérdidas de empleo directo e indirecto. El calor también impacta en la productividad laboral".

Un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mostró que el calor excesivo durante las horas de trabajo limita las capacidades físicas de los trabajadores, genera riesgos para la salud ocupacional y reduce drásticamente la productividad de la fuerza laboral. "Los empleos en actividades como la producción agrícola, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y el turismo están especialmente en riesgo mientras son, al mismo tiempo, los principales sectores económicos de países como el nuestro", remarca el especialista.

Las empresas de todos los sectores vienen adecuando en los últimos años sus procesos productivos, algunas impulsadas por lineamientos internacionales, otras producto de un compromiso local para con sus ecosistema y comunidades cercanas. Lo importante a avanzar en la revisión de temas como la prohibición de plásticos de un solo uso, huella hídrica y energética, productos libres de combustibles fósiles en su cadena productiva, entre otros. 

"Las empresas que comiencen antes un proceso de mejora productiva en términos ambientales estarán mejor paradas a la hora de afrontar legislaciones más estrictas o impactos climáticos más severos. También las que desarrollen productos y servicios que apunten directamente a solucionar los problemas asociados al cambio climático", resalta Sáez Reale.

La sequía se vive en primera persona en Argentina.

Está claro que el cambio climático suma incertidumbre a un presente ya incierto en lo político-económico. "Gestionar el riesgo asociado a los distintos tipos de impactos climáticos es una herramienta muy útil tanto para empresas como para gobiernos locales y organizaciones en general. Permite identificar las áreas de mayor vulnerabilidad para luego trabajar en ello y mejorar la resiliencia", apuntan desde CIPPEC.

El agua en primer plano

"La COP27 significó un momento bisagra para nuestro sector, ya que por primera vez en su historia ha incluido al agua dentro de las conclusiones y recomendaciones del documento final", remarca Gonzalo Meschengieser, gerente de Relaciones Internacionales de AySA. "En ese sentido será el puntapié para que todas las políticas e intervenciones destinadas a la mitigación y adaptación al cambio climático tengan en cuenta el rol fundamental que tiene el agua en todas sus formas". 

Malena Galmarini, presidenta de AySA, manifestó su compromiso en el cumplimiento de estas pautas. "Si bien la responsabilidad de la empresa está vinculada a la provisión de agua potable y los servicios de saneamiento, en los últimos años ha realizado esfuerzos adicionales en materia de puesta en marcha de sistemas de economía circular, control ambiental, emisión de bonos de carbono y medición de huella hídrica, por citar algunos ejemplos".

Además, detallan desde la empresa, a raíz de la COP27 también modelaron la rendición de cuentas de las empresas, la "activación" de la ciudadanía en el uso racional de los recursos naturales, la atracción de fondos multilaterales vinculados al medio ambiente (Sistema Riachuelo como emblema de estas políticas) y la puesta en funcionamiento de sistemas de alerta temprana (Red de monitoreo de la Cuenca del Paraná), entre otras iniciativas.

"Si bien Argentina no es de los países más afectados por las contingencias climáticas, y menos el área de la concesión de la empresa, estamos ante una situación de vulnerabilidad. La hemos padecido con la última bajante del Paraná en 2022, la peor en más de 70 años. Y si la creación de Fondo impulsado por la COP27 se llegara a concretar, es muy probable que AySA pueda ser ejecutora de los proyectos a nivel nacional y regional. Por la capacidad instalada, la escala de sus operaciones y su capital humano", aporta Meschengieser.

Compromiso como eje del negocio

Bajar el consumo de agua y energía es una necesidad que compromete especialmente al sector de la construcción. Si bien muchas empresas ya están encaminadas a optimizar sus procesos, otras nacen para aportar al mercado una nueva manera de hacer las cosas. Es el caso de Barbieri Argentina, la compañía de construcción en seco.

Energía solar, la apuesta de muchos.

Juan Francisco Barbieri, gerente de Innovación y Sustentabilidad, explica que tienen una estrategia de sustentabilidad alineada a los ODS, y a partir de eso repensaron su responsabilidad extendida para con la comunidad. En este sentido, detalla: "La COP27 nos interpela porque nos pone como un actor con responsabilidad. Sabemos que el 20 por ciento de los gases invernadero provienen de la construcción, por eso entendemos que pertenecemos a un sector con mucha responsabilidad".

Barbieri está presentando este año su plan Habitar 2030, que busca repensar la industria de la construcción para que sea sostenible, con objetivos concretos basados en tres ejes: materiales, energía y análisis de ciclo de vida. "Nos referimos específicamente a residuos, materiales y circularidad. 

El steel frame potencialmente es circular y es importante hablar de esto para comprometernos con los circuitos. En lo que refiere a energía, nos comprometimos a lograr una reducción del consumo del 15 por ciento para 2030 y transicionar hacia energías limpias", detalla el representante de esta empresa que hace un mes logró comenzar a abastecer el 45 por ciento de su consumo energético con energía limpia proveniente de paneles solares instalados en todos los techos de la planta de Burzaco, inyectando el excedente a la red.

Circularidad y alianzas

El acuerdo firmado en la COP27 habla de compromiso conjunto y de objetivos comunes, y esto es algo que las empresas que trabajan desde hace años en sustentabilidad conocen muy de cerca.

"El enfoque de la sustentabilidad es totalmente sistémico, el ODS 17 implica que se elaboren alianzas para impulsar la sustentabilidad. Y esto es algo que venimos sosteniendo desde el vamos, porque sabemos que desde la construcción tenemos una responsabilidad fuerte por la integración social y el déficit habitacional", explica Barbieri y agrega que "en este momento hay más conciencia sobre energía y los planes de inyectar a la red, sobre todo con la nueva Ley de generación distribuida".

Además, la circularidad y las alianzas con clientes y organizaciones sociales que trabajan en territorio distintos refuerzan cada iniciativa para que logre más impacto. Así, por ejemplo, Cervecería y Maltería Quilmes trabaja articuladamente en proyectos que convocan a otras organizaciones que unen sus esfuerzos con similares objetivos. "A través de la Alianza Argentina por la Acción Climática de la que somos parte, se presentó en la última COP un caso de eficiencia energética y energías renovables en puntos de venta. Lo interesante de la Alianza es el modelo de sinergia en el que distintos actores comparten un mismo objetivo", comparte Vanesa Vázquez, gerenta de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad.

Las noticias de inundaciones a lo largo del 2022 se replicaron en el mundo.

"Desde 2018 la alianza está conformada por un grupo de instituciones que representan distintos sectores de la sociedad civil: agricultura, sector privado, municipios de todo el país, la provincia de Santa Fe, ONG y universidades con el objetivo de reducir el consumo energético de los puntos de venta". Hasta ahora, la iniciativa generó un diagnóstico de oportunidades de mejora. Los próximos pasos serán elaborar un manual de buenas prácticas de eficiencia energética para PyMEs, un ciclo de capacitación y un sistema de monitoreo de su implementación y resultados medibles.

Acción y revisión constante

"La COP17 llegó a un consenso (al menos teórico) referido a que los países altamente industrializados deberían hacer pagos a los países que experimentan los impactos de forma directa. La discusión es acalorada y hasta hay borradores de documentos con acuerdos para obligar a determinados países a dar asistencia permanente a otros. El Banco Mundial calcula que alrededor de 1,7 por ciento del PIB se pierde cada año por causa de los desastres relacionados con el clima en América latina", explica Carlos Rozen, socio de BDO Argentina en el área de GRC Governance, Risk & Compliance.

El ejecutivo remarca que hay que hacer algo, y ese "hacer" implica comprometerse con objetivos de compleja implementación. Esto quiere decir que "la acción humana, sus intereses personalistas, la estrecha visión cortoplacista a la hora de invertir, la velocidad de la industrialización y la concentración de las poblaciones megaciudades, son las causas ‘macro' que producen las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay algo más nocivo todavía: la falta de liderazgos".

Por eso BDO apunta sus esfuerzos a crear nuevos líderes que colaboren con el cambio de paradigma. "Tenemos la claridad respecto de hacia dónde vamos y estamos avanzados en la ideación de mecanismos de compensación de la huella producida", remarca Rozen y comenta que "la COP27 cobró especial importancia porque los más de 40 países que forman parte de esta iniciativa se han comprometido de manera ambiciosa a mejorar las condiciones climáticas mediante objetivos concretos. Comprender que, según lo declarado en abril de 2022 por los integrantes de este grupo internacional, quedarían tres años para que el cambio climático no genere daños irreversibles".

Qué esperar de los grandes jugadores

Aún está por verse cómo se implementa el fondo de compensación de pérdidas y daños y, algo importante también, quién lo financia y cómo se distribuirá. "Seguramente estas definiciones lleven tiempo, pero más allá eso, es indispensable comenzar a dar discusiones de fondo sobre cómo transicionar hacia modelos comerciales con el mejor impacto ambiental posible. Promover genuinamente la sostenibilidad productiva y adaptarse a este futuro climático se ha vuelto un asunto de rentabilidad y también de supervivencia", resume Sáez Reale de CIPPEC.

Y Corti agrega: "Personalmente no creo que todavía se entienda la lógica de un mundo global que debe asistir a otros países periféricos por haber consumido recursos globales. Sí veo más posible pensar en acuerdos 1 a 1, entre países, entre bloques económicos o regiones, como el de Euroclima+, que asiste a América latina. Los países centrales están todavía invirtiendo puertas adentro y no veo por el momento a EE.UU o a China asumiendo un compromiso global".

La versión original de esta nota se publicó en el número 350 de revista Apertura.

Temas relacionados
Más noticias de Cambio Climático

Las más leídas de Apertura

Las más leídas de Negocios

Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.