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Lanzan el primer vino argentino en botella de aluminio y reutilizable para competir con las latas

Familia Falasco incursiona en las botellas de aluminio. Busca posicionarse en la categoría de vinos dulces. Compite con el rubro de las latas con el clásico Santa Julia. Cuáles son las ventajas y a que precio se consigue en las góndolas

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El grupo Familia Falasco lanzó una nueva botella de aluminio y reutilizable para su marca Chacabuco Wines, en su variedad Chenin Dulce Natural. El producto busca competir con las latas de vinos dulces, a pesar de que es una prestación que todavía no logra afianzarse en el mercado.

Según el último informe del Instituto Nacional Vitivinícola (INV) en 2022 la comercialización de vino en lata cayó un 60% comparado al año anterior. Desde el sector explican que uno de los principales problemas es que al tratarse de aluminio blando suelen pincharse fácilmente.  

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"Queríamos incursionar en un mercado inexistente. No fue fácil porque conseguir los envases demoró más de lo que nos hubiese gustado, pero es un producto estéticamente lindo y que es muy buscado porque son botellas resistentes que permiten reutilizarse", explicó Carlos Díaz director de relaciones institucionales de Falasco Wines.

El lanzamiento del producto estaba previsto para septiembre, pero las complicaciones para conseguir aluminio retrasó los planes. "Salimos al mercado tres meses después. La empresa que nos provee las botellas es la misma que abastece a la categoría de productos de higiene personal", explicó el empresario.

El lanzamiento de Chacabuco implicó un desembolso de más de 250.000 euros, sobre todo en nueva maquinaria. "Hay una fuerte incertidumbre porque somos los primeros en lanzar un producto que no existe, eso hace que se corren innumerables riesgos, muchos más que si te sumas a una tendencia que ya existe", agregó por su parte Díaz.

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Prueba piloto

La marca lanzó en su primera tanda 100.000 botellas al mercado a un precio de comercialización de entre $ 900 y $ 1200. "Es un número que nosotros tuvimos que analizar de dos maneras: si el producto funcionaba, rápidamente podíamos volver a reponer en los puntos de venta. Y si el producto no gustaba, era una cantidad relativamente pequeña para los volúmenes que maneja nuestra fuerza de ventas", dijo el empresario.

La recepción del público fue mejor de lo esperado. "La gente realmente se enganchó con el concepto de reutilización, si pensamos que las botellas para agua que venden en el mercado rondan esos valores, y encima tienes la posibilidad de tomar un Chenin Dulce Natural es un buen negocio", agregó

Desde Familia Falasco que tiene marcas estratégicas como Chacabuco Wines, Conejo Verde y Nampe confirmaron que habrá un nuevo lote esta vez de 200.000 botellas de 500 ml. "Además estamos desarrollando nuevos lanzamientos que se podrán ver en el mercado en un par de meses con un monto de 400.000 botellas", indicó.

PorquÉ el aluminio

Las latas tienen una ventaja: se enfrían más rápido y son ideales para tomar la bebida en una ocasión especial. Ahora, las botellas suman un plus más: "es la medida justa para tomar un Chenin Dulce bien frío y además es reciclable, lo cual genera menor impacto en el planeta a corto plazo", indicó Díaz.

La botella es reutilizable y de diseño

"La marca apunta a un mercado grande y diverso, el consumo se dio mucho en los lugares de veraneo, pero también lo vemos crecer en supermercados, es un packaging muy atractivo, la verdad que nuestro equipo de diseño hizo un trabajo increíble, sobresale por el resto de los productos en góndola, con una imagen innovadora", concluyó sobre el éxito de su lanzamiento.

Desde el lanzamiento de los primeros vinos en lata, de la mano de Santa Julia (Familia Zuccardi) y New Age (Bodegas Bianchi), a fines de 2019, se sumaron más marcas, a tal punto que ya hay 19 etiquetas de nueve empresas diferentes: a esas dos, se agregaron el Grupo Peñaflor, con Dadá; Fecovita, con Dilema; AmBev (Quilmes), con Blasfemia; Viniterra (Grupo Cepas), con Omnium; Bodegas López, con Traful, y Viña Las Perdices, con Chac Chac.

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