"No queremos planes": las trabajadoras que alimentan a 10 millones de personas van por un proyecto de ley
Más de 10 millones de personas dependen de los comedores barriales y comunitarios. Un millón de chicos se saltean una comida al día según Unicef. Un proyecto de ley que se presenta el 8M busca reconocer a las cocineras comunitarias
Las trabajadoras de los comedores barriales tienen, en la mayoría de los casos, trabajos informales y se dedican a las tareas de cuidado de la familia y el hogar. Pero también se encargan de cocinar, gestionar y organizar la comida comunitaria, lo que termina representando una triple jornada laboral.
"Lo que queremos es el reconocimiento para las compañeras que realizan un trabajo comunitario. Es un servicio, pero no es pago", detalla María Claudia "Negra" Albornoz, integrante de La Poderosa y referente del feminismo villero.
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Para esto trabajaron en un proyecto de ley que permite la registración y el reconocimiento monetario del trabajo de las cocineras y auxiliares de los comedores comunitarios. Lo presentarán de la mano de Natalia Zaracho, la diputada cartonera e integrante del Frente Patria Grande.
"Las diferencias entre los que están en la pobreza y los que no depende de lo que comen y cuántas veces comen. La dignidad está en la comida", agrega "la Negra". Según los datos de Unicef, más de un millón de chicos se saltea al menos una de las comidas diarias.
Más demanda en los comedores
En ese marco, "las redes comunitarias en los barrios son las primeras que se activan", explica Albornoz, que pone el ejemplo de un comedor que puede atender a 500 personas, reparte 900 viandas y tiene otras 300 en lista de espera.
Nelly tiene un comedor en Zavaleta. "Creció mucho la cantidad de gente que viene a comer. El Estado envía alimentos secos pero hay demoras", explica sobre el día a día, donde para los frescos sale del bolsillo o se gestionan donaciones.
"Las trabajadoras sociocomunitarias que no son reconocidas por el Estado por el manejo de comedores y el trabajo en redes de cuidado", sostiene. A veces el trabajo comunitario se transforma en cooperativas, un comedor puede ser una rotisería. Por ejemplo, en Soldati, la Poderosa organizó una cooperativa gastronómica llamada "Che qué rico" que puede proveer de comida a empresas o personas que contraten el servicio.
Planes sociales vs. proyecto de ley
El proyecto de ley que se presenta este 8 de marzo, en el marco del día internacional de la mujer, busca el reconocimiento para las cocinas. Un reconocimiento salarial pero también que contemple los riesgos del trabajo (ART) y jubilación.
En los comedores de La Poderosa hay 1700 trabajadores de comedores, en su mayoría mujeres. Según el Registro Nacional de comedores y merenderos (Renacom) del Ministerio de Desarrollo Social hay unos 5000 en todo el país y por cada uno se puede registrar 5 trabajadores.
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Uno de los reclamos de las organizaciones sociales es que se abra el registro para tener datos certeros de cuántos comedores hay en la Argentina. "Hay más de 10 millones de personas comiendo en los comedores populares en la Argentina", dijo Albornoz según las estimaciones de los movimientos.
Sobre los programas sociales, advierte: "Potenciar trabajo es un plan y lo que nosotras queremos es un salario. El reconocimiento salarial es fundamental. Los planes sociales se van achicando por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gasto social se achica y el reconocimiento tiene que pasar por otros lugares", enfatiza la trabajadora comunitaria.
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