La comparación que hizo Alberto Fernández para explicarle el chavismo a Emmanuel Macron
En el último encuentro con su par francés, el mandatario argentino estableció un paralelo con una protesta social iniciada en Francia para explicar la realidad venezolana. Hoy los dos presidentes se verán nuevamente en el Palacio Eliseo. Será el séptimo cara a cara entre ambos.
El presidente Alberto Fernández se alejó del internismo frentetodista. Lo hizo literalmente. Anoche firmó el decreto para extender las sesiones ordinarias y se subió a un chárter de Aerolíneas Argentinas rumbo a París, donde el viernes comenzará la quinta edición del Foro de Paz en la capital francesa.
Alberto Fernández prorrogó las sesiones ordinarias del Congreso
Lo acompañó la primera dama Fabiola Yáñez, la portavoz Gabriela Cerruti, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y la embajadora ante la UNESCO, Marcela Losardo, a su vez ex socia y ex ministra de Justicia al inicio del actual gobierno.
El canciller Santiago Cafiero y la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, se sumarán hoy a la gira. El viaje se extenderá hasta la semana próxima, cuando arranque el G-20 en la ciudad de Bali, en Indonesia. Los albertistas Cafiero y Todesca arribarán a París provenientes de Arabia Saudita.
Aun con esas incorporaciones, se trata de un grupo oficial reducido. La decisión encierra un gesto de austeridad, en contraste con el despliegue realizado en giras anteriores.
ALBERTO FERNÁNDEZ EN PARÍS: CUÁNDO SE REUNIRÁ CON EMMANUEL MACRON
Fernández aterrizó en el aeropuerto Charles de Gaulle hoy pasadas las 14 horas de París. Pocas horas después, será recibido por Emmanuel Macron. El mano a mano se concretará a las 17:45 horas de Francia, es decir, a las 13:45 de la Argentina.
La calificación de "amigo", que Alberto Fernández suele atribuir con extrema facilidad, esta vez se justificará. Macron es el líder europeo con el que el abogado porteño tiene más afinidad. Se encontraron seis veces, hasta la bilateral pautada para hoy, y suelen hablar por teléfono de forma fluida. "Van a todos lados de la mano", ironiza un funcionario albertista.
El feeling va de lo personal a lo estratégico. Fernández intenta replicar, al menos en lo retórico, la agenda ecologista que Macron promueve con mucho énfasis en su país y en foros globales. El peronista además se presenta como un aliado ideológico centrista de Macron en Latinoamérica. Un socio capaz de funcionar como un airbag que evite desbordes y posturas extremas en la región. En concreto, un mediador con gobiernos díscolos, como la Venezuela de Nicolás Maduro.
En los últimos meses, Macron encontró especial interés en la existencia de esa figura para Fernández. Porque el mandatario francés ensaya, desde el inicio de la guerra, un giro conveniente en su relación con el chavismo.
La invasión de Rusia a Ucrania apuró los incentivos de Macron, quien recientemente fue reelecto tras ganar en balotaje contra Marie Le Pen. ¿Motivos del repentino cambio de postura del líder europeo? Se pueden enumerar varios, pero hay uno contante y sonante: la disparada en el precio de los alimentos y, sobre todo, el combustible. Macron había reconocido como presidente legítimo de Venezuela al opositor Juan Guaidó en 2019.
Días atrás, en cambio, el francés se mostró muy amigable con Maduro, jefe de Estado de un país netamente petrolero. Fue en plena cumbre mundial del clima. Ambos se cruzaron en un pasillo del encuentro realizado en Egipto.
La charla de apenas dos minutos fue grabada y difundida por Telesur, la cadena de televisión que creó Hugo Chávez para competir con la BBC y la CNN. En la conversación ambos se refirieron a un proceso de negociación entre el chavismo y la oposición, para celebrar elecciones presidenciales verificables en el 2024.
Maduro invitó a Macron a visitar Caracas. Y aprovechó el cruce para recordarle que Jorge Rodríguez, uno de sus funcionarios más cercanos, estará en el Foro de París sobre la Paz que comenzará mañana. "Puedes hablar con él, con confianza. Oíste, con confianza absoluta", recalcó Maduro, antes de explicarle que Rodríguez es el presidente de la Asamblea Nacional.
El francés añadió que en la cumbre de la Paz participarán el presidente colombiano Gustavo Petro y Alberto Fernández. "Lo vi en la prensa", respondió Maduro, y le aseguró que el evento va a salir bien. "Una vez que esto pase, yo lo voy a llamar", insistió el francés. El opositor venezolano Guaidó enviará un delegado para avanzar en negociaciones con el chavismo, bajo el paraguas del Foro parisino.
ALBERTO FERNÁNDEZ, PROTAGONISTA DE LA RELACIÓN MACRON-MADURO
El diálogo amistoso entre ambos líderes tiene un antecedente. Un capítulo que lo tuvo a Alberto Fernández como protagonista. En mayo pasado, Macron le pidió al jefe de Estado argentino que lo ayudara a comprender el proceso venezolano, denunciado por cometer severas violaciones a los derechos humanos. Fue en una de los seis bilaterales que sostuvieron.
La administración de Maduro es vista como una dictadura por los EE.UU., si bien en los últimos 6 meses Joe Biden también descongeló las relaciones con Venezuela. En el arte de la diplomacia, los intereses pesan mucho más que las simpatías ideológicas. Y nadie es tan enemigo como para, en algún momento, dejar de serlo.
Ante el planteo de Macron, el profesor de derecho penal argentino ensayó un paralelo audaz. "Guaidó no es el presidente legítimo de Venezuela", aclaró de entrada. Y agregó: "Es como si el movimiento de los chalecos amarillos reconocieran a otro presidente". Se refería a la protesta social que paralizó gran parte de Francia, con cortes y fuertes manifestaciones a partir de 2018. El motor del reclamo fue una suba en el precio del combustible.
La guerra en Ucrania terminó por convencer a Macron sobre los matices que se esconden tras el mote de dictadura que arrastra el gobierno de Venezuela.
Pero Macron y Biden no son los únicos que concretaron un giro pragmático. Hubo una contraparte necesaria. Maduro realizó el movimiento en espejo: el sucesor de Chávez también tendió puentes con Joe Biden, mientras desanda el camino del repliegue fronteras adentro. La dolarización lo ayudó para profundizar esa línea.
Dentro de pocas horas, Macron y Fernández concretarán un nuevo mano a mano en el Palacio Eliseo. La cita durará 45 minutos. Será en la víspera al inicio del Foro de Paz de París.
A la noche, Macron organizará una cena de Estado para todos los participantes del evento que hayan arribado a la capital de Francia. Se espera la presencia del colombiano Petro. El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, dejará un mensaje grabado. Ante el reciente balotaje entre Lula y Jair Bolsonaro, Macron hinchó casi sin disimulo por el líder del Partido de los Trabajadores (PT). Y fue uno de los primeros en felicitarlo por la victoria, cuando los bolsonaristas todavía mantenían un silencio tenso.
El Foro de Paz de París se inauguró en 2018, a raíz del centenario del armisticio que selló la Primera Guerra Mundial. Pero la convocatoria fue más que una efeméride sin anclaje en el presente. Se trató de un retruque de Macron al entonces presidente Donald Trump, que desde la Casa Blanca rechazaba cualquier esbozo de multi-lateralismo, empezando por los ámbitos de la ONU y el Acuerdo de París para el Cambio Climático.
La agenda del Foro será amplia. Incluirá debates sobre la guerra en Ucrania, que para Macron ya se extendió más de la cuenta; la inseguridad alimentaria y energética derivada de la invasión rusa; el problema de los migrantes y los refugiados; el calentamiento global; y el clima de polarización que se instala entre el este y el oeste del planeta. En particular, se desarrollarán dos intentos de deshielo geopolítico. Uno estará centrado en Venezuela, a partir del diálogo entre un embajador de Maduro y otro de Guaidó. El segundo será más ambicioso y, por lo tanto, de éxito improbable. Estados Unidos y China contarán con un ámbito para polemizar sobre la seguridad espacial, uno de los capítulos de la disputa entre ambas super-potencias.
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