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Con Lula, ¿Podrá Argentina tener una relación más igualitaria con Brasil?

Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente de Brasil, el flamante presidente electo de Brasil. Las dos versiones son ciertas pero diferentes. Del Lula presidente, de aquel que sorprendió a más de uno y que logró bajo su mandato que Brasil se ubique entre las principales potencias económicas del mundo, al Lula que asumirá el poder el primer día de 2023 seguro que hay diferencias.

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Para la Argentina, Brasil es el principal socio comercial. Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señala que Brasil es el destino principal de las exportaciones de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza y el segundo de Santa Fe, provincias que reúnen el 76% de las exportaciones argentinas.

¿Cambiará algo a partir de ahora? Frente a las complicaciones globales, el dinamismo de la economía brasileña se vuelve central para la Argentina que hoy explica menos del 5% de las importaciones de Brasil, cuando a principios de los 2000 representaba un 12%.

Esta desigualdad se traslada también a la política y al Mercosur. La fuerza y el peso en las negociaciones que adquirió el país más importante del bloque, contrasta con lo que supo ser Argentina. Es decir, mientras que a fines de los '60 la economía de la Argentina era más grande que la brasileña, hoy no sólo la brasileña es la más grande de la región, sino que la economía del Estado de San Pablo es más grande que el PBI argentino.

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Con los datos de septiembre, el déficit comercial bilateral acumula u$s 2185 millones en lo que va del año, cuando en igual período de 2021 había sido de u$s 599 millones; esto significa que se multiplicó casi por cuatro, a partir de importaciones que aumentaron 36% anual y exportaciones que lo hicieron al 19%.

Lejos de revertirse, los analistas reflejan que el rojo comercial bilateral continuará en alza, pudiendo cerrar el 2022 en torno a u$s 2800 millones, sólo 20% por debajo al promedio histórico de u$s 3500 millones que se alcanzó entre 2004-2018.

La Argentina necesita crecer y participar más de la economía brasileña. La brecha entre las importaciones y las exportaciones es solo una muestra más de cómo Brasil, a pesar de sus problemas, creció mientras la Argentina no paró de caer.

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