CRÓNICA DE IDEA 2022

Los secretos del Coloquio: el enojo de Milei con un empresario, la inflación de Larreta y un lema "poco gorila"

Alberto Fernández cerró el Coloquio con un intento de revertir su devaluación. Los almuerzos reservados de Manes, Milei, Bullrich y Lavagna, con preguntas picantes de los empresarios. La inflación de Larreta y el alivio de un CEO.

Javier Milei midió su éxito en selfies. De los 20 empresarios que almorzaron con el diputado libertario en un salón del Sheraton, 16 le pidieron una foto. Se llevaron la postal como un trofeo del que podrán presumir con amigos: una prueba de la comida compartida con el excéntrico economista. ¿Señal de apoyo a la candidatura presidencial de Milei o mera celebración de la bizarrez en la disputa por el poder?

El "León" apuesta por la primera opción. Se los prometió a los ejecutivos que pagaron para escucharlo. "Soy el mejor vehículo para derrotar definitivamente al kirchnerismo". Milei aseguró en el lunch reservado que, en caso de entrar al balotaje, le ganará a Cristina Kirchner por el 70% contra el 30%.

El más escéptico de los empresarios fue una suerte de contrera histórico de Milei. No le pidió selfie y escuchó con recelo el "plan motosierra" que detalló el economista ultra-liberal. Tampoco compró la hoja de ruta mileísta que llevaría a la Argentina a ser potencia mundial dentro de 35 años. Se trata del representante de una empresa que, brindis mediante, festeja el encuentro entre argentinos. A Milei no le importó demasiado. Estaba exultante por el respaldo que había recibido por parte del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Messias. 

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Almuerzo exclusivo: la pregunta picante que le hizo un empresario de Techint a Facundo Manes

En simultáneo, Roberto Lavagna tuvo su mano a mano con los CEOs que viajaron a Mar del Plata. A los 80 años, el ex ministro de Economía se mostró en carrera política, mientras comía lasagna en una sala del hotel.

PATRICIA BULLRICH Y UN ELOGIO DEL CONFLICTO 

Patricia Bullrich fue una de las más requeridas por los empresarios. En otro lunch exclusivo para sponsors de IDEA, la presidenta del PRO dio su receta de tres pasos para domar el tigre de la Argentina. Enumeró una serie de reformas económicas que percibe inevitables (laboral, impositiva y previsional); propuso cambios en el sistema educativo; y remató con su bandera. ¿Cuál? La ley y el orden. Así lo enunció. Y a su vez se presentó como la contracara de Horacio Rodríguez Larreta. "Si el diálogo te estanca y te retrasa los cambios, hay que ir al conflicto", reivindicó.

Ante la consulta sobre cómo se zanjará la interna con el alcalde porteño, La Piba metaforizó: "Yo juego en la cancha que me pongan. Si está embarrada, me pongo tapones altos y listo". Los representantes de Andreani y el HSBC abrieron los ojos ante la advertencia.

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El Coloquio se convirtió en una arena de disputa del PRO. Si la organización le cedió el cierre a Alberto Fernández, la mayoría de los políticos presentes tenía tez amarilla. Asistieron el intendente local Guillermo Montenegro y el de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. También, tres ex ministros de Macri: Dante Sica, Pancho Cabrera y Hernán Lacunza.

Alberto Fernández en IDEA

En la interna actual del partido fundado por Macri, Valenzuela y Lacunza apuestan por Horacio Rodríguez Larreta. Sica, en cambio, por Patricia Bullrich. Montenegro y Cabrera ensayan un delicado equilibrio.

PREGUNTA PICANTE A MANES

Facundo Manes también se sometió al examen empresario. A lo largo de la hora y cuarenta que duró el almuerzo, atajó preguntas variadas. La más picante fue la que le hizo el presidente ejecutivo de Ternium, Martín Berardi. El representante de Techint fue al hueso: "¿Y qué pensás hacer si ganás la elección y sos Presidente?".

Manes dio su visión de país, con eje en las reformas educativas y el desarrollo productivo. Pero además rápidamente le dio pie a Dal Poggetto y Rapetti. Ambos fueron codiciados por Sergio Massa hasta hace unos meses. El tigrense los pretendía para el cargo de viceministro. Pero decidieron apostar por el proyecto de Manes.

Horacio Rodríguez Larreta intuía que la inflación de septiembre iría a la baja. Si bien faltaban unas cinco horas para que se conociera el dato de la suba de precios, el alcalde porteño contaba con un termómetro propio: la inflación porteña

Rapetti le respondió a Berardi que el problema más grave de la Argentina es la inflación. Lo afirmó un par de horas antes de que se conociera la suba de precios de 6,2% en septiembre. Y agregó, en caso de ganar, Manes aplicaría un shock de estabilización. Los economistas que trabajan para Manes descreen de la estrategia que apunta a una baja gradual de la inflación. Y no descartan la necesidad de devaluar.

LA INFLACIÓN Y EL AMOR DE LARRETA

Mientras desayunaba con empresarios pymes en un bar del centro marplatense, Horacio Rodríguez Larreta intuía que la inflación de septiembre iría a la baja. Si bien faltaban unas cinco horas para que se conociera el dato de la suba de precios, el alcalde porteño contaba con un termómetro propio: la inflación porteña. En la Capital, el mes pasado fue de 5,6%, según el relevamiento oficial. "Nunca les podía dar 7%, tal como ellos mismos hicieron circular", comentaban con suspicacia cerca de Rodríguez Larreta. La mala noticia para el Gobierno es que, en lo que va de octubre, en la Ciudad no se registran indicios de una inflación en descenso respecto al 6,2% del mes pasado. Mal augurio, para Sergio Massa.  

El alcalde enamorado compartió un panel con otros gobernadores en el Sheraton de Mar del Plata. Se mostró como presidenciable ante el círculo rojo, revoleando números sobre la estabilidad económica de la Capital. Pero a su paso los rumores se volvían monotemáticos: el blanqueo reciente de su romance con Milagros Maylin, la secretaria de Bienestar Integral y Tercera Edad de la Ciudad.

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Hacía un año que los asesores del alcalde preparaban el momento, frente a ciertas dudas y pudor de Larreta. Finalmente lo concretaron con una nota pautada y gravada previamente con ese único objetivo. La esperanza del larretismo para gobernar la Provincia, Diego Santilli, almorzó en el Puerto marplatense. Hernán Bagliero y Alejandro Adem, CEO y Director de Droguería Del Sud, organizaron una comida en el restaurante Viento en Popa. A Santilli lo escucharon los CEOs Hernan Marengo de Hileret; Maximiliano Leiva de Swiss Medical; Luis Galli de Newsan; Carlos Benzaquen de Solution Group; Gabriel Gruner de Philips; Santos Uribelarrea de MSU; Gaston Pozzoli, del Banco Macro.

EL ALIVIO DE UN CEO

El otro protagonista del Coloquio que se sintió profundamente aliviado fue el presidente de IDEA: Daniel Herrero. El ex CEO de Toyota jugó fuerte en favor de un clima dialoguista para el encuentro. Apostó por un tono acuerdista desde el lema Ceder para Crecer hasta en el perfil de los oradores y los panelistas elegidos. Herrera no sufrió faltazos importantes por parte de los empresarios. Tampoco se concretó el vacío temido frente al speech final de Alberto Fernández.

"Los retó un poco, pero con altura. Además no improvisó. Preparó el discurso y eso se notó. El problema que tiene Alberto es que su palabra se quedó sin fuerza", opinó uno de los (pocos) CEOs que todavía estima al Presidente.

Un gobernador frentetodista hizo un balance del encuentro con una mezcla de optimismo y resignación. "La buena es que tuvo el lema y el tono menos gorila de los últimos años", bromeó el dirigente.

Alberto Fernández en IDEA

El clima general del encuentro apuntó deliberadamente hacia la búsqueda de diálogos y consensos. Una especie de evento bajo el imperativo de la post-grieta.

La búsqueda acuerdista, sin embargo, no logró disimular la enorme devaluación de la palabra presidencial. Tampoco, el desconcierto y la debilidad que muestra el sistema político en conjunto para enfrentar los problemas de la economía argentina, como la inflación desbocada, la falta de dólares y el desempleo en baja pero con salarios depreciados.

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