Opinión

Diferentes miradas favorecen la creatividad y aceleran la innovación

Hablar de diversidad, equidad e inclusión es para mí un tema de interés personal. He tenido la fortuna de desarrollar mi carrera y mi profesión en empresas que potencian a las personas más allá del género, orientación sexual, nacionalidad, entre otros, y es algo que promuevo como profesional en todos los puestos y compañías donde han confiado y confían en mí como líder.

Creo firmemente que un liderazgo inclusivo permite crear entornos confiables donde todos se sienten escuchados y valorados. Y esto no solo trae beneficios en cuanto a la retención y atracción de talento, sino que se traduce en una gran oportunidad para el crecimiento y la innovación.

Un informe sobre el impacto de la diversidad en las organizaciones latinoamericanas, difundido por McKinsey & Company ("Diversity Matters") sostiene que las compañías con un alto grado de diversidad son más saludables, felices y rentables. Afirma que, quienes trabajan en organizaciones donde se percibe un alto compromiso con la diversidad, tienen un 111% más de probabilidad de mostrarse como son en el trabajo, lo que las estimula a participar y a contribuir. Como resultado, las personas que trabajan en estas empresas tienen una mayor predisposición a probar nuevas formas de hacer las cosas, a proponer nuevas ideas, a trabajar colaborativamente e innovar para obtener mejores resultados.

Mi mayor satisfacción como líder es ver lo que sucede cuando las personas pueden aportar su ser auténtico al trabajo. Sabemos que respetar los valores de nuestros colaboradores, sus diferentes experiencias y perspectivas favorecen la creatividad, aceleran la innovación e impulsan mejoras continuas en las organizaciones. Es importante construir una cultura de pertenencia, donde cada persona se sienta libre y escuchada, dedicar tiempo y esfuerzo a promover el bienestar de nuestros equipos de trabajo porque esto empodera a las personas para que cada día puedan dar lo mejor de sí. Fomentar un real intercambio de ideas de donde puedan surgir nuevas miradas que nos permitan alcanzar mejores resultados.

Para acelerar el cambio es importante que todas las organizaciones implementen, como un pilar transversal, políticas concretas y permanentes que fomenten la diversidad, la equidad y la inclusión. Desde ya el escenario latinoamericano es diverso, pero Argentina es uno de los países de la región que ha avanzado mucho en la materia. Una muestra de esto se desprende del último reporte anual de HRC Equidad AR (capítulo argentino de la iniciativa Equidad, impulsada en diversos países de la región por Human Rights Campaign Foundation), donde se destaca que el 80% de las organizaciones ya cuentan con una política de diversidad e inclusión y un 12% está en proceso de formalizarla, solo un 9% respondió no tenerla.

En procesos de selección, por ejemplo, es fundamental que promovamos la inclusión de candidatos mujeres y/o LGBT+. El objetivo es garantizar las mismas oportunidades de ser parte, fomentar la participación genuina de equipos diversos. Romper con el techo de cristal, con las limitaciones al interior de las compañías que dificultan aun hoy la participación efectiva de las mujeres en los lugares de trabajo.

Cada organización, así como las personas que la conforman, deben ser un espejo de la sociedad para entender qué esperan de nosotros nuestros públicos internos y externos. Contar con una visión más amplia y representativa nos permite ser más eficientes y, en el caso de la industria farmacéutica, por ejemplo, entender de forma más integral a la comunidad de pacientes, abordar mejor sus necesidades, potenciar el descubrimiento y desarrollo de medicamentos innovadores que pueden contribuir con los avances médicos del mañana y cambiar la vida de millones de personas.

Hemos avanzado mucho en los últimos años, pensar en mujeres o LGBT+ en puestos como el que llevo adelante hoy era muy difícil de alcanzar. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer, porque generar espacios inclusivos no es solo un tema de cuotas, sino de generar las condiciones para asegurar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades. Ese es el principal desafío que tenemos por delante como organizaciones y como líderes.

* Astellas es una compañía farmacéutica de origen japonés con más de 126 años de trayectoria. Está dedicada a mejorar la salud de las personas en todo el mundo, a través de la provisión de productos farmacéuticos innovadores, enfocándose en el área de oncología e inmunología.