La "terrible" semana de Donald Trump: los problemas legales del expresidente se están acumulando

La demanda de la fiscal general de Nueva York y la sentencia sobre la investigación de los documentos de Mar-a-Lago se suman a la creciente lista de desafíos legales.

Incluso para un personaje extraordinariamente litigante, muy familiarizado con los juicios y los tribunales, esta ha sido una semana trascendental en materia legal para Donald Trump.

En los últimos días, los defensores del expresidente de los Estados Unidos parecieron desmoronarse en una lucha de alto nivel con el Departamento de Justicia (DoJ, por sus siglas en inglés) sobre su presunto mal manejo de documentos clasificados en su casa de Mar-a-Lago. Mientras tanto, el miércoles, la fiscal general de Nueva York, que lo ha perseguido diligentemente durante años, publicó por fin los frutos de una investigación de casi tres años.

La demanda civil de 222 páginas presentada por Letitia James pretendía ser un desmentido concluyente del mito de la perspicacia empresarial que es fundamental para la marca Trump. Si ella prevalece en los tribunales, el negocio familiar de los Trump puede estar en ruinas.

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"Básicamente, ella está tratando de dar a su negocio la pena de muerte", dijo Michael Bachner, un exfiscal que ahora es un abogado defensor de Nueva York.

La decisión del tribunal de apelaciones de Estados Unidos el miércoles pasado, de permitir que el DoJ continúe su investigación sobre los documentos clasificados incautados por el FBI en la propiedad del expresidente en Florida significa que Trump se enfrenta de nuevo al espectro de una investigación sobre posibles delitos bajo la Ley de Espionaje.

David Alan Sklansky, profesor de la Facultad de Derecho de Stanford, dijo del expresidente: "Ha tenido una semana terrible".

Los últimos movimientos han acumulado presión sobre Trump en un momento en el que ya se enfrentaba a desafíos legales en múltiples frentes: desde una comisión del Congreso que investiga su papel en los disturbios del 6 de enero de 2021, hasta un gran jurado en Georgia que investiga posibles delitos electorales tras la elección de 2020.

También amenazan con poner en peligro el apoyo del electorado republicano de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

La escalada de los problemas legales de Trump representa un cambio brusco en su suerte. Hace apenas unas semanas, el DoJ se enfrentó a una derrota en la investigación de los documentos cuando un juez nombrado por Trump aceptó su pedido de nombrar un "maestro especial" para revisar los archivos incautados, lo que habría retrasado la investigación.

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Sin embargo, el miércoles un tribunal de la Corte de Apelaciones del 11º Circuito -dos de ellos nombrados por Trump- escribió que Estados Unidos "sufriría un daño irreparable" si el DoJ no pudiera acceder a los archivos, 103 de los cuales estaban marcados como clasificados.

Los reveses legales "hacen difícil ver cómo va a proceder en adelante", dijo Carl Tobias, profesor de derecho de la Universidad de Richmond.

En su batalla con el DoJ, el expresidente podría impugnar el último fallo con todos los jueces de la corte. Pero Tobias argumentó que la orden del miércoles y la rapidez con la que se dictó sugieren que es poco probable que sea revocada. "Creo que van a remitirse a los tres jueces que ya han intervenido", dijo.

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Según Sklansky, el fallo y el enfoque del juez especial demuestran que "Trump va a ser tratado como un litigante ordinario". "No se le va a dar un margen especial para retrasar la investigación sólo porque haya sido presidente y tenga muchos apoyos políticos", dijo.

El DoJ y un abogado que representa a Trump no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Mientras tanto, Trump tuvo motivos de alivio en su estado natal, Nueva York, en febrero, cuando los dos fiscales de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, que supervisaban una investigación penal sobre el expresidente y sus negocios familiares, renunciaron.

Pero el miércoles, James lanzó un contundente recordatorio de que Trump y su imperio empresarial siguen en peligro legal, alegando que los Trump se enriquecieron durante años inflando las valoraciones de sus propiedades para conseguir financiación en condiciones ventajosas, y luego desinflándolas para efectos fiscales.

A través de un vocero, Trump negó las acusaciones y calificó la demanda como "un abominable abuso de poder" por parte de una fiscal general demócrata.

El caso de la fiscal general de Nueva York se decidirá en los tribunales. Pero incluso antes de que llegue allí, podría hacer que los posibles prestamistas y socios comerciales se alejen del imperio Trump. "A las instituciones no les suele gustar prestar dinero a empresas cuyo sustento está seriamente amenazado por demandas gubernamentales", dijo Mark Zauderer, un abogado de Nueva York.

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Los casos de valoración suelen ser difíciles de probar, señaló Bachner, pero en este caso muchos de los reclamos de los Trump parecen tan escandalosos que son indefendibles.

Trump, por ejemplo, en 2015 valoró su penhouse en u$s 327 millones, mucho más que cualquier departamento de Manhattan. Fue una exageración de aproximadamente u$s 200 millones, según admitió bajo juramento su exCFO. Según James, se basó en una afirmación falsa de que el departamento era casi tres veces mayor que su tamaño real.

Otro problema para Trump es que se amparó en su derecho a la quinta enmienda contra la autoinculpación cuando fue interrogado por los fiscales. Ese silencio no puede usarse en su contra en un caso penal, pero sí en uno civil como el presentado por James. Los fiscales alegarán que implica culpabilidad, y los jurados pueden interpretarlo así.

"Hay dificultades con el caso [de la fiscal general] pero también hay partes que son muy problemáticas para Trump", concluyó Bachner.

No está claro cómo impactarán los últimos problemas de Trump en los votantes. Cada vez que el expresidente es perseguido por las autoridades, sus partidarios tienden a correr a su lado con renovado vigor. Pero también puede haber signos de fatiga con respecto a Trump: en los últimos meses, la recaudación de fondos para uno de los mayores comités de acción política vinculados a él prácticamente se ha agotado.

Aunque varios candidatos respaldados por Trump han ganado cómodamente las elecciones primarias este año, las últimas batallas pueden afectar a los candidatos republicanos en las elecciones de mitad de mandato de noviembre. Éstas se ven condicionadas por el rechazo de los votantes a la decisión de la mayoría conservadora de la Corte Suprema de los Estados Unidos de anular el caso Roe vs. Wade, la sentencia de 1973 que consagró el derecho constitucional al aborto.

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