La ONU acusó a Maduro y a los jefes de los servicios de inteligencia de Venezuela por crímenes de lesa humanidad
El organismo con sede en Nueva York denunció que el Presidente y otras autoridades de alto nivel planificaron "una maquinaria para reprimir a la disidencia, incluidos actos de tortura y violencia sexual".
La ONU denunció este martes a Nicolás Maduro y a varios jefes de los servicios de inteligencia civil y militar de Venezuela de haber cometido crímenes de lesa humanidad para reprimir a la oposición.
"El presidente Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel (...) fueron los artífices en el diseño, implementación y mantenimiento de una maquinaria para reprimir a la disidencia", señaló la misión internacional de investigación creada por Naciones Unidas para el país caribeño.
En este sentido, el extenso informe que el organismo con sede en Nueva York presentó ante los medios agrega que "el Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y a sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual".
El reporte ahonda en los descubrimientos que esta misma misión expuso en 2020, y ahora se centra en las actividades de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
En el caso del Sebin, el informe señala como responsables al actual director general, Gustavo Enrique González; al director del Helicoide (principal centro de detención) entre 2014 y 2018, Carlos Alberto Calderón; y a su número dos en ese período, Ronny González.
En la Dgcim se menciona al director general Iván Rafael Hernández, y a antiguos responsables de distintos estamentos del organismo: Rafael Antonio Franco, Hannover Esteban Guerrero y Alexander Enrique Granko.
Sin embargo, se precisa que las actuaciones de todos ellos eran el producto de órdenes directas de Maduro y, en el caso del Sebin, también de Diosdado Cabello, su primer vicepresidente.
"Los actos de violencia documentados no fueron realizados por individuos aislados y sin conexión actuando solos dentro del Sebin y la Dgcim. Estas violaciones, que constituyen crímenes de lesa humanidad, fueron parte de una política deliberada del Gobierno para silenciar y sofocar a la oposición", enfatiza el reporte.
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En este sentido la ONU ha documentado los casos de 122 víctimas sometidas a tortura, violencia sexual y a otros tratos inhumanos en los centros de la Dgcim, especialmente en su sede principal en Caracas (conocida como Boleíta) y 51 por parte de agentes del Sebin, en particular en el Helicoide, contra opositores, periodistas, manifestantes y activistas.
"Aunque los casos denunciados pertenecen en su mayoría a los años 2017, 2018 y 2019, las violaciones y los crímenes del Sebin y la Dgcim continúan hasta hoy, manteniéndose las mismas estructuras, patrones y prácticas", añade la misión de Naciones Unidas, dirigida por la jurista Marta Valiñas.
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