Moneda global

El euro sigue debajo del dólar, atento a una recesión continental

Aunque rebota 0,33% este martes, la moneda europea sigue en zona de mínimos en 20 años y debajo de la paridad con el dólar, algo que no había alcanzado desde su creación hasta julio pasado. Hay fuertes temores de recesión en el viejo continente y el mercado ve a una Fed más agresiva que el BCE.

El euro rebota el martes apenas 0,33% pero se mantiene operando por debajo de la paridad contra el dólar. El mercado observa un diferencial en la política monetaria entre EE.UU. y Europa, lo cual refuerza la fortaleza del dólar. Y la debilidad económica en el Viejo Continente empuja a la moneda común a la baja.

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El Euro debajo del dólar

El martes el euro rebotó 0,4% hasta los 0,999 dólares. Es decir, pese a la suba de hoy, la moneda común se sostiene operando debajo de la paridad contra el dólar y continúa tradeando en mínimos de 20 años. 

Esta es la segunda vez que el euro se ubica debajo de la paridad contra el dólar ya que a mediados de julio ya lo había hecho.

La debilidad del euro (que cae 12,2% este año) se contrasta con la fortaleza del dólar.

El dólar índex sube 13,5% este año, su mayor salto anual desde 1984, cuando en aquel año llegó a subir 15%.

La actividad comercial de la zona euro se contrajo por segundo mes consecutivo en agosto y una perspectiva sombría mantuvo al euro a la baja.

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Hay varias cuestiones que explican la debilidad de la moneda común contra el euro. 

Entre ellas se destacan fundamentalmente dos: el diferencial de política monetaria entre la Fed y el Banco Central Europeo y los temores de una recesión en Europa.

LA FED VS. BCE

En ambos lados del Atlántico la inflación se ubica en su mayor valor en 40 años.

Sin embargo, el mercado percibe que existe una divergencia en la agresividad del abordaje monetario entre la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) para frenar esa mayor inflación.

En pocas palabras, el mercado global encuentra a la Fed con un tono más hawkish que el BCE, por lo que tal divergencia se puede apreciar en un fortalecimiento del dólar y un debilitamiento de la moneda común.

Si la Fed va a aplicar política monetaria más agresiva que el BCE, es decir, subir la tasa más fuertemente que su par europeo (tal como viene ocurriendo hasta ahora), entonces los capitales buscan (y buscarán) adelantarse a tal movimiento de tasas, intentando regresar a Wall Street y posicionándose en dólares de manera más agresiva en el futuro.

Con la intención de aprovechar el contexto de tasas más altas, los capitales vuelan hacia los EE.UU., y para hacerlo necesitan dólares.

Por ello es que desarman posiciones en el resto de las monedas y se posicionan en dólares.

Esto implica un debilitamiento del resto de las monedas, como el yuan, la libra esterlina y el euro (entre otras), para pasarse a dólares. Este movimiento masivo explica entre otras cosas, la debilidad del euro y la fortaleza del dólar.

En definitiva, una Fed más hawkish que el BCE está empujando a que el dólar se fortalezca y que el euro se debilite.

El mercado ve que tanto en Europa como en EE.UU. las tasas van a subir, sin embargo espera una agresividad mayor por parte de la Fed respecto del BCE y esto impacta en las monedas, con el dólar para arriba y el euro para abajo.

Robin Brooks, economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), anticipa mayores pérdidas para el euro.

"Se avecinan muchas más caídas del euro. La última vez que el euro intentó caer por debajo de la paridad, hace un mes, ello desencadenó una ola de compras de euros por parte de las empresas europeas con la expectativa de que el euro se recuperaría. Esas compras han sido discontinuas, por lo que habrá menos pensamientos de "reversión a la media" esta vez. El euro va rumbo a operar muy por debajo de la paridad", anticipó.

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Los analistas de Criteria explicaron que el proceso de revalorización del dólar está fuertemente asociado al cambio en la política monetaria de ese país.

Según explican desde la compañía, las tasas más altas de interés hacen que el dólar sea más atractivo para los inversores.

"Desde niveles de 0% a finales del 2021, la tasa de política monetaria ha aumentado hasta la zona de 2,25% a 2,5%, motivando un proceso de vuelo hacia la calidad y fortalecimiento del dólar. En contrapartida, el BCE ha sido más moderado en su ciclo de suba de tasas. Esta institución elevó sus tasas de referencia en 50 puntos básicos, un aumento mayor a lo esperado pero que aún luce pequeño en comparación con la Reserva Federal", comentaron.

Con este movimiento, la tasa de depósito de la entidad vuelve a cero (0%) luego de ocho años en terreno negativo.

Jonatan Kon Oppel, asesor de inversiones en Conosur Investments y Fundador de JKO Finanzas explicó que el dólar se viene fortaleciendo frente a las otras monedas hace casi un año. 

"El mercado espera una desaceleración de la actividad económica o recesión, impulsada además por datos de inflación en el mundo que hacen pensar que los bancos centrales no van a ser agresivos bajando tasas de interés para evitar esto", comentó.

En este sentido, Kon Oppel agregó que "en este contexto, los capitales se mueven a activos de menor riesgo, como los bonos del tesoro norteamericano, donde ya se pueden ver tasas de bonos de largo plazo, menores a las de los bonos del tesoro de corto plazo, y la moneda de reserva global más utilizada, el dólar estadounidense".

Riesgos de recesión en Europa

Si bien los riesgos de recesión están siendo palpables en ambas regiones, en Europa es donde mayor vulnerabilidad encuentra el mercado.

La suba de tasas del Banco Central Europeo para luchar contra la inflación es un factor que empuja a la economía europea hacia una desaceleración económica.

Sin embargo, el factor determinante que provoca el aumento en los riesgos recesivos es el mayor costo de la energía en Europa, combinado con riesgos de insuficiencia de energía durante el próximo invierno que podría hacer caer a Alemania y al resto del continente hacia una recesión.

A partir del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, se desató una elevada incertidumbre en Europa.

El mayor costo de la energía en Europa a raíz de las sanciones a Rusia, complicaron a la moneda común y a las perspectivas de crecimiento económico en Europa, provocando una caída del euro hacia la paridad contra el dólar.

Los precios mayoristas del gas en Gran Bretaña y Holanda aumentaron considerablemente el lunes debido a que la perspectiva de mantenimiento en el principal gasoducto ruso a Europa puso nerviosos a los mercados.

El mercado teme que Europa se quede sin gas durante el próximo invierno y que ello desate una desaceleración económica en Alemania y el Viejo Continente. Ese deterioro en las expectativas provoca una debilidad en el euro.

Las olas de calor en el continente ya han puesto a prueba el suministro de energía y crece la preocupación de que cualquier interrupción durante los meses de invierno pueda ser devastadora para la actividad comercial.

Robbie Boukhoufane, fixed income portfolio manager de Schroders, advirtió que el mercado de divisas ya está descontando un escenario de crecimiento pesimista para Europa.

Además, agregó que si el racionamiento de gas se hace realidad, la tendencia del euro frente al dólar estadounidense será aún menor.

"El camino para que Europa abandone el gas ruso no es sencillo y no hay una solución rápida. La desafortunada realidad es que el presidente Putin tiene muchas de las cartas en términos de la capacidad de Europa para almacenar suficiente gas listo para el invierno", dijo.

En lo que va del año, el euro muestra una baja del 12,4% y de esta manera muestra su peor desempeño anual desde 2005, cuando en aquel año llegó a caer hasta 12,6 por ciento.

Por su parte, los analistas de Criteria explicaron que los crecientes precios de la energía han vaticinado una recesión en Europa desde que comenzó la invasión, un impacto similar a la crisis del petróleo de la década de 1970.

"Europa depende de las importaciones, por lo que es más sensible que EE.UU. a los altos costos de la energía. Los precios persistentemente altos de la energía contraen los ingresos reales, reducen la confianza de las empresas y de los consumidores y, además, incrementan el estrés financiero", comentaron.

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