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Es gurú de la privacidad, inventó el primer dinero digital y hasta un anti-WhatsApp: quién es David Chaum

Fue pionero de la privacidad y el resguardo de los datos en internet. Es considerado el inventor de la primera forma de dinero digital, en la década del 80. Hoy, lidera un proyecto que quiere poner a la privacidad en la agenda.

David Chaum representa la historia viva del dinero digital y las luchas de antaño en los albores de la internet, cuando la red de redes daba sus primeros balbuceos y se debatía cuál sería su futuro. Escuchar hoy al Chaum de 1980 es una experiencia surrealista: lo que dice encaja tanto a su tiempo como a nuestros días con la misma facilidad. En 1982, por caso, Chaum propuso el primer protocolo para que sistemas mutuamente sospechosos puedan generar confianza y operar de manera segura, o en otras palabras, el primer bosquejo de lo que hoy es una blockchain. En 1983, Chaum presentó en conferencia sus aportes al concepto de firma ciega en criptografía, lo que permitió teorizar sobre protocolos de anonimidad y seguridad en las comunicaciones digitales. Este concepto lo llevó, también, a idear un sistema de votación electrónico confiable.

 Con esto a cuestas, para 1990 Chaum lanzó al mercado DigiCash Inc., una empresa para crear servicios de dinero electrónico impulsada y basada en sus propias investigaciones. A partir de esta empresa nació eCash, una versión mejorada de su propio sistema criptográfico de pagos digitales, entre los que se incluían protocolos como la firma ciega. Para 1994, la compañía logró demostrar, por primera vez en el mundo, cómo eCash podía realizar pagos con dinero electrónico a través de computadoras empleando solamente un software.

El equipo original de Digi Cash Inc.

 Hoy, Chaum sigue militando por la privacidad pero desde otro ángulo. A través de su XX Network, busca  ingresar al mercado de la mensajería instantánea. Su XX Messenger es una aplicación encriptada de punta a punta y sin recolección de metadatos que a su vez está montada sobre blockchain y tiene su propio ecosistema de criptomonedas.

 ¿La privacidad es hoy por hoy un valor o perdió su lugar de privilegio entre los ciudadanos? 

En los años 70, cuando empecé a trabajar en proteger la privacidad antes de que exista siquiera internet, la privacidad era más que nada una preocupación pública. Cuando la gente empezó a ver su nombre impreso por computadoras en las cosas que recibía por correo. En los siguientes años esa preocupación se perdió. Pero en los últimos años volvió y emergió al frente del discurso  público, más que nada por las redes sociales y sus escándalos.

Haciendo de abogado del diablo, ¿Cuál sería el problema de que plataformas como Google o Meta tomen parte de mis datos personales a cambio de darme un servicio de manera gratuita? 

Uno de los mayores problemas es que la gente piensa en cosas como "¿quién querría espiarme?" o "yo no tengo nada que esconder" y por eso no se sienten preocupados. Esa posición ya no es sostenible. Primero, porque la inteligencia artificial y el machine learning son usados muy fuertemente por empresas como Google y otros grandes de la tecnología. Se convirtieron en herramientas increíblemente buenas para analizar grandes cantidades de datos y ver patrones difíciles de encontrar, especialmente sobre individuos, porque para eso fueron construidas y optimizadas. Hoy, incluso en aplicaciones que dicen estar encriptadas de punta a punta, suelen ser un honeypot. Snowden ya lo dijo: el gobierno hará "full-take" de los datos, guardarán todo. Usando computación cuántica se desencriptará todo. Todo lo que se guarda hoy será desencriptado mañana. Se gana mucho dinero categorizando y farmeando los datos y la información de cualquier usuario. Ya sea para marketing o para manipular la opinión pública. Por eso desarrollé XX Messenger que ofrece encriptación resistente a la computación cuántica

"Uno de los mayores problemas es que la gente piensa en cosas como ‘¿quién querría espiarme?' o ‘yo no tengo nada que esconder' y por eso no se sienten preocupados. Esa posición ya no es sostenible."

 Pero desde sus comienzos, internet estuvo asociada a los negocios de publicidad. ¿Cuál es la alternativa? 

En realidad hay tres grandes modelos. Por un lado, los relacionados con búsquedas, con el descubrimiento de la información. Google generó un modelo cuasi monopólico y se quedó con ese mercado. Pero también estuvo el modelo de micropagos, que yo implementé para eCash en los años 80. Pero a medida que escalaba la tecnología el costo dejaba de ser insignificante. Meta dio vuelta atrás con los micropagos y se comenzaron a monetizar los datos. Hoy, estamos trabajando en XX Network con un  sistema montado sobre blockchain, donde los usuarios que quieran, por ejemplo, enviar muchos mensajes en XX Messenger pueden pagar con la criptomoneda de la red. Mantenemos la anonimidad y la privacidad. Si el servicio funciona y el precio de la criptomoneda sube también se benefician los nodos descentralizados de la red.

Hubo intentos para que las empresas manejen los datos de otra manera en los últimos años, por ejemplo el GDPR, ¿Cuál es tu evaluación de estos intentos?

Hablo desde hace casi cuatro décadas con gente que cree que las soluciones legales son las únicas soluciones a la privacidad. Toda la gente que se involucra así en esto nunca entendió del todo, creen que la información funciona como en gabinetes de papeles, o archivos en sus computadoras, hasta ahí llega su entendimiento. Eso define el rango de soluciones, de buenas intenciones, que pueden imaginar. Están condenadas a fracasar. La información digital se puede copiar, analizar, diseminar, más rápido y fácil. El GDPR al menos generó una discusión pública al respecto de la privacidad pero su efectividad es muy limitada.

¿Te preocupa el exceso de privacidad que da internet? Por ejemplo, las fake news, los grupos extremistas...

Me preocupa. En esta sociedad de la vigilancia es fundamental que la gente pueda comunicarse de manera privada y anónima. La libertad de expresión es condición necesaria -y diría suficiente- para que exista la democracia. Pero es cierto que participar de la esfera pública con mucho anonimato saca lo peor de la gente, pero no siento que la tecnología que hacemos sea responsable de eso. Es lo mismo que sucede con las criptomonedas o la web3 cuando se usan los fondos de maneras reprochables. En términos de magnitud, además, no vi que se critique a los grandes bancos del Pandora Papers como se critica a los pagos privados en blockchain. 

 ¿Qué pasará con los nuevos sistemas biométricos y la cuestión de la privacidad? 

Hay un algo de privacidad mínima que se tiene que resignar, si las cámaras toman datos biométricos cuando uno va caminando es algo inevitable. Pero es lo mínimo e indispensable que se debe resignar, aunque se está volviendo difícil de prever. Estoy trabajando en áreas que tienen que ver con este tipo de privacidad, pero es muy complejo. Aún no puedo anunciar mucho, pero estoy desarrollando algo llamado "privacidad inalienable", para evitar convertirse en un esclavo digital.

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