Pagos con QR: una solución simple con impacto en la inclusión financiera de millones de personas

A fines de noviembre de 2021 comenzó a regir en nuestro país la interoperabilidad de los códigos QR, un hito fundamental que permitirá llevar a la dinámica de cobros y pagos a otro nivel, comparable con la irrupción en su momento de los cheques, las tarjetas de crédito o las de débito.

La pandemia, y la necesidad de reducir al mínimo el contacto físico, aceleró exponencialmente el uso de esta tecnología. Actualmente sirve para casi todo: desde mirar la carta de un restaurante hasta mostrar nuestro carnet de vacunación contra el Covid.

Es claro que la aceptación de pagos tiene valor en los montos transaccionados (mientras más, mejor) y, por ende, es comprensible el foco inicial puesto en los segmentos de medium y large merchants.

Pero el verdadero desafío está en cómo atraer, atender, encantar y retener a millones de personas que día a día desarrollan sus actividades comerciales en forma independiente y se sienten excluidas por los diferentes actores de los medios de pago.

Originados hace más de dos décadas en la industria automotriz de Japón, pero impulsados como herramienta financiera desde China, los pagos con QR han tenido una realidad particular de aceptación en los países del sudeste asiático. Esto se debió principalmente a la alta tasa de uso de efectivo, la falta de formalidad, la baja tecnología y la ausencia de POS. En la actualidad, este fenómeno parece replicarse en Latinoamérica, y en particular, en nuestro país.

¿Por qué entregar un hardware de alto valor con un costo fijo de alquiler a quien sólo lo usa pocas veces al mes? ¿Por qué subsidiar o regalar dispositivos, con la inversión que implica para las empresas, para aquellos que realmente no lo van a usar? Estas y otras preguntas nos pueden ayudar a encontrarle la vuelta y darle al cliente lo que realmente necesita: cobrar cada vez más rápido, simple y al menor costo posible.

En esa línea, iniciativas como la de Pix en Brasil o Transferencias 3.0 en Argentina facilitan la aceptación de pagos con un simple código QR en forma inmediata en una cuenta virtual o bancaria. Además, permiten recibir pagos de todos los clientes, de cualquier emisor y con costos razonables, mejorando la competencia y jugando un rol fundamental en la inclusión financiera de millones de personas que día a día sueñan con poder vivir de su actividad independiente.

Como fintech, en Naranja X estamos comprometidos e impulsamos la inclusión financiera a través de la oferta de productos, servicios y soluciones para la gestión de las finanzas personales y comerciales de todos nuestros clientes, independientemente de la edad, región o nivel de bancarización que tengan.

El potencial de los pagos con QR es evidente: estamos hablando de una solución que, sólo en sus primeras tres semanas, superó los 50.000 pagos y 786.276 transacciones por un monto de $ 1284 millones en la Argentina. En sólo un mes, las transacciones 3.0 alcanzaron las 2,01 millones de operaciones realizadas.

Finalmente, desde la perspectiva de la política pública, los organismos deben repensar si con las normativas actuales son impulsores, detractores o tienen efecto nulo en la aceptación y uso de los pagos electrónicos que tanto le mejoran la vida a la gente.

El tiempo lo dirá, pero vamos por buen camino.

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