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El desafío de conseguir más dólares para no necesitar gastar más dólares

El contexto internacional se nos vino con más fuerza. El dólar en Brasil subió hasta 5,05 reales, es el producto de la salida de capitales de los países emergentes.

 Hubo una ola que también empezó en China para darle "volumen político" a esta influencia financiera global: la devaluación del yuan en China, producto de la nueva oleada de COVID. 

Este mayor endurecimiento financiero es otro condimento para los enormes desafíos que rodean a la gran batalla argentina por conseguir dólares mientras se acrecientan las dificultades para capturar los dólares de la cosecha gruesa.

A pesar de todo, hay un proceso todavía virtuoso para la Argentina. Es la conjunción de una excepción histórica.

Habitualmente, cada vez que el dólar se fortalece -ayer alcanzó su pico desde 2003- se produce una caída del precio de los commodities.

Por eso en el Banco Central estaban atentos a estos remezones de la suba de tasas que la Fed está encarando en los EE.UU..

La Guerra de Rusia y Ucrania vino en nuestra "ayuda". Sólo brevemente durante la irrupción de la pandemia de COVID en 2020 sucedió lo que ahora.

Los precios de los commodities permanecen en niveles récord a pesar del fortalecimiento del dólar. ¿Por qué? Porque los precios internacionales están impactados por razones reales de oferta y demanda globales.

Rusia paralizó las exportaciones de girasol y aceite, la producción y la exportación de trigo de Ucrania se derrumbó, las dificultades logísticas de suministro de las cadenas globales complica la oferta y suben los precios.

No sólo a nivel de precios del stock.

A pesar de la situación incierta desde la política en la Argentina, muchas multinacionales están evaluando inversiones para abastecer sus cadenas globales en la región. Una vez más, oscilan entre Brasil y la Argentina.

Eso es el justificativo lógico para que el Gobierno esté evaluando opciones para habilitar al sector energético cierto régimen de capital, como anticipó el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Lección aprendida, esos costos seguramente serán compensados con las menores erogaciones por importaciones de energía que deberá costear la Argentina.

También hay mineras en la cola, que dan más impulso a iniciativas dormidas. El costo de los riesgos en el país todavía parece rentable frente a incertidumbre más globales como pueden ser la continuidad de la guerra y sus efectos sobre las cadenas logísticas y de abastecimiento.

Algo similar sucede con los dólares para la industria automotriz. A ellos también podrían elaborarle un régimen para el acceso a los dólares para las importaciones.

En un país normal, en momentos como este los países acuden a organismos como el Fondo Monetario Internacional para equilibrar la balanza de pagos.

Esa bala de plata ya fue jugada. Quedan pocas fichas. Todas tienen costos y pasan por la política, única escala en este viaje.

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