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Registros privados palpitan en abril una inflación en alimentos superior a 8%

El ministro de Economía, Martín Guzmán, explicó que las metas del nuevo programa acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no se van a modificar, tras reunirse con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, en Washington.

El encuentro entre Guzmán y Georgieva se produjo un mes después de que el FMI aprobó la reestructuración de la deuda local y apenas días más tarde de las declaraciones de la funcionaria, quien dijo que le preocupa "la inflación de la Argentina".

"No vamos a cambiar las metas del programa con el FMI", dijo a distintos medios Guzmán tras el encuentro con Georgieva. No obstante, el ministro argentino señaló que debido a los efectos del conflicto armado en Ucrania habrá un cambio en las prioridades, con el énfasis puesto en la "protección social".

En el encuentro se analizó "el contexto internacional y las implicancias de la guerra de Ucrania en el mundo donde el principal problema es la inflación que se está generando, con muchos países que no tenían inflación y ahora están en dos dígitos", agregó Guzmán.

Si bien es cierto que hoy el mundo vive una escalada inflacionaria, con países como Estados Unidos que transita la mayor suba de precios de los últimos 40 años, la situación de la Argentina es particular. No es normal para una economía convivir con inflaciones anuales de 50% o 60%.

Cuando Guzmán habla de "protección social", se refiere a lo que sucede con los que menos tienen.

De acuerdo con los registros diarios del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), con base en información de supermercados, al 18 de abril la inflación de alimentos se ubicó en el 8,2% respecto a 30 días atrás. "Si bien se observa una estabilización del ritmo inflacionario en alimentos tras la brusca disparada iniciada en febrero, todavía los indicios de desaceleración son poco robustos", dice el informe.

Siempre según el IET, a nivel rubro, se observa una leve desaceleración de pan y cereales (que pasó del 18,2% mensual al 31 de marzo al 17,1% al 18 de abril), aceites y grasas (que pasó del 5,9% al 4,7%), infusiones (que pasó del 6,7% al 6,2%) y bebidas alcohólicas (que pasó del 6,8% al 4,9%).

Sí hubo desaceleraciones más marcadas en verduras (que pasó del 9,1% al 3,2%) y pescados (que pasó del 6,5% al 2,3%). Más allá de estas desaceleraciones, la aceleración en carnes (+1,1 p.p), lácteos (+0,9 p.p), frutas (+0,1 p.p), dulces (+0,7 p.p), otros alimentos (+1,1 p.p) y bebidas sin alcohol (+1,4 p.p) impidió una desaceleración global de los alimentos.

"Si bien se observa una estabilización del ritmo inflacionario en alimentos tras la brusca disparada iniciada en febrero, todavía los indicios de desaceleración son poco robustos", afirmó el director del IET, Mariano de Miguel.

Con estos números está claro que la situación es compleja. La inflación en los alimentos castiga a todos, pero más a los que menos tienen ¿Alcanza con los bonos?

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