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Sin defaultear, CABA muestra una deuda que rinde apenas 10,25%, casi sin riesgo

Los mercados locales vienen recuperando terreno con el envión que aporta la recuperación de emergentes, especialmente Brasil. La deuda de CABA no se quedó atrás. En 2020 no entró en default y tras la crisis del 2001, CABA acordó rápidamente con acreedores de la mano de Miguel Pesce.

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No entrar en default tiene sus beneficios: los bonos de la Ciudad de Buenos Aires que vencen en enero del 2027 rinden solamente 10,25% anual en dólares, menos de la mitad de lo que ofrecen de retorno, siempre que cumplan con el pago, los papeles del Gobierno nacional.

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Por ejemplo, el Global 29 emitido por Martín Guzmán al momento del canje del 2020, ofrece 27% de rendimiento contra el 26% anual del GD30.

Defaulteadores seriales

La serie de defaults generados en 2020 salpicó no sólo a la Nación sino también a provincias como Neuquén, Chubut, Jujuy, Mendoza, Entre Ríos, Rio Negro, Córdoba, Salta, Chaco, Buenos Aires y La Rioja.

Buenos Aires y La Rioja fueron los que más demoraron el acuerdo con los bonistas, cerrando el proceso de restructuración en septiembre pasado tras una larga batalla legal con los acreedores.

El distrito que encabeza Horacio Rodríguez Larreta evitó caer en default y mantuvo siempre sin atrasos el pago de los vencimientos de la deuda.

"La Ciudad de Buenos Aires históricamente se negoció con un rendimiento por debajo del que tienen los papeles de la Nación. No tuvo default, tiene un buen track record de pagos y las cuentas fiscales están un poco más ordenadas" dijo a El Cronista Rafael Di Giorno, de Proficio

Agregó que cuando "licitan deuda siempre hay sobredemanda".

Recuerdo financiero

En la crisis del 2001, cuando la Argentina entró en default, la Ciudad de Buenos Aires no pudo eludir el incumplimiento.

En ese momento, el Jefe de Gobierno era Aníbal Ibarra, surgido de la Alianza. Pero de todas maneras, el distrito porteño rápidamente se ocupó de ordenar la situación financiera.

Pertenecer a los mercados internacionales de crédito tiene sus beneficios. Los defaults no son gratis. Y si se cae en cesación de pagos, los litigios son caros.

Quien se encargó de reestructurar la deuda de CABA fue el hoy presidente del BCRA Miguel Pesce.

Rápidamente pudo poner de nuevo a ese distrito en los mercados internacionales de crédito. Incluso, al momento de encargar las presentaciones con la oferta de canje a los bonistas, lo hizo acompañado de legisladores porteños de la entonces oposición.

"Existen varias razones reputacionales por las que la deuda de CABA rinde menos que el soberano", dijo una fuente del gobierno porteño.

Agregó que con "el track record, es un distrito que no defaulteó, tiene baja dependencia de recursos federales, más del 80% del presupuesto se financia con recursos locales, economía diversificada e ingresos per cápita superiores al promedio nacional".

Destacó las razones crediticias como "un perfil de deuda sostenible, vida promedio de la deuda superior a 5,8 años, un mix de monedas balanceado con 60% de moneda extranjera y 40% local, un ratio entre deuda e ingresos inferior sobre 40%, y sin expectativa de exceso de oferta de bonos por parte de la Ciudad".

La lección que se puede obtener de estos comportamientos en la relación con bonistas que cuando se entra en default y luego se realiza una quita (de capital o intereses), no hay demasiado para festejar. 

No es gratis.

Luego, cuando se retoma el endeudamiento en los mercados, se lo hace a una tasa mayor, que en definitiva más que borra las supuestas "ganancias" por las quitas aplicadas. 

El caso Guzmán

En el caso de la reestructuración efectuada por Martín Guzmán en 2020, ni siquiera sirvió para poner a la Argentina como sujeto de crédito internacional, con el riesgo país por encima de los 1700 puntos.

El bono porteño que vence en 2027 tiene escasa liquidez igualmente. La deuda en pesos porteña al 2024 rinde 55% anual con tasa fija. 

Al 2028, ofrece un retorno del 56% anual. La emisión de papeles de CABA aumentó como consecuencia de la embestida del gobierno nacional con el recorte de fondos que se le hizo por la coparticipación.

Ello obligó a CABA a recortar gastos, subir impuestos y aumentar el endeudamiento. En este último caso pudo hacerlo en pesos. 

Pertenecer a los mercados internacionales de crédito tiene sus beneficios. Los defaults no son gratis. Y si se cae en cesación de pagos, los litigios son caros.

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