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Guerra Rusia-Ucrania: ¿alcanza el GNL de Estados Unidos para liberar a Europa de su dependencia del gas de Putin?

Los movimientos destinados a aumentar la compra de GNL por parte de Europa afrontan retos a corto y a largo plazo en términos de infraestructuras y energías renovables.

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La semana pasada, Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron un acuerdo sin precedentes para desvincular a Europa del gas natural ruso. El pacto "innovador", según Joe Biden, privará a Vladimir Putin de la capacidad de "coaccionar y manipular" a los consumidores de energía del continente.

El "plan de acción conjunto" incluye tres pasos. En primer lugar, Estados Unidos ayudará a la Unión Europea a asegurar el suministro de gas natural licuado (GNL) a corto plazo para empezar a reducir su dependencia del gas ruso. En segundo lugar, Europa trabajará "hacia el objetivo de apostar por el mercado de gas estadounidense en 2030. En tercer lugar, Estados Unidos ayudará a Europa a acelerar su transición a las energías limpias, reduciendo así su demanda de gas.

¿Cuánto gas extra ofreció Estados Unidos?

Estados Unidos anunció que intentará facilitar 15.000 millones de metros cúbicos de GNL a la Unión Europea este año, cifra que irá aumentando en los próximos años. Aunque no especificó el origen del gas, señaló que "trabajaría con socios internacionales".

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Rusia exporta actualmente 155.000 millones de metros cúbicos anuales de gas a la Unión Europea.

Aunque la base de los 15.000 millones prometidos no está clara, Estados Unidos envió unos 22.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa en 2021 y ya ha enviado 10.000 millones en el primer trimestre de este año, según Refinitiv. Todo ello en forma de GNL, gas que ha sido condensado para poder ser transportado en un barco.

Una parte del suministro adicional de Estados Unidos procederá de un proyecto de exportación recientemente inaugurado en Luisiana, la planta de Calcasieu Pass. Sin embargo, el mercado ya contaba con este volumen, y las plantas de otros lugares de la costa están funcionando al máximo de su capacidad.

Así que, por el momento, el GNL adicional que llegue a Europa lo hará a precios más altos, ya que habrá que desviar las rutas de los barcos que se dirigían a otros destinos. Esto podría tener un impacto en la factura de los consumidores.

¿Cómo puede Estados Unidos conseguir otros suministros de GNL para Europa?

La mayoría de los contratos de GNL de Estados Unidos no se limitan a un destino concreto. Así que si los precios se mantienen altos en Europa, los transportistas pueden seguir reorientando los cargamentos hacia allí.

Y si la Unión Europea consigue sustituir los aproximadamente 15.000 millones de metros cúbicos de GNL que actualmente importa de Rusia -una cantidad muy inferior de la que se importa a través de los gasoductos- esos cargamentos rusos transportados por mar podrían a su vez dirigirse hacia otros lugares.

Esto también está contemplado en el plan de Biden. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente, explicó que Washington se basaría en una "estrategia de cambio de rutas".

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Sin embargo, los términos comerciales siguen haciendo que este plan resulte complicado.

"Creo que a corto plazo va a ser bastante difícil. Quizá tengan algún tipo de incentivos que inviten a los vendedores a renegociar", reconoció Inosi Nyatta, socio del bufete de abogados Sullivan & Cromwell. Hasta ahora, Estados Unidos se ha apoyado en los gobiernos de los grandes países importadores, como Japón o Corea del Sur, pero también Qatar, que ocupa, junto con Estados Unidos y Australia, el primer lugar entre los exportadores de GNL. Liberar aún más cargamentos "implicará mucha tarea diplomática", admitió un alto funcionario de la administración.

¿Tiene Europa la infraestructura para importar más gas por mar?

Sí, pero no en los puntos adecuados. Europa del Este y Alemania son los que más dependen del gas ruso y la mayor parte de las infraestructuras de regasificación de GNL se encuentran en el sur de Europa.

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Alemania ha propuesto construir nuevas terminales para recibir GNL, o alquilar buques de regasificación que puedan permanecer en alta mar. En cualquier caso, la transición al GNL será costosa y llevará tiempo.

Los inversores en nuevas y costosas terminales de importación necesitarán garantías de que la transición a una energía más limpia no restará valor a estos activos de combustibles fósiles en una década.

¿Qué consecuencias tiene el pacto sobre GNL para los compromisos climáticos de Estados Unidos?

La promoción del GNL por parte de la Casa Blanca ha sido bien recibida por los productores estadounidenses de combustibles fósiles, que incluso antes de la invasión rusa de Ucrania vendían estas exportaciones como una "iniciativa verde" que permitiría a los importadores asiáticos quemar gas natural en lugar de carbón para producir electricidad.

También supone un gran cambio para la Unión Europea, que se mostraba cada vez más hostil al gas incluso antes de la invasión.

"Se trata de un giro de 180 grados con respecto a las anteriores decisiones de compra de la Unión Europea, ya que muchos compradores habían dejado de negociar con los promotores estadounidenses de GNL debido a la preocupación por los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza", declaró Sindre Knutsson, de la consultora Rystad Energy.

¿Y a más largo plazo?

Biden y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, también hablaron de un plan más amplio para que Estados Unidos envíe 50.000 millones de metros cúbicos más de GNL a Europa en 2030.

Esto es factible en los papeles. Según el banco de inversión Cowen, Washington ha aprobado una docena de proyectos de exportación con una capacidad total de 206.000 millones de metros cúbicos al año, aproximadamente el doble de la capacidad actual de Estados Unidos.

Sin embargo, las plantas de GNL cuestan miles de millones de dólares y tardan años en construirse, y nadie espera que los 12 proyectos salgan adelante. Los promotores y sus financiadores suelen exigir contratos con los compradores, algunos de 20 años o más, antes de empezar a invertir en los proyectos.

En su declaración junto a la Casa Blanca, la Comisión Europea anunció que trabajaría para garantizar la demanda de 50.000 millones de metros cúbicos de gas estadounidense, una aparente concesión a las inquietudes de la industria del GNL sobre la demanda futura.

Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses dejaron claro que el objetivo a largo plazo sigue siendo dejar de utilizar combustibles fósiles, incluido el GNL.

"El verdadero camino hacia la seguridad energética pasa por las energías limpias", declaró un alto funcionario de la administración. "La primera parte es acabar con la dependencia de Europa del gas ruso y la segunda parte será que Europa deje de necesitar gas", añadió.

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