Ucrania, la pulgada a más de Biden

En esta noticia

En general, los medios estadounidenses siguen la visión de su gobierno de presentar el conflicto en Ucrania como resultado del comportamiento del líder ruso Vladimir Putin.

Por ejemplo, Carl Bildt en Washington Post explicaba Por qué la apuesta de Putin en Ucrania es una locura, Clifford D. May sostenía Si Putin gana, no solo pierde Ucrania mientras que Timothy Snyder afirmaba que El caso de Putin para invadir Ucrania se basa en agravios falsos y mitos antiguos

También en el New York Times se afirma que Putin señala apertura a la diplomacia mientras culpa a EE.UU. por la crisis, Alexander Vindman Cómo Estados Unidos puede romper el control de Putin sobre Ucrania y Jamie Dettmeren TheVoice of America denuncia que La diplomacia coercitiva de Putin evoca el pasado de la Guerra Fría

Conflicto con Rusia: Ucrania lista para la guerra, declara el estado de emergencia 

En The Economist se indagaba, así, ¿Cuáles, Christina Lu en Foreign Policy revelaba El atolladero de Ucrania de Putin y Michael McFaul proponía Cómo hacer un trato con Putin en Foreign Affairs

Explicar los acontecimientos de esta forma fortalece el enfoque que Putin es un gobernante autocrático belicoso e imperialista, cuyos orígenes surgen en un entendimiento kantiano que Estados Unidos tiene desde su gestación: pueblos de gobiernos no-democráticos están a la merced de las ambiciones de sus líderes autocráticos.

Es por esa razón que EE.UU. entiende que promoviendo el régimen democrático globalmente, está promocionando la paz mundial. El secretario de estado de Estados Unidos Antony Blinken expresó esto claramente al decir sobre Putin que "Su plan desde el principio era invadir Ucrania, controlar a su gente y destruir su democracia, que contrasta con la autocracia que él lidera, para reclamar Ucrania como parte de Rusia."

Un nuevo comienzo bajo moldes occidentales

Tras la desintegración de la Unión Soviética, en Camp David los respectivos mandatarios de Rusia y Estados Unidos, Boris Yeltsin y George W Bush, indicaron que "ya no se consideran adversarios potenciales" y que "trabajarán para eliminar cualquier resto de hostilidad de la Guerra Fría "en el marco de "un compromiso común a la democracia", así como en la creación de una "nueva alianza de socios"

En ese espíritu, también se entendieron en materia militar. A fines de la década de 1980 y principios de la de 1990 firmaron acuerdos sobre misiles de medio y corto alcance (Tratado INF, 1987), así como sobre reducción de armas estratégicas (START I, 1991). 

La OTAN y el Pacto de Varsovia firmaron el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE; 1990). El 1 de julio de 1991, los países del Pacto de Varsovia firmaron un protocolo sobre la terminación total del bloque.

Rusia buscó ser parte de las economías de libre mercado democráticas occidentales. La opinión rusa era que si se integraban en el modelo occidental, la existencia de la OTAN -una organización militar creada para enfrentar a la URSS-ya no tendría sentido. Además, Rusia para acelerar su incorporación a Occidente, adoptó un shock económico neoliberal.

Rusia-Ucrania al borde de la guerra: ¿qué pasó con el gasto militar en el mundo durante la pandemia?

Pero la OTAN no sólo siguió en pie, sino que fue incorporando nuevos países de Europa oriental. Así, los rusos fueron descubriendo que no serían integrados a las instituciones occidentales. Ya en los 90, los propios líderes rusos más adeptos a acercarse a occidente expresaron su malestar. 

En 1993, el canciller de Yeltsin, Andrey Kozyrev , conocido por ser el ministro de Relaciones Exteriores post-soviético más occidentalista y liberal, comentó: "Sería un autoengaño si los occidentales creen que pueden establecer una asociación desigual con Rusia ".

Con una economía que por la receta neoliberal caía violentamente a cada año en los 90 y pasaba a ser dominada por una nueva camada de mafiosos oligarcas una visión anti-occidental acabó tomando cuenta del gobierno ya bajo la presidencia Yeltsin. Este proceso llevaría a consolidar el largo liderazgo actual de Vladimir Putin. 

Sobre la crisis actual en Ucrania, Putin afirmó que "en la década de 1990 nos prometieron que (la OTAN) no se movería ni una pulgada hacia el este. Nos engañaron descaradamente".

Ni una pulgada

EE.UU. desmiente que existieron esas promesas. Más aún, sigue rechazando la exigencia rusa de acabar con su política de ‘puertas abiertas' de la OTAN, lo que significa que Ucrania en cualquier momento podría incorporarse.

En términos concretos a la situación presente en Ucrania, sujetarse a la visión estadounidense que la crisis se debe a las ambiciones del líder autócrata ruso, significa desmerecer cualquier argumento objetivo esgrimido por Putin relacionado a cuestiones de su país. 

Sin embargo, Jordan Michael Smith cita el nuevo libro "Ni una pulgada" de la historiadora M.E. Sarotte, que utiliza archivos sin explorar y documentos desclasificados que afirma prueban definitivamente la veracidad de las palabras de Putin.

Adicionalmente, en 2016, William Perry, secretario de defensa de Bill Clinton de 1994 a 1997, afirmó que su país avanzó en una mala dirección "cuando la OTAN comenzó a expandirse, incorporando naciones de Europa del Este, algunas de ellas fronterizas con Rusia

Conflicto en Ucrania: las dos razones por las que Warren Buffet no invierte en Rusia

En ese momento trabajábamos de cerca con Rusia y estaban empezando a acostumbrarse a la idea de que la OTAN podría ser un amigo en lugar de un enemigo... pero estaban muy incómodos con tener a la OTAN justo en su frontera e hicieron un fuerte pedido que no sigamos adelante con eso".

Perry explicó que el problema no era que no "escuchamos su argumento", sino que la postura de EE.UU. era "¿A quién le importa lo que piensen? Son un poder de tercera categoría". 

Figuras importantes del establishment de seguridad estadounidense también alertaron públicamente que para Rusia, por haber sido objeto de repetidas invasiones en su historia, esa aproximación militar de la OTAN hacia sus fronteras constituía un tema muy sensible. 

Robert Gates ex director de la CIA, criticó haber seguido "adelante con la expansión de la OTAN hacia el este, cuando a Gorbachov y a otros se les hizo creer que eso no sucedería".

En 1995, 20 exfuncionarios de asuntos externos públicamente expresaron su preocupación que la expansión de la OTAN llevaría a "convencer a la mayoría de los rusos de que Estados Unidos y Occidente intentan aislarlos, rodearlos y subordinarlos, en lugar de integrarlos en un nuevo sistema europeo de seguridad colectiva".

Sobre todo, George F. Kennan, "el hombre al que recurrieron la Casa Blanca y el Pentágono cuando buscaban entender a la Unión Soviética", advirtió en 1997 que "expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en la era posterior a la Guerra Fría. Se puede esperar que tal decisión... impulse la política exterior rusa en direcciones que decididamente no son de nuestro agrado".

De Putin a las palabras sabias de Nixon

Fareed Zakaria, reconocido analista de asuntos internacionales, sostuvo el 27 de enero pasado que "Estados Unidos no puede, y no debe, renunciar a la posibilidad de que Ucrania pueda unirse a la OTAN en algún momento en el futuro" en su artículo titulado No todo va a favor de Putin en Ucrania, presentando el conflicto de Ucrania como consecuencia de las ambiciones del líder ruso:"Solo una persona sabe si la crisis de Ucrania conducirá a la guerra, el hombre que la inició: Vladimir Putin".

Zakaria evaluaba que Biden había llevado muy bien el conflicto por haber "reaccionado a la escalada militar de Putin de manera inteligente, con una combinación adecuada de disuasión y diplomacia", además de haber mantenido unidos a los países europeos, proporcionado más armas a Ucrania, puesto a algunas tropas en alerta máxima para indicar una mayor determinación, y señalado las sanciones que Rusia enfrentaría si efectuaba una invasión.

Menos de un mes después, Zakaria indaga ¿Por qué la administración Biden está uniendo a nuestros adversarios?, en la cual, manteniendo la opinión que "la administración Biden ha manejado la crisis de Ucrania de manera inteligente y efectiva", no obstante destaca que "ha puesto de manifiesto un fracaso estratégico mayor, que se extiende más allá de esta administración. 

Una de las reglas centrales de la estrategia es dividir a tus adversarios. Pero, cada vez más, la política exterior estadounidense está haciendo lo contrario".

Conflicto Rusia-Ucrania: las 4 materias primas que faltarán por la guerra inminente

Zakaria se refiere al documento que Rusia y China acaban de afirmar de amistad sin límites. En su opinión, "los dos poderes parecen estar más cerca uno del otro que en cualquier momento en 50 años". 

Lo de 50 años dicho casi matemáticamente, porque se refiere al viaje del 21 de febrero de 1972 que el entonces presidente de EE.UU. Richard Nixon hizo a China para encontrarse con Mao Tse Tung, construyendo una alianza que sería crucial para la caída de la URSS, separando definitivamente a las dos potencias comunistas.

Nixon, en su libro Más allá de la Paz, publicado en 1994, año de su fallecimiento, dejó una recomendación tras el fin de la URSS a los que creían que Rusia no debía ser tratada como una gran potencia:

"Ignoran un hecho desagradable pero innegable. Rusia es la única nación en el mundo con la capacidad de destruir a los Estados Unidos. Solo por esa razón, sigue siendo nuestra máxima prioridad en política exterior".

Temas relacionados
Más noticias de Ucrania
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.