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Sin inversiones y sin mercado de capitales, bajar la inflación es un deseo

La inflación de 3,9% de enero que ayer informó el Indec, y que se convirtió en el número más alto mensual desde abril del año pasado, es otro golpe para una economía que sigue teniendo los precios por las nubes.

Sin embargo, a pesar del panorama, hay algunos números que necesitan un análisis más profundo.

La inflación anual fue en 2021 del 50%. La economía creció al 10% y se emitieron dos billones de pesos. Un año antes, con la economía frenada por la pandemia y la cuarentena, los precios subieron 35%, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó 10% y también se emitieron cerca de dos billones de pesos.

¿Cuál es la lógica? Está claro que no puede ser solo la emisión. Tal vez hay que buscar otras causas en la falta de inversión y en el escaso desarrollo de un mercado de capitales.

Es que sin un mercado de capitales que contemple el excedente de ahorro en pesos, es muy probable que esos ahorros giren hacia la dolarización. Tal situación siempre culmina generando la expectativa de una devaluación, que primero genera la inflación de expectativa y después, si se concreta, el famoso paso a precios.

En este sentido, la suba de tasas que se espera que el Banco Central (BCRA) aplique mañana, no tiene la lógica de atacar la inflación monetaria sino la de garantizar retornos positivos a los ahorros que desalienten la dolarización.

Por las multicausas que general la inflación parece hoy más clave que nunca llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cuando suceda, la vez la Argentina logre destrabar inversiones de las empresas para que amplíen la capacidad instalada. En cualquier economía, si producís más podés cubrir la demanda sin aumentar los precios. Y está claro también, que con más reservas el BCRA puede flexibilizar más el cepo, algo impensado con los dólares de hoy.

Al mismo tiempo, no se puede analizar la inflación de Argentina sin mencionar lo que sucede en el resto del mundo. En Estados Unidos se duplicó la inflación y en Brasil también. En la Argentina pasó lo mismo en términos porcentuales, pero se partió de un piso altísimo.

Lo que sí está claro es que la inflación suele pegar donde más duele. En los que menos tienen. Una muestra de ello es que mientras el índice de precios general subió 3,9%, el rubro de alimentos y bebidas se ubicó nuevamente, como en meses anteriores, por encima del nivel general, con un alza del 4,9%.

El alza del costo de vida trepó al 50,7% interanual, nivel que se mantiene desde junio del año anterior.

El 3,9%, por otro lado, fue el más alto desde el 4,1% de abril último. También se registra una inflación mensual superior al 3% en los últimos nueve meses, con excepción de agosto y noviembre del año anterior, cuando el indicador fue del 2,5%.

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Comentarios

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  • EJT

    Eduardo J. Tir

    16/02/22

    desastre de nota.

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  • EJT

    Eduardo J. Tir

    16/02/22

    una nota de terror. pésima!

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