Jeans sustentables, CEOs verdes, pymes y gobiernos conscientes: tendencias de lo sostenible para 2022

Acostumbrada a ser un fenómeno lateral, la sustentabilidad vive en los últimos años una centralidad que tiende a consolidarse. Por supuesto que todavía hay mucho por hacer y la necesidad de una transformación -urgente frente a las crisis climáticas y sociales a nivel mundial- puede ser más rápida que los avances que se van dando, pero el cambio es claro

En ese sentido, algunas tendencias del incipiente año parecen consolidar este nuevo paradigma.

Sin lugar para los débiles: ahora todo es sustentable

Este año, la moda en Punta del Este no estuvo marcada por un diseñador top o una famosa sino por una premisa: la sustentabilidad. Unos jeans fabricados por un denim sin impacto ambiental fueron la tendencia que llegó de Hollywood y se posicionó en el balneario uruguayo.

El medioambiente marca la agenda portuaria

Aunque la moda con conciencia ambiental o circular no es una novedad, el ejemplo muestra el nivel de impacto que tiene la tendencia a nivel global. De hecho, una de cada cuatro empresas en el mundo ubican a la inversión sostenible como la prioridad para este año. El dato surge de una encuesta realizada a 350 ejecutivos por Oxford Business Group y se corresponde con otros estudios de lo que sucede en Latinoamérica.

Finanzas sostenibles: un oasis verde que genera fondos frescos

Chile creó este año una Oficina de Finanzas Verdes para canalizar inversiones hacia activos verdes que contemplen el cambio climático y bajas emisiones de carbono. Del otro lado del cono sur, Uruguay lanzó en diciembre de 2021 un bono soberano vinculado a metas climáticas.

Aunque esa figura financiera no tendrá un destino previamente determinado, su tasa estará ligada a que el país vecino cumpla con un objetivo ambiental establecido. Básicamente, si es capaz de reducir emisiones, tendrá una tasa más baja.

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Ante las necesidades de financiamiento internacional, las finanzas sostenibles se convirtieron en un nuevo oasis que, de hecho, Argentina sigue intentando aprovechar. Por un lado, en las negociaciones por las deudas internacionales, y, por el otro, para buscar dólares directos en momentos de escasez. El botín es interesante: el registro de 2020 dice que se emitieron unos 16 mil millones de bonos verdes, sociales y sustentables en América Latina.

Los ejecutivos corporativos quieren impactar

La élite de futuros empresarios que se forman en las mejores universidades del mundo pasa por cursos o posgrados vinculados con el triple impacto. Así lo determinó un relevamiento de The New York Times que incluye datos de universidades como Wharton, Duke, Harvard y MIT

De hecho, según el mismo artículo, más de la mitad de los estudiantes de Yale estarían dispuestos a aceptar un sueldo más bajo por trabajar en empresas comprometidas ambientalmente. Evidentemente, los ejecutivos están pensando en el impacto. Y eso va más allá de lo generacional.

Larry Flink, CEO de BlackRock -el fondo de inversiones más grande del mundo- escribió una carta dirigida a los CEOs en la que habló del poder del capitalismo para generar un impacto sostenible positivo. "La mayoría de los stakeholders -desde accionistas hasta empleados, clientes, comunidades y reguladores- ahora esperan que las empresas desempeñen un papel en la descarbonización de la economía global", argumentó.

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Las Pymes no se quedan atrás

Las nuevas generaciones que lideran las Pymes inspiradas por un propósito que trasciende la actividad productiva y económica- buscan profundizar su modelo de negocio con perspectiva de triple impacto (social, ambiental y económico). Buplasa, por ejemplo, es una Empresa B pionera en el desarrollo de soluciones plásticas a partir de material recuperado post industrial y post consumo y en la introducción de aplicaciones de bioplásticos provenientes de fuentes renovables

Otro ejemplo es el de Grupo Mitre, también Empresa B, líder en demolición y obras de infraestructura que genera esquemas de economía circular para recuperar materiales provenientes de la construcción, promoviendo la creación de valor social y ambiental.

Las Pymes se vuelven protagonistas de la tendencia: la consideran una gran oportunidad para crecer y expandirse, accediendo a financiamiento o integrando nuevas cadenas de valor.

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Las empresas ya no dudan pero cambiar no es de un día para el otro

El 86% de las empresas en Latinoamérica cuenta con una estrategia de sustentabilidad, dice un muy alentador dato de un estudio del Institute for Business Value de IBM. En la misma línea, el 72% de las empresas en la región tiene algún tipo de objetivo de reducir emisiones de carbono

¿La mala noticia? Que solo el 37% de las empresas en la región lleva a cabo acciones concretas para alcanzar esos objetivos ambientales. Aunque todos saben hacia dónde ir, no todos tienen claro el cómo.

El desafío es grande y no necesariamente es de un día para el otro. Shell sorprendió este año al anunciar una planta de electrólisis de hidrógeno que estaría lista en 2024. 

La petrolera anunció además que empieza a abrir estaciones de carga para autos eléctricos en donde antes había de combustible tradicional, en pos de reducir un 45% sus emisiones de carbono hacia el 2030 (como le ordenó la Justicia). La transformación, aunque gradual, le llega a todos y esa parece ser la tendencia más importante.

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