2021: el año de la recuperación desequilibrada

Los programas de vacunación han aportado un crecimiento mundial fuerte pero desigual.

Este año se ha producido una recuperación económica mundial inesperadamente fuerte. Hace un año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) preveía un crecimiento económico mundial del 4,2% para 2021, tras un descenso del 4,2% en 2020. Ahora sabe que la contracción en 2020 fue sólo de 3,4%. Sin embargo, incluso después de una recesión menor de la esperada en 2020, el crecimiento de este año se prevé en un 5,6%. La robusta recuperación es bienvenida. Pero también es desigual en muchos aspectos.

La performance más notable en relación con las expectativas de hace un año fue en los países de altos ingresos . Ahora se prevé que la economía de Estados Unidos crezca un 5,6% y la de la eurozona un 5,2% en 2021. Hace un año, se preveía que el crecimiento estadounidense sería sólo de 3,2% este año y el de la zona euro de 3,6%. En total, según el último informe de Perspectivas Económicas, "la producción en la mayoría de los países de la OCDE está ahora cerca o por encima de los niveles anteriores a la pandemia". Sin embargo, "la fuerza de la recuperación aún no ha permitido que la economía mundial se recupere completamente de los efectos de la pandemia".

El rasgo más llamativo de esta recuperación ha sido su desigualdad en múltiples dimensiones: rendimiento relativo de los países más ricos y más pobres, difusión de la vacunación, alcance y características del apoyo de las políticas, comportamiento de los mercados laborales, patrones de demanda sectorial, alcance de las disrrupciones en las cadenas de suministro y escasez de recursos vitales.

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A pesar de la recuperación, la OCDE afirma que a mediados de 2021 la producción mundial seguía estando un 3,5% por debajo de las estimaciones previas a la pandemia. Y lo que es más importante: la pérdida de la producción se ha distribuido de forma desigual, con pérdidas relativamente mayores en las economías emergentes de ingresos medios que en las de ingresos altos, y las mayores pérdidas dándose en los países de ingresos bajos, con efectos terribles para los más pobres del mundo.

El amplio margen de apoyo fiscal y monetario en los países ricos y la divergencia en la vacunación explican estas diferencias. A principios de diciembre, el número de dosis administradas por cada cien personas oscilaba entre las 176 del Reino Unido, y las 140 de Estados Unidos, las 93 de India, y las 5 de Nigeria. Hay que cerrar esta brecha si se quiere reabrir la economía mundial y controlar al Covid.

Los países de ingresos altos no sólo han podido gastar más libremente, sino que lo han hecho de formas divergentes. En los países que gastaron mucho en programas de mantenimiento del empleo, como Alemania y Francia, la participación de la población activa está más o menos donde estaba antes de la pandemia. En los países en los que las ayudas se concentraron en los desempleados, sobre todo en los Estados Unidos, el desempleo es bajo y las vacantes altas, mientras que la participación ha disminuido, ya que muchos trabajadores parecen haber abandonado la población activa.

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La pandemia también ha tenido impactos sectoriales notables, con una demanda relativamente fuerte para la industria manufacturera y una demanda relativamente débil para los servicios presenciales. Esto ha tenido efectos muy diferenciados en la demanda de trabajadores. También ha creado cuellos de botella en las cadenas de suministro, especialmente en la producción de vehículos. También ha surgido escasez de gas, lo que ha provocado grandes saltos en los precios de la electricidad.

La combinación de la escasez con la fuerte presión sobre los mercados laborales también está generando una inflación inesperadamente alta. Jay Powell, recientemente reelegido presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, ha sacado la palabra "transitoria" de su vocabulario. Es probable que la política monetaria se endurezca más rápido de lo que se esperaba hace apenas un mes.

Así pues, a pesar de las buenas noticias, el año 2021 dejará grandes retos, entre ellos la contención de la inflación y el mantenimiento de la demanda. La llegada de la variante Ómicron también nos recuerda que el Covid sigue siendo una amenaza y el suministro global de vacunas una obligación y una necesidad. Se ha conseguido mucho en 2021. Pero queda mucho por hacer en 2022.

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