LOS NÚMEROS FISCALES

El déficit que quiere el FMI lo tiene Martín Guzmán ahora, pero arranca 4% abajo en 2022

La Argentina cerrará 2021 con un déficit primario en torno al 3% del Producto Bruto Interno (PBI).

Pero con los ingresos extraordinarios que tuvo este año el Tesoro gracias al aporte de las grandes fortunas y el giro de Derechos Especiales de Giro (DEG), el ministro de Economía, Martín Guzmán, podrá mostrarle este año al Fondo Monetario Internacional (FMI) un número cercano al que quiere el organismo recién en 2022.

La magia de los números permitirá mostrar el vaso medio lleno o medio vacío, según quien sea el interlocutor.

En el acumulado a octubre 2021, el desequilibrio primario está en 1,8% del PBI.

Resultado fiscal mensual acumulado desde 2015. Fuente: Consultora Ledesma

La cifra informada esta semana por el Palacio de Hacienda cuenta el Aporte Extraordinario y Solidario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia pero no computa los DEG, tal como indica el manual.

Si se los ingresan, como pasó con el Decreto 622 que los incorporó al Presupuesto, el rojo desciende hasta 0,9%.

Hacia fin de año, el resultado primario estará unas décimas por encima del 3% sin contar DEG y de 2% contabilizándolos.

El FMI le toleraría a la Argentina hasta un déficit de 2,5% en 2022, mientras que el proyecto de ley de Presupuesto habla de un desequilibrio de 3,3%.

Para el sector del Frente de Todos más ligado al diputado Máximo Kirchner, se trata de un ajuste que les costaría digerir.

Comparación del déficit 2021 y el proyectado 2022. Fuente: LCG

La consultora Labour, Capital & Growth (LCG) estimó que "el año se encamina a cerrar con un déficit primario de 3,1% del PBI -descontando el aporte del FMI-, que está 1,4 puntos por debajo del Presupuesto 2021 y 0,9 puntos inferior a la corrección incluida en el Presupuesto 2022".

"Más allá de la austeridad fiscal que caracterizó a Guzmán en la primera parte del año, otros factores influyeron en el sobrecumplimiento de la proyección y conviene tenerlos presentes de cara a 2022, ya que, a priori, no estarían presentes. Entre ellos los recursos derivados de Aporte Solidario ($ 230.000 millones, 0,5% del PBI) y los mayores ingresos por retenciones que significó la mejora de los precios internacionales (aproximadamente $ 200.000 millones, 0,4% del PBI)", prosigue el informe.

LCG remarca que "sin contar con los otros ingresos extraordinarios (no presupuestados originariamente) con los que el Tesoro se hizo este año-Aporte Solidario y aumento de la recaudación por la mejora de los precios internacionales-, el rojo de arranque en 2022 sería de 4% del PBI".

Pero si también se elimina el gasto relacionado a la Covid-19, el punto de partida bajaría a 3%. De acuerdo al informe de la consultora, corregirlo dependerá de poder recuperar el atraso en las tarifas con menores subsidios.

Para Gabriel Caamaño Gómez, de la Consultora Ledesma, los DEG "nunca debieron ser contabilizados como ingresos" y el denominado impuesto a la riqueza tampoco se tienen que sumar como ingresos corrientes, por lo que el resultado primario se tiene que mostrar neto de eso.

Así, el déficit treparía de 2,3% o 2,5% a un rango de entre 3,8% y 4% al finalizar el 2021, a lo que además se le deben adicionar los intereses de la deuda (desequilibrio financiero).

Martín Calveira, investigador de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Austral, planteó: "El Gobierno decidió converger hacia una gestión fiscal expansiva. Esto implica un escenario riesgoso respecto a la inflación y una mayor incertidumbre de mercado respecto a la capacidad de estabilización de la economía".

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  • EEK

    Eduardo Elías Kleiner

    24/11/21

    prueba piloto

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