Consumo

Quilmes empezó a vender sidra en lata: su plan para que se tome todo el año

La compañía cervecera ingresó en la categoría con el lanzamiento de las marcas 1930 Saccani e Isidra, fabricadas por Bodegas Cuvillier. Prevé duplicar el volumen de producción en 2022

Cervecería y Maltería Quilmes ingresa en el negocio de sidras, un mercado que mueve más de u$s 8000 millones, según datos del sector. La filial local del gigante global de bebidas AB InBev empezó a vender en lata las etiquetas Sidra 1930 Saccani e Isidra, esta última una edición limitada bajo el paraguas de la marca Patagonia.

Los lanzamientos se concretaron a través de un acuerdo con Bodegas Cuvillier, la sidrera familiar más antigua de la Argentina, con más de 60 años de trayectoria en la industria nacional.  

Fundada en el Alto Valle de Río Negro en 1957 por Virginio Luis Saccani, la compañía es la encargada de fabricar ambos productos, que ya están disponibles en más de 300.000 comercios a los que abastece Quilmes, entre supermercados, autoservicios y almacenes de todo el país.

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Por el momento, la empresa cervecera comercializará las versiones Demi Sec, Dolce y Pera de Sidra 1930 en presentaciones de 350 milímetros. La lata se ofrece a un precio sugerio de $ 200. Isidra se venderá por tiempo limitado en formato de 473 centímetros cúbicos. Se consigue tirada en los refugios Patagonia y en lata, a un precio sugerido de $ 250.

La apuesta busca desestacionalizar el consumo, vinculado especialmente a las Fiestas de fin de año. "En la Argentina, el 80% de la ingesta ocurre en noviembre y diciembre. En el mundo -sobre todo en Europa, Australia y los Estados Unidos- se da durante todo el año, ya que se convirtió en una alternativa para los consumidores que buscan un producto natural y refrescante en las mismas ocasiones de consumo que la cerveza y otros aperitivos", dice Macarena Duffau, jefa de marketing de Sidra 1930 en Cervecería y Malteria Quilmes.

"El próximo paso es innovar en variedades que se adapten a todos los paladares para llevar la categoría a otro nivel, ubicándola en situaciones donde antes no se encontraba, y reivindicando un producto noble que puede ser consumido en diferentes momentos", adelanta.

Las sidras se consiguen en más de 30.000 comercios

"En ese sentido, Isidra propone derribar mitos y resaltar la versatilidad de esta bebida, demostrando que no se trata solo de un producto pensado para la época de fin de año. Con el antecedente de la elaboración del Gin Comunal a partir del destilado de nuestra cerveza y de tres cervecerías de Bariloche, seguimos explorando el mundo de las bebidas", cuenta Giannina Galanti Podestá, directora de Cerveza Patagonia.

Consumo de sidra en la Argentina 

La Argentina es el sexto país del mundo en consumo per cápita de sidra. Según el informe "Weston Cider Report 2020" -elaborado por la fabricante británica de sidras homónima-, registra 82 millones de litros anuales de consumo interno

En sintonía con la tendencia global, la demanda es traccionada por una categoría premium que crece sostenidamente a doble dígito año a año, con nuevas marcas en el mundo craft y la aparición de sidra tirada en bares y restaurantes.  

La lata se vende a $ 200

El objetivo de Quilmes para 2022 es duplicar el volumen de producción de 2021. "Más allá de la estacionalidad, las sidras premium crecen alrededor de un 30% cada año y representan el 13% del mercado. La tendencia se observa en el resto de las bebidas alcohólicas, donde prevalece la 'premiumización' en la variedad de la oferta", asegura Duffau.

El formato en lata apunta a que el consumidor pueda tomar la sidra dónde y cuándo quiera. "Es práctico para llevar y enfriar, y totalmente reciclable, lo que lo convierte en un producto sustentable", agrega la jefa de marketing de 1930.

Las marcas que se lanzan

La Sidra 1930 -que homenajea al fundador de la empresa, Saccani- contiene un 5,5% de graduación alcohólica. Se elabora exclusivamente con manzanas Red Delicious seleccionadas del Alto Valle, especiales por su cáscara, que aportan color y sabor, con primer prensado, lo que otorga una mayor calidad. Además, utiliza un proceso de pasteurización que permite prescindir de conservantes, con lo cual es apta para celíacos y veganos.

Una vez elaborada en la plata de Alto Valle, es trasladada y fraccionada en la otra fábrica que la bodega tiene en San Fernando, donde también funciona un centro de distribición. 

Quilmes apunta a desestacionalizar el consumo

Por su parte, Isidra se produce en la fábrica de Alto Valle de Cuvillier y se envasa en la planta de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires. Elaborada a partir de la fermentación del jugo recién extraído de las manzanas de la región, tiene agregado de sauco, que le confiere un color rojo rubí. Se caracteriza por un intenso aroma a frutos rojos, principalmente cereza, con sabor suave y ácido con dulzor moderado. Su graduación alcohólica es de 5,3%.

Desde Quilmes, aclaran que no fue necesario realizar ninguna inversión para la producción. Cuvillier ya contaba con la tecnología, dado que, además de 1930, fabrica Sidra Del Valle.

El país registra 82 millones de litros anuales de consumo interno.

Con su ingreso en el mundo de la sidra, Quilmes competirá contra la chilena CCU, su principal rival, que controla Sáenz Briones, dueña de las marcas 1888, Victoria y Real. También dará batalla contra propuestas artesanales, como Txapela, con reminiscencia vasca.

Previo a estas incursiones, la compañía -dueña de más del 60% del mercado doméstico de cervezas- entró en el segmento de vinos con la adquisición de la Bodega Dante Robino, por la que pagó u$s 13 millones en febrero de 2020.

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