"Derrota digna"

El Gobierno perdió la elección y convoca a un acuerdo para arreglar con el Fondo

El Presidente llamó a la oposición a cooperar y prometió mostrar en breve las condiciones del acuerdo para el repago de la deuda externa. El oficialismo interpretó una derrota digna y se entusiasma con no perder pisada.

En los trazos gruesos, las elecciones legislativas no distaron demasiado de las primarias y devolvieron otra derrota global para el oficialismo, enrolado en el Frente de Todos (FDT). 

La voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas motivó al Presidente, Alberto Fernández, a reconocer el golpe y convocar a la brevedad a la oposición a consensuar un plan que dé un marco de previsibilidad a la economía, y le garantice estabilidad en los dos años que le restan de mandato.

El oficialismo cayó en 15 de las 24 jurisdicciones donde se dirimía la renovación de un tercio del Senado y la mitad de la Cámara de Diputados. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires, el Frente de Todos recortó la distancia con Juntos por el Cambio y sumó alrededor de 400.000 nuevos votos, lo que le permitía anoche esperanzarse con empardar el reparto de escaños.

Como contrapartida, el FDT recibió duros golpes donde ponía en juego bancas del Senado, como Córdoba, Corrientes, Chubut y La Pampa, y perdió el quórum propio, que ahora dependerá de aliados de Río Negro y Misiones para abrir sesiones. En la Cámara de Diputados, sin embargo, la bancada oficialista continuará siendo la primera minoría.

A sabiendas de la incertidumbre que rodeó el desenlace de la jornada, el presidente Alberto Fernández dirigió a la nación un mensaje grabado en la Residencia de Olivos, con el que buscó transmitir la importancia de estas horas y convocar a la oposición a buscar "acuerdos nacionales".

Alberto Fernández aceptó la derrota y convocó a la oposición a consensuar el acuerdo con el Fondo

El primer mandatario pidió a la clase dirigente que le garantice apoyo al programa que está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el repago de la deuda de u$s 44.000 millones tomada por la gestión anterior, y anticipó que en los primeros días de diciembre enviará al Congreso un proyecto de ley conteniendo un "Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable", que será la matriz sobre la que se espera evidenciar el mecanismo con el que saldar la deuda con el organismo de crédito multilateral. 

Despejando fantasmas de inestabilidad y de más recambios en su equipo chico, Fernández ratificó al ministro de Economía, Martín Guzmán, pese a los cuestionamientos del ala cristinista de la alianza.

Con la vicepresidenta ausente -quizás, para despejar rumores de radicalización- Fernández aseguró que su plan es "una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos", y que fue consensuada con su mentora política y con el presidente de la Cámara de Diputados y líder de los renovadores, Sergio Massa. Más tarde, sintiéndose desahogado, ventiló que la vice le había enviado un mensaje para felicitarlo por su mensaje.

Acusando recibo de la debilidad de la que sale su gobierno tras esta elección, el Presidente pidió que "la relación entre el Gobierno y el Congreso sea fructífera para el interés general del país". También cargó contra "la crisis económica heredada del Gobierno anterior y de la que quedan enormes desafíos por resolver", y detalló que su agenda se centrará en "la recuperación económica, el fortalecimiento de ingresos, la reducción de inflación y la creación de empleos".

Pero en el búnker, los socios de la alianza electoral celebraron el haber recortado sensiblemente la distancia en el territorio bonaerense, y la remontada en distritos clave del Conurbano. Fue, para ellos, una derrota digna, que forzó a la oposición a bajar los decibeles. Al respecto, Massa celebró que "desde diciembre, el Frente de Todos sigue siendo la primera minoría en la Cámara de Diputados, con 119 diputados, tres más de los que teníamos", mientras el gobernador Axel Kicillof resaltó que la bancada que a él responde volverá a tener mayoría en el Senado provincial.

Gobernabilidad, la principal preocupación

El faltazo que Cristina Kirchner anticipó cuando llegaban los primeros bocas de urna cristalizó la notoria distancia que la vicepresidenta mantiene con el jefe de Estado, Alberto Fernández, con quien disiente sobre el rumbo que la Casa Rosada debiera imprimir de ahora en adelante para remontar la segunda mitad del mandato y llegar con chances de continuar gobernando más allá de 2023.

A pesar de las desavenencias entre los Fernández, palpables en el acto de cierre de campaña que compartieron el jueves, y sobre el que se apoyó la vice para justificar su ausencia, en las filas oficialistas juran y reaseguran que en la semana que comienza no hay chances de repetir escenas de crisis política e institucional como las vividas en septiembre. Incluso, Fernández convocó el miércoles a la militancia para "celebrar este triunfo como corresponde". Así vivió la remontada bonaerense.

En los días previos al ir a las urnas, varios delegados de las tribus que componen el Frente de Todos iniciaron negociaciones para evitar que los reproches y pases de factura retumben con la misma intensidad que hace dos meses. 

"El día lunes no va a pasar nada", insistieron varias voces del ala K. Sí coinciden, como lo ventiló el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que será necesario acentuar el diálogo con la oposición para acordar un mismo programa básico que saque al Ejecutivo de un peligroso impasse.

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