Salud

Problemas del corazón, un asunto que quedó fuera de agenda

Por el Covid-19, se atrasaron los controles periódicos e incluso provocó que los síntomas de una enfermedad cardiovascular avancen demasiado e implicó un aumento de la mortalidad cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, cobrándose aproximadamente 17,9 millones de vidas cada año. En la Argentina, según el último informe de Estadísticas Vitales (Devis) del Ministerio de Salud de la Nación, correspondiente al 2018, las enfermedades cardiovasculares generan un total de más de 95.000 decesos anuales.

Un reciente trabajo multicéntrico argentino (en donde participaron 31 centros de salud) mostró que en pandemia las consultas debido a emergencias cardiovasculares disminuyeron un 75% y las hospitalizaciones un 48%; los ingresos por dolor de origen coronario un 62% y por accidente cerebrovascular en un 46%, los procedimientos invasivos también disminuyeron: 59% las angioplastias coronarias (colocación de stent), y 58% las cirugías cardiacas.

"Por temor a concurrir a las instituciones hospitalarias se interrumpieron los controles o se evitaron las consultas en los sistemas de emergencias frente a las manifestaciones de empeoramiento de los síntomas o de alarmas clínicas con las consecuentes complicaciones e incremento de la mortalidad cardiovascular", informa el Dr. Hugo Grancelli, Jede de Cardiología Clínica del Sanatorio de la Trinidad Palermo.

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En línea con ello, Gerardo Bozovich, director Médico del IADT, comparte números alarmantes: de abril 2019 a abril 2020, las consultas a emergencias y las hospitalizaciones disminuyeron en 75% y 48% respectivamente; y los ingresos por angina de pecho y síndrome coronario agudo en 62%. Se encontró también una disminución de las angioplastias coronarias (59%) e intervenciones percutáneas totales (65%), y un descenso tanto de las cirugías generales (73%) como de las cardíacas centrales (58%). "Es alarmante que aun no se haya recuperado el nivel de consultas ni de intervenciones terapéuticas para las enfermedades cardiovasculares", reflexiona. Según datos de ADECRA CEDIM, al mes de julio las consultas por dolor de pecho, y las angioplastias coronarias y cirugías de by pass están aún entre un 20% y un 30% por debajo de los meses pre-pandemia.

Por otro lado, datos del programa Stent a Life en la Argentina dan cuenta de que la disminución más dramática de intervenciones hemodinámicas para tratar infartos con elevación del ST se produjo en marzo de 2020, luego de la declaración del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo el país. "Esto aumentó la mortalidad intrahospitalaria, ya que los pacientes que llegaban tenían un retraso en la consulta médica", asegura Mariela Waisbord, CEO de vittal. "La cuarentena obligatoria género inactividad física, sobrepeso, ansiedad, estrés, tabaquismo, todos factores que aumentan el riesgo cardiovascular".

Según el doctor Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, toda la atención se vio afectada y el grado de afectación dependió del tipo de hospital y de organización a la cual pertenece. "En nuestro caso, siempre supimos que ciertas patologías cardiovasculares de alta mortalidad, -como por ejemplo la estenosis aórtica sintomática que tiene una mortalidad de un 30% por año como mínimo- no podíamos dejar a esos pacientes sin tratar por un tiempo que era indefinido y tratamos de hacerlo, y pospusimos otras cosas electivas y de menor gravedad".

De acuerdo con el especialista, "si bien los pacientes lentamente están volviendo a las consultas, nos encontramos con patologías más complejas o complicaciones producto de la falta de atención. Hubo pacientes que se infartaron y que no consultaron o lo hicieron tarde. Ahora es momento de enfrentar las consecuencias, obviamente en los casos que no les costó la vida, ya que la mortalidad fuera del hospital aumentó por falta de consultas o demoras en las mismas".

Por su parte, el doctor Juan José Herrera Paz, jefe del Servicio de Cardiología de Fleni, alerta: "Uno podría pensar que el panorama se va a agravar por la falta de atención que tuvieron nuestros pacientes con factores de riesgo para desarrollar enfermedad y que todavía no la habían desarrollado, como también con los pacientes que ya tenían enfermedad y que no consultaron". 

Por otro lado, sigue, "hay que tener en cuenta que el Covid-19 en sí mismo ha generado enfermedad cardiovascular. Si bien esto no es muy frecuente, la forma más grave de presentación es a través de una miocarditis (es una afectación del miocardio, el corazón se dilata y pierde fuerza de contracción). Eso produce un cuadro de insuficiencia cardíaca que podría aumentar la mortalidad cardiovascular".

"Durante el aislamiento hubo una pérdida de consultas de prevención en aquellos pacientes que tenían enfermedad cardiovascular o que tenían factores de riesgo para desarrollar la enfermedad cardiovascular, estos perdieron sus controles y eso, claramente aumenta la incidencia de este tipo de enfermedades en estos pacientes. Con lo cual, ese aislamiento más estricto, llevó a una pérdida del control habitual de estas patologías como también del tratamiento. Se perdió la prevención cardiovascular en esos pacientes", sostiene.

"En una segunda etapa, la del Dispo, tuvimos un aumento de la demanda de internación o de procedimientos. En algunos casos por consultas tardías de patologías agudas, en otros por procedimientos programados atrasados y en otro por el agravamiento de patologías crónicas. Si a esto le sumamos la incidencia de la patología estacionaria habitual, se llegó a un aumento en la demandad de las camas de unidad coronaria que produjo que los servicios estuvieran llenos", cierra.

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