Uruguay, el país que pedía protección, ahora pide a gritos libertad de acción
En el marco de una reunión preparatoria de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, que se realizó ayer al mediodía, en forma virtual, para ceder la conducción rotativa del bloque de la Argentina hacia Brasil, el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, comunicó oficialmente a sus pares, entre ellos el ministro Felipe Solá, que su país dejaría de lado la obligación de discutir la concesión de preferencias arancelarias a otros países y bloques sin necesitar el acuerdo de los restantes socios, como fijó al comienzo de este milenio la Resolución 32/00 de la unión aduanera.
Las palabras de Bustillo causaron un revuelo en todo el Mercosur, pero más que nada en la Argentina. El Mercosur es una maquinaria que tiene sus tiempos, que va acomodando su carga mientras transita, pero por ahora imperaba una lógica que se cumplía: todos los países respetaban que las negociaciones se hacían desde el bloque y para el bloque. Todo lo que no tenía acuerdo comercial con el Mercosur y entraba en el recinto de la unión aduanera, debía pagar una tasa que podía llegar hasta el tope de 35%, el máximo valor permitido por la Organización Mundial de Comercio (OMC), para cobrar por encima del precio de importación de un producto o bien determinado.
"Creemos que es a través de más integración regional y no de menos integración regional que estaremos en mejores condiciones de producir, comerciar, negociar y competir", dijo Alberto Fernández en su discurso de apertura desde Buenos Aires.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, ratificó durante su participación en la reunión que su país avanzará en la negociación con terceros países y señaló que espera que el Mercosur también lo haga.
"Hemos comunicado que el Uruguay pretende avanzar en acuerdos con otros países. Y esto no significa vulnerar ni violentar la regla del consenso", sostuvo el mandatario uruguayo. "Con tranquilidad y con un concepto mercosuriano, le queremos decir que hacia allá va Uruguay. Ojalá que vayamos todos juntos, pero lo que está claro es que hacia allá vamos", agregó.
Claro que las visiones presentadas son opuestas. Y que siempre el Mercosur tuvo ruidos internos, entre otras cosas, porque más allá de compartir una región, el tamaño de las economías que integran los países del bloque difiere y mucho. Pero hay otra realidad y tiene que ver con el enfoque. Uruguay pide negociar por afuera porque está dispuesto a ceder en aranceles que la Argentina no. El dilema pasa también por el entramado industrial y las competencias de cada país. La puesta en escena de Uruguay por ahora es un aviso Si se concreta, la realidad del Mercosur puede ser otra, tal vez, hasta ver qué sentido puede tener una unión aduanera donde cada país, en lugar de actuar en bloque, lo haga por las suyas.
Gerardo Tappa
Entiendo que hay un error conceptual en el titulo de la nota y no lo quisiera atribuir a mala fe por parte del notero.
Uruguay nunca pidió protección del Mercosur, adhirió al mismo con la idea de crear un bloque que fortaleciera a los integrantes en las negociaciones entre los miembros y con el resto de los países y bloques económicos del mundo.
Los que sí siempre pidieron protección por ver amenazadas sus economías domesticas y tuvieron muchas discusiones entre si por proteger a sus industrias, fueron Argentina y Brasil.
La realidad Uruguaya no necesita protección del Mercosur, pero tampoco puede seguir atado al juego de las dos economías mas grandes que solo actúan en función de sus propios intereses coyunturales, económicos y políticos, sin ninguna visión del bloque y del desarrollo del mismo hacia el futuro.
sebastian C.
Fernandez es un caradura , aboga por mas Mercosur, cuando en la,primera de cambio cierra la exportación de oxígeno a Uruguay, le cobra a sus ciudadanos u. 30%+35% de impuesto cuando gastan con tarjeta en países del Mercosur? la lista es grande