EN FOCO

El Mercosur quedó quebrado y atado a un diálogo de sordos de los presidentes

la cumbre de presidentes del bloque mostró posturas inflexibles de Argentina, Brasil y Uruguay en relación a los acuerdos comerciales con otros países o el arancel externo común

Una vez más el Mercosur se sumergió hoy en un diálogo de sordos donde cada uno de los presidentes fijó su postura unilateral, no se llegó a ningún acuerdo en términos comerciales y el bloque se encamina a una ruptura diplomática que tendrá graves consecuencias en la economía regional.

Alberto Fernández entregó la presidencia pro témpore del Mercosur a Brasil y bregó por la unidad del bloque, exigió "no cortarse solos" y destacó la necesidad de imponer la "solidaridad" entre los socios. Fue un mensaje directo a los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro y de Uruguay, Luis Lacalle Pou que reclaman dos posturas contrapuestas a la de Argentina: acelerar la baja de aranceles externos comunes y fijar acuerdos comerciales con otros países sin ataduras del bloque.

En el mensaje de los presidentes en la cumbre virtual quedó en claro que no hay posibilidad alguna de flexibilizar posiciones y de esta manera el Mercosur se encamina a una ruptura acelerada en medio de una economía global.

A su vez, Alberto Fernández afirmó que "un Mercosur de corazón solidario es la nave insignia de su estrategia de integración". Y destacó que la "unidad en la diversidad significa en el Mercosur diálogo y solidaridad". No fue el mismo espíritu de unidad que mostró en la última cumbre de presidentes del Mercosur en que se cruzó duramente con Lacalle Pou.

El presidente argentino reclamó cumplir con los mecanismos de relacionamiento externo del bloque y expuso que la Argentina seguirá buscando el consenso para dar con una fórmula de la rebaja de los aranceles externos. El mensaje presidencial fue la cristalización de las negociaciones sin éxito que hasta último momento intentó cerrar el embajador Daniel Scioli en Brasil.

Bolsonaro retomó el guante y al momento de hablar en la cumbre virtual dijo que "no podemos dejar que el Mercosur sea sinónimo de restricciones comerciales". Y sin vueltas planteó la postura de Brasil ante los aranceles: "Hay que reducir tarifas. Brasil tiene apuro", expresó.

El planteo de Bolsonaro esconde la idea de fijar una baja del 10% de los aranceles externos comunes del bloque desde agosto para la totalidad de los productos, una postura que difiere de la posición argentina que brega por una rebaja paulatina para no dañar la producción local.

"Estamos en contra de persistir en visiones arcaicas para el bloque regional", remató Bolsonaro en abierto desafió a Alberto Fernández y en coincidencia con Uruguay.

Lacalle Pou que ayer tensó la cuerda del Mercosur en la cumbre de hoy expresó: "El mundo va muy rápido y Uruguay va para allá, ojalá vayamos todos juntos". Fue una frase que englobó la idea de Montevideo de cerrar acuerdos con otros países sin la necesidad de contar con el visto bueno de todo el Mercosur. Esta idea la rechaza Argentina de plano.

Si bien el presidente de Uruguay dijo que su país "va a respetar el ordenamiento jurídico vigente del Mercosur y, al amparo de ese ordenamiento jurídico", también Lacalle Pou insistió en que "Uruguay pretende avanzar con otros países y esto no significa vulnerar ni violentar la regla de consenso", expresó respecto a lo que había anunciado ayer el canciller Bustillo. 

Es decir: por más retorica de consensos que se hayan buscado y lenguaje diplomático cifrado, en la cumbre de hoy quedó en claro que el Mercosur ya está quebrado y los presidentes sólo ensayan un diálogo de sordos.

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