Restricciones

Gastronómicos de AMBA insisten por horario extendido y atender con mesas adentro

El viernes vencerá el actual DNU por la segunda ola. La inversión para acondicionar veredas, patios y terrazas llegó a los $ 2 millones por local. Pero los empresarios del sector aseguran que no les es suficiente, si no los dejan trabajar después de las 23

Este viernes, vencerá el DNU que establece restricciones por la pandemia. Ante la llegada del inviernolos gastronómicos presionan para que les permitan atender con mesas adentro de los salones y piden que extiendan el horario de funcionamiento.

A partir de este fin de semana, el Gobierno de la Ciudad los autorizaría a reabrir los espacios cubiertos con un aforo del 30%, como ya sucede en algunos puntos de la provincia de Buenos Aires. 

Todavía, no hubo una comunicación oficial. El Ejecutivo porteño analizará esta flexibilización en una reunión que se realizará en las próximas horas, en la sede de Parque Patricios. Aunque el plan está encaminado, la decisión se tomará en base al análisis de la situación sanitaria en el distrito.

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"Esperamos la confirmación. En principio, el sábado podríamos retomar con los espacios cerrados, con capacidad reducida. Muchos locales no tienen lugar afuera, especialmente, los que están ubicados en las principales avenidas. Para ellos, implica la vuelta de la actividad", explica Daniel Prieto, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc).

Aunque la reapertura de los salones significaría un paso importante, piden que los dejen funcionar hasta más tarde. Aún no hay definiciones sobre una posible extensión del horario. Luego del cierre forzoso por el aumento de casos a fines de mayo, la atención se amplió a mitad de junio hasta las 23 horas.

"Si no nos dejan abrir hasta más tarde, tarde o temprano nos vamos a fundir. Cerrar a las 23 es un alivio, pero resulta insuficiente. Necesitamos que nos dejen operar sin trabas. Para cortar a las 23, el último turno de cena que damos es a las 21 horas. No podemos estar mucho más tiempo así y ya se comprobó que el sector trabaja de forma segura", reclama una voz emblemática, en representación de sus colegas.

Días atrás, el sector organizó una inusual protestaque se llevó adelante con una novedosa iniciativa que reemplazó el formato clásico de movilización. En Plaza Serrano, se montó un salón con mesas, sillas y foodtrucks, con la consigna de poder trabajar en cumplimiento de los protocolos vigentes. "Pudimos dialogar con las autoridades, pero el reclamo no tuvo el eco suficiente", asegura la misma fuente.

Las estrategias para sobrevivir 

Frente a las últimas medidas por la segunda ola del coronavirus, y con el aire libre como el único espacio habilitado para colocar mesas, bares y restaurantes se vieron obligados a idear distintas estrategias para no perder clientes con la llegada del frío. Un desafío a la creatividad, aunque aseguran que, pese a todo, las bajas temperaturas desalientan a los comensales a sentarse afuera.

Además de ofrecer cenas más temprano, implementaron mantas, toldos, mamparas y caloventores a electricidad o gas para acondicionar veredas, patios y terrazas. Dependiendo el caso, la inversión parte desde los $ 25.000 y alcanza los $ 2 millones.

Fuera de pandemia, estos productos suelen usarse para momentos puntuales, como eventos. "Tenerlos prendidos todo el día genera un consumo energético importante. Es una manera de atraer a la clientela, pero no es rentable. El mayor problema no es el frío, sino el viento", destaca el titular de la Ahrcc.

"Poner en valor una vereda sale, por lo menos, $ 1 millón", afirma Fabián Castillo, titular de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba). "Solo colocar un toldo cuesta alrededor de $ 600.000. Los comercios vienen golpeados desde hace más de un año y tienen que hacer una gran inversión. El Estado debe dar una respuesta", apunta. 

Ya se perdieron más de 150.000 fuentes de empleo y corren peligro otras 250.000, según la Ahrcc. La baja representa un 20% del rubro, de acuerdo a la Uthgra. 

De continuar las limitaciones, bajarían las persianas 20.000 negocios. Así lo anticipó "No más sillas al revés", una iniciativa que nació en la cuarentena y se fortaleció como un grupo de lucha. El movimiento reúne a referentes, como los dueños de Dandy, Kentucky, Tostado y Tea Connection, entre otros.

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