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Dólar quieto e inflación alta con precios reprimidos, lo que viene para la Argentina en 2021

La estrategia para el año electoral esta definida tanto para la cotización del dólar como para combatir la inflación, pese a que solo en abril registró casi la misma suba que la medición de EE.UU. en todo el último año.

"La inflación está aquí, ¿y ahora qué?". La pregunta que se han hecho generaciones de argentinos a lo largo de la convulsionada historia económica del país surge ahora del otro lado del continente, donde el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, lidia con una evolución de precios anual que por estas tierras se verifica en apenas un mes, como ratificó el Indec al divulgar que el registro de abril alcanzó a 4,1%.

Para el analista económico, Neil Irwin, quien trató el tema en The New York Times, la suba del 4,2% interanual que registró el índice de precios en los EE.UU. supone un desafío respecto del manejo de expectativas que debería preocupar sobremanera a la Casa Blanca en función de las decisiones económicas cotidianas que, de aquí en más, adopten los estadounidenses. ¿Aceptarán pagar precios más altos por los bienes que consuman y reclamarán aumentos salariales, a diferencia de lo ocurrido en las últimas décadas? ¿Podrán esperar a que la reactivación de la economía se complete y acomode la situación?

Es probable que, más allá de la lógica preocupación, el mandatario demócrata no necesite apelar a políticas como las establecidas en el sur del continente para resolver el problema, lo que reivindicaría el tinte peronista o, más aún, kirchnerista que le adjudicó la Casa Rosada.

En definitiva, lejos de representar una solución, la estrategia encarada por el gobierno argentino en materia de precios no arroja resultados positivos, según reflejan los datos del Indec, y hoy el país afronta una avalancha inflacionaria que deja a su paso el drama de la multiplicación de la pobreza.

Ante ello, proyectar el futuro supone un ejercicio mucho más delicado para Alberto Fernández que para el rebautizado "Juan Domingo Biden". Sin embargo, es posible vislumbrar lo que vendrá en el próximo semestre, con el Covid-19 presente y el desafío electoral por delante.

La cotización del dólar seguirá estable al menos por un par de meses, mientras la liquidación de los exportadores de soja abastezca de billetes al mercado. Y es de esperar que, aún cuando los agrodólares comiencen a agotarse, el Banco Central busque sostener un ritmo cada vez más bajo de la devaluación hasta pasar el turno electoral de noviembre, tema que desvela al Gobierno a la hora de proyectar la segunda parte del mandato de Fernández. Para ello, el BCRA cuenta con un colchón de reservas que ganó un poco de altura este año al acumular uno de cada cuatro dólares que ingresaron del campo.

También habrá una fuerte represión de precios, incluidas las tarifas y los combustibles, con la que se intentará demorar lo más posible una suba de tasas, aunque la inflación deje rápidamente la zona del 29% prevista en el Presupuesto 2021 y permanezca instalada entre el 40 y 50% anual, lo que tensará las negociaciones salariales.

Y, si el FMI convence al Club de París de que dilatar la negociación por la deuda no dispare un default, pese al tironeo por Derechos Especiales de Giro que no tienen fecha cierta de llegada al país, la emisión retomará impulso para atender el incremento de subsidios y avivar, una vez más, la inflación. Un problema que preocupa en todo el mundo por lo ocurrido en el último año pero que en la Argentina ya es cotidiano.

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