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Vuelta a clases: solución para los trabajadores, costo para las empresas

La fuerte inflación de enero, que volvió a marcar 4%, es un sinsabor que asesta un duro golpe a la estrategia oficial de lograr acuerdos con los empresarios para que la inflación no supere el 29% anual. 

Para agregar más condicionamientos a la esperanza del Gobierno, el dato del Indec se da a conocer en el medio de una promesa de recomposición salarial por encima de los aumentos de precios, proyección de suba de tarifas, aumento de naftas y precios de los commodities desbocados que ayudan en el caso de la soja pero que encarecen otros productos importados. En definitiva, todo un combo difícil de resolver.

Pero a los problemas que debe enfrentar el Gobierno se suman las preocupaciones empresarias. Es que a la hora de hacer negocios, la situación del país no ayuda y la pandemia, menos aún.

Y si todo lo anterior no alcanza, la manera de resolver los problemas deja heridos diversos. Si el Gobierno se financia vía emisión monetaria, el BCRA pone el grito en el cielo porque ve que tal situación se terminará volcando a una mayor inflación. Con esto último también coincide el ministro de Economía, Martín Guzmán. 

De hecho, el funcionario dijo que "la emisión tiene un límite", en clara referencia a la financiación del déficit público para 2021, cuando además de convivir con el coronavirus, la Argentina deberá convivir con las elecciones de medio término. La medida que tomó ayer el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, también preocupó a las empresas. 

Moroni, modificó el artículo 3 de su resolución del 16 de marzo último y dispuso que a partir del ciclo lectivo de este año en cada jurisdicción se justificará la inasistencia del progenitor o persona adulta responsable a cargo cuya presencia en el hogar sea indispensable para el cuidado de niños o adolescentes.

"La persona alcanzada por esa justificación deberá notificar esa circunstancia a su empleador y, para permitir el adecuado control, tendrá que completar una declaración jurada que contenga los datos del niño o adolescente, el grado o año que cursa, los datos del establecimiento educativo al que concurre y el régimen de presencialidad dispuesto en esa institución", describió Moroni en la resolución. El ministro dijo que "se asiste a un fenómeno del medioevo en pleno siglo XXI" y agregó que "la pandemia de coronavirus complicó todo".

Es verdad que a las familias se les hizo cuesta arriba atravesar la cuarentena y tal vez más compleja fue la situación para aquellos padres que tienen hijos en edad escolar. Pero también está claro que la sábana es corta. Las empresas que el año pasado recibieron la ayuda del Estado para pagar sueldos a través del programa de Ayuda al Trabajo y la Producción (ATP), esta vez parece difícil que puedan contar con una solución que permita reemplazar al trabajador que en un día laboral determinado tenga que quedarse al cuidado de su hijo.

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Comentarios

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  • 12/02/21

    Este gobierno es especialista en complicar las cosas. Declaraciones juradas, costo a las empresas por ausencia de trabajadores que tiene que cuidar a sus hijos, todo un combo de estupideces que complican mas aún la vida a los argentinos. Los niños no se enferman, no mueren. Son trasmisores pero no se enferman gravemente. Entonces por qué no normalizan la educación presencial y listo. Solo hay que cuidar que esos niños no contagien a mayores de 60 años, padres, tios, abuelos. Con instrucciones bien publicitadas eso se puede lograr.

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