El sector público, el impulsor de los seguros de caución
El Estado puso en marcha el plan de infraestructura en los rubros de Vialidad, Salud, Vivienda y Energías. Detrás de cada contrato, existe una póliza que garantiza las obligaciones de las partes. Las oportunidades.
El seguro de caución, el instrumento por el cual una compañía aseguradora garantiza una obligación de dar o hacer del tomador de la póliza hacia un tercer beneficiario, que puede ser tanto un ente estatal como privado, ha estado históricamente vinculado y fuertemente influido por el desarrollo económico del país.
Existen dos grandes ramas en este tipo de seguros: las garantías vinculadas a la inversión pública, y las vinculadas a la inversión privada. Las garantías al sector público ocupan, hace décadas, el share más significativo en las carteras de las compañías especializadas.
La actual coyuntura política y económica, en la cual el Gobierno ha anunciado una importante inversión pública, hace prever que en el corto y mediano plazo, el consumo de garantías vinculadas a este sector experimentaría un crecimiento significativo.
Si bien el impacto es incipiente todavía, desde fines del año pasado crece el número de licitaciones públicas en obras de infraestructura, en sectores como Energía, Vivienda, Vialidad y Salud, rubros en los que el Estado debe dedicar gran parte de sus esfuerzos para revertir la situación deficitaria en la que se encuentran. Esta inversión va a generar una suba considerable en el consumo de seguros de caución, ligados a estos proyectos.
Por medio del Plan RenovAr, el Estado lanzó una Convocatoria Abierta Nacional e Internacional para la calificación y adjudicación de ofertas para el abastecimiento de energía eléctrica generada a partir de fuentes renovables. Este es un ejemplo de la enorme potencialidad de nuestro país y de la gran oportunidad que se abre en el mercado de los seguros de caución en esta nueva etapa; todo apunta a que el consumo de este tipo de pólizas continuará en alza.
En lo que hace a las garantías vinculadas al sector privado, el crecimiento es menos notorio ya que la inversión en este ámbito está tardando más en materializarse.
A pesar de eso, existen factores que pueden incidir en que el consumo de garantías de este sector empiece a crecer; el reciente blanqueo de capitales, por ejemplo. Porque el flujo de activos, mas allá de volcarse a instrumentos financieros, va a empezar a llegar a otras áreas de la economía, entre ellas, al desarrollo de fideicomisos y proyectos inmobiliarios.
Hace poco se publicó la Comunicación A 6250 del Banco Central que establece, entre las diversas condiciones para el otorgamiento de créditos para desarrollos inmobiliarios, el cumplimiento de determinados requisitos entre los cuales se incluye la presentación de una póliza de caución, de acuerdo a lo establecido en el Art. 2071 del Código Civil y Comercial.
El artículo establece: "Para poder celebrar contratos sobre unidades construidas o proyectadas bajo el régimen de propiedad horizontal, el titular del dominio del inmueble debe constituir un seguro a favor del adquirente, para el riesgo del fracaso de la operación de acuerdo a lo convenido por cualquier razón, y cuya cobertura comprenda el reintegro de las cuotas abonadas con más de un interés retributivo o, en su caso, la liberación de todos los gravámenes que el adquirente no asume en el contrato preliminar".
Estas coberturas, conocidas como garantías de "pre horizontalidad", son bastante recientes, y dado que no son tantas las compañías del mercado las que la comercializan, no es un producto del todo afianzado. Pero la reciente publicación de la comunicación del Banco Central indica que este tipo de garantía empezará a emitirse con mayor frecuencia, consolidándose como un producto más dentro del bouquet de seguros estándar que ofrecen las compañías.
Estos son solo un par de ejemplos donde el seguro de caución puede lograr una mayor penetración y desarrollo.
Son muchos y variados los desafíos que atraviesa el sector asegurador en la actualidad. Cambios regulatorios y tecnológicos que se dan en todo el mundo y que nos obligan a estar al día, a la altura de las circunstancias en cada uno de nuestros productos. Estas transformaciones irrumpen en la industria y establecen la constante necesidad de reinventarnos y redefinirnos.
Los cambios nos desafían, nos sacan de nuestra zona de confort, pero al mismo tiempo nos impulsan a dar ese salto que va a garantizar que el seguro de caución se siga imponiendo como un instrumento idóneo y ágil para dar curso a los contratos entre privados y para proveer al Estado de las garantías adecuadas para llevar a cabo sus proyectos. De la mano del mercado crece el país y esa es siempre una buena noticia.