A un paso de los riesgos del futuro

La inteligencia artificial y los sistemas de información están cambiando el mundo laboral. Santiago Bilinkis reflexionó sobre cómo serán los modelos de trabajo en una sociedad en el que los humanos tomarán menos decisiones. ¿Cómo calcular las nuevas variables?

El Washington Post publicó 850 artículos escritos por computadoras y ningún lector se dio cuenta. La inquietante frase la dijo el economista y tecnológo Santiago Bilinkis en el Foro de Riesgos organizado por el grupo Marsh, del cual El Cronista fue media partner. No ahorró angustias: "En unos años, sí los van a poder diferenciar: el que esté mucho mejor escrito habrá sido hecho por la computadora", disparó.

Las tecnologías siempre revolucionaron las relaciones laborales, pero ahora la transformación es mucho más radical: "Nos toca vivir el mayor cambio en la historia del mundo del trabajo. La tecnología está permanentemente tomando los oficios del presente y dejándonos obsoletos", aseguró.

La inteligencia artificial (AI) está modificando los modelos de trabajo. Frente a un auditorio conformado por representantes de la industria aseguradora, Bilinkis explicó cómo estos nuevos modelos están dando vuelta el paradigma de riesgo. "Deep learning es una nueva forma de AI, que llevó a un hecho asombroso: la computadora Alpha Go le ganó a Lee Sedol, número uno mundial del videojuego Go. Hace 20 años, cuando Deep Blue le ganó a Kasparov, había sido programada por seres humanos. Alpha Go no fue programada para jugar, sino para aprender a jugar", explica. El cambio de paradigma corre a los humanos del medio y les saca el control de muchas situaciones. "Los sistemas de aprendizaje profundo no se programan, se educan. A Alpha Go le dieron millones de partidos para que la computadora aprendiera. Jugó 10 millones de partidos de práctica contra sí misma".

Las computadoras pueden aprender cualquier cosa. "Hay AI capaces de identificar quién va a sufrir un ataque cardíaco mucho mejor que un cardiólogo. Pueden diagnosticar cáncer a partir de imágenes y prescribir protocolos personalizados de tratamiento. Hay AI que se están preparando para ser abogados. En algunos años va a transformar los trabajos actuales en trabajos del pasado y crear muchos trabajos nuevos".

Lo preocupante, para Blinikis es que no estemos a la altura de las circunstancias. Al respecto, citó una encuesta que él realizó entre jóvenes ejecutivos. El 71% de los consultados afirmó que su trabajo sería modificado por robots y nuevos softwares, pero solo el 30% dijo sentirse preparado para los oficios del futuro.

El pato negro

Para ejemplificar el impacto de semejante negación, el economista recurrió a la metáfora del Cisne Negro, el libro escrito por el libanés Nassim Taleb. "Cuenta el problema que significan los eventos profundamente imprevistos. Yo prefiero hablar de patos. Un pato negro no es algo sumamente imprevisible, pero sí con un gran impacto. Es algo que sabemos que va a pasar y aun así no nos preparamos para él. Hay ciertas cosas, como, por ejemplo, el impacto que la AI va a tener sobre el mundo del empleo. Sabemos que va a pasar y seguimos mirando para el otro lado, sin prepararnos".

Las AI ya son capaces de cambiar videos y audios. Bilinkis mostró un video del ex presidente Obama en el que se cambiaba lo que estaba diciendo y a la vez modificaba sus gestos faciales. "Estamos cerca de no poder creer en absolutamente nada de lo que veamos. Piensen en el impacto de eso para la evidencia policial, por ejemplo. ¿Cómo vamos a establecer que pasó cuando toda prueba material pueda ser fabricada?".

Otra de las preguntas que abre un futuro en el que la AI sea masiva es qué hacer con los que queden afuera. El salario universal no es un invento argentino. Esta siendo pensando como alternativa ante la amenaza de la sustitución de empleos humanos por máquinas y la imposibilidad de generar trabajos suficientes para las personas. "La idea está siendo debatida y planteada por expertos del Silicon Valley. La solución también podría pasar por la reducción del número de horas de trabajo por persona, aumentando el número de plazas mismo con las sustituciones de trabajadores de otras funciones por máquinas", afirmó.

Hay una dimensión ética de los nuevos riesgos. Conjeturando cómo las AI del futuro tomarán decisiones que hoy pertenecen a los humanos, el economista cuestiona de cuál tipo de ética serán dotadas esas tecnologías. "Un auto autónomo podrá incorporar informaciones que le permitirán inferir que de frente viene un ómnibus escolar y proyectar que, si el auto girase hadentro ocasionaría un choque frontal en el que su pasajero tendría 50% de probabilidad de morir, y el ómnibus escolar mataría 15 chicos. Si el auto autónomo gira para afuera, el pasajero del auto muere con certeza, pero se salvan 15 niños. ¿Qué decisión debería tomar el auto? ¿Ustedes subirían en un auto, sabiendo que te puede matar? Dotar a un auto de capacidad para tomar decisiones en contextos humanos implica dotar el auto de capacidad para resolver conflictos entre valores humanos. Un auto autónomo necesita tener una ética. ¿Qué ética van a tener nuestros autos autónomos?".

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