Una aventura motorizada

En el marco del inicio de la nueva serie documental, Herencia Custom Garage, que mostrará una travesía en motos clásicas por la ruta 40, el líder del grupo, Federico Bonomi, cuenta la experiencia vivida.

Una pasión nacida hace 35 años. Desde que recibió su primera Honda Express 50cc de 1981, Federico Bonomi no dejó el mundo de las dos ruedas, a tal punto que, reunido con un grupo de amigos apasionados por estos fierros, emprendió una aventura por la Ruta Nacional Nº 40 con motos clásicas. Transmitido y reflejado a través de la nueva serie documental Herencia Custom Garage (que se emite por Discovery Channel), el fundador de Kosiuko y Herencia Argentina comparte a RPM las vivencias.

"Desde que mis padres me regalaron mi primera moto, nunca paré de andar. Tuve muchísimas motos y las voy cambiando, aunque con algunas he compartido grandes momentos y las conservo. Es difícil de responder cuantas motos tengo, ya que muchas están desarmadas, son proyectos en construcción o las tengo en uso", dice Bonomi. Tiene motos americanas, japonesas e inglesas, pero las que más disfruta son Harley-Davidson.

Esta pasión acrecentada con el tiempo lo llevó a una travesía mucho más grande: volver a recorrer la Argentina de norte a sur en motos clásicas, con diseños personalizados y artesanales. "Soy una persona que siempre busca nuevos desafíos y cuento con amigos que comparten mis gustos y locuras, así que nos pareció interesante", define. A su vez, señala que el objetivo era recorrer la Ruta 40 en vehículos tuneados por ellos, recorrer paisajes y visitar escuelas rurales. "Ya recorrimos las 23 provincias en 50 días y hemos cruzado un par de veces los Andes. Somos inquietos y nos gusta buscar nuevos caminos", justifica.

Los motociclistas acercaron donaciones a escuelas alejadas y salas de primeros auxilios. Entre los objetivos, uno es: "dejar una huella, ayudando a quienes más lo necesitan".

Con un total de 25 motos clásicas que varían entre las Harley, japonesas e inglesas, entre otras, Bonomi encabezó el inicio de la aventura en La Quiaca. Para este viaje, subraya que usaron motos anteriores a 1990 y con motores carburados.

En Custom Garage, el lugar donde modifica motos y autos para fabricar rat rods y hot rods, Bonomi recuerda sus Harley-Davidson Flathead 1947 y Softail 1998, ambas modificadas. "Me encanta viajar en este tipo de motos por su rusticidad y por las dificultades de manejo que presenta en estos viajes por la precordillera. Claramente no son motos pensadas para las travesías por este tipo de rutas, y ahí está el desafío personal de llegar a destino", resalta.

La preparación

Ensayar el viaje con tales características, que tuvo una primera parte que fue desde la Quiaca hasta Mendoza, recorriendo 1.700 kilómetros bordeando la Cordillera de los Andes, no fue tarea fácil. Requiere una preparación única y precisa para encarar las múltiples y diversos caminos de ripio y climas que se estiran en más de 5.300 kilómetros. "La ruta 40 tiene geografías muy distintas, lo que requiere preparaciones y customizaciones particulares para cada tramo, desde el norte argentino hasta Mendoza. Las restauraciones son variadas; algunas las hacemos nosotros. Son nuestras motos y nos gusta trabajarlas", relata el fundador de la firma de ropa masculina que fomenta la Cultura Custom, un movimiento que recrea el espíritu de la cultura norteamericana de los años 50, que fomenta la personalización de motos y autos.

"Las motos se prepararon para andar en un tipo de ripio característico del norte argentino. Se pusieron protecciones para las piedras, ya que no se puedan golpear ciertas partes de las motos, según los modelos. A algunas, se les protegieron los reguladores de voltaje y otras partes eléctricas. Todo este paso a paso se va a poder ver en el programa", afirma a RPM el líder del grupo que agrega que no viajaron solo, ya que, durante la travesía, fueron "acompañados de un equipo que nos brinda apoyo, otras veces paramos en los pueblos, es un mix de todo".

Imprevistos

El hecho de realizar un viaje con motos clásicas es un desafío muy grande para los motociclistas que deberán lidiar con numerosos conflictos. "Son motos que se rompen y que ofrecen dificultades, es parte del desafío. Nosotros disfrutamos de todo esto, del recorrido y los imprevistos. Creo que sean motos clásicas es lo que le da el toque distintivo al viaje", manifiesta Bonomi sobre la experiencia.

A la hora de hablar de las desventajas que tienen estos trayectos, el también publicista relata que "la probabilidad de tener problemas mecánicos" es una de las principales. Sin embargo, asegura que estas motos tienen una ventaja muy importante y es que, al ser más viejas, "son mucho más fáciles y simples de reparar en la ruta y de cualquier forma creativa", en comparación con las modernas. Por ejemplo, cuenta que a lo largo del camino "se cortaron cadenas, se han pinchado tanques de nafta, problemas en los carburadores o cubiertas, entre otros imprevistos".

Finalizando la entrevista y ante la pregunta acerca de cuál sería la palabra que resume la experiencia de recorrer la Argentina, de norte a sur en motos clásicas y con diseños personalizados, Bonomi responde: "Sin dudas sería 'aventura'. El viaje fue eso, una aventura. Todo lo que vivíamos era nuevo y desconocido para nosotros. Tuvimos todo tipo de emociones, conocimos personas espectaculares, y vivimos momentos únicos en paisajes impactantes".

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