La llave del futuro parlamento catalán la tiene Antonio Baños, un hábil e inteligente periodista que forma parte del ala libertaria de la CUP, que también incluye a la marxista de distintas procedencias.


Me confirmó en una charla, que si de él depende nunca investirá a Artur Mas presidente de la Generalitat.
Todos los ojos de Cataluña, España y parte del extranjero estarán puestos en la decisión que pueda tomar la CUP, un partido asambleario, donde existe la libertad de voto, usada en el ayuntamiento de Barcelona, donde unos concejales votaron a favor de Ada Colau y otros se abstuvieron. El voto de la CUP es mucho más transversal de lo que parece. Hay voto de niños y niñas de las zonas altas de Barcelona que han estudiado en colegio privado, voto okupa, voto de cinturón industrial, voto independentista y no independentista. Mayoritariamente es un voto protesta donde poco importa la obsesión de la CUP por ir anexionando los territorios que forman parte de su mundo de los Països Catalans, sus veleidades revolucionarias y antieuropeístas y discursos que harían las delicias de Bakunin.


Junts pel Si (JxSí), el movimiento nacionalseparatista pactado entre CDC y ERC, necesita el apoyo de, al menos, seis diputados de la CUP, ya que sus 62 escaños son insuficientes frente a los 63 del resto de formaciones. Con o sin Mas, sería un respiro que podría durar unos meses a la espera de que el panorama político español adquiriera nuevos sesgos y siempre con la posibilidad de poder adelantar elecciones.


Hechos claros. La participación del 77,35% no deja ninguna duda respecto a la voluntad del electorado catalán. JxSí ganó claramente, pero fracasó en su intención de obtener mayoría absoluta. En las elecciones del 25 de noviembre de 2012, CiU (ahora Unió fue por separado) y ERC obtuvieron 71 escaños. Y , tal como se intuía, el voto inequívocamente independentista -JxSí y CUP- suma un 47,87%. La división de Cataluña también se refleja por circunscripciones. El voto a favor de los partidos no independentistas fue superior en Barcelona, los municipios del cinturón industrial y el valle de Arán, zonas donde ha irrumpido como primera fuerza en muchas poblaciones Ciutadans. El voto independentista ganó fuera de la zona metropolitana y en las comarcas de las otras tres provincias. Cataluña es mucho más compleja de lo que aquellos que hablan por ella piensan.


Artur Mas y sus compañeros de viaje saben que la promesa de iniciar un proceso de ruptura con el Estado no puede justificarse con los datos de la elección. Las posiciones maximalistas no tienen cabida en el marco europeo ni constitucional. Su único objetivo a partir de ahora será esperar al resultado de las elecciones generales de diciembre y proponer, para empezar, la necesidad de que se realice un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña desde la legalidad en 2016 ó 2017.


Pero ¿negociar qué? Más allá de un posible pacto para realizar un referéndum, que siempre dependerá de las mayorías que se produzcan en Las Cortes, esta es la pregunta sin respuesta que hoy nadie puede responder. C's, el segundo partido más votado ayer, no tiene hoy representación en el parlamento español. Su candidata, Inés Arrimadas, será la jefa de la oposición. Sus 25 escaños rompen todos los pronósticos. Es la otra gran ganadora de las elecciones. El papel de Ciudadanos en las próximas generales será entonces clave, con Albert Rivera como cabeza de lista, para cualquier movimiento que pueda producirse para solucionar el grave problema catalán. Arrimadas ha defendido en todos los foros en los que ha participado un modelo de estado federal similar al que tiene Alemania para España. No estará sola en estas propuestas. El federalismo también inspira al PSOE y, en privado, a algunos políticos del PP que ya tienen preparada una hoja de ruta para ofrecer a la sociedad catalana en su conjunto y con ligeras reformas de la Constitución.


Cualquier solución de futuro necesitará mucha psicología y pedagogía. Habrá que convencer a los catalanes, pero también a toda la sociedad española. Entre un 20% y 25% del voto independentista que ha ido a parar a JxSí se conformaría con una oferta especial del estado hacia Cataluña. Una oferta a la que también se sumarían muchos votos no independentistas. Si hubiera acuerdos tras el diálogo, lo difícil será gestionar el voto y las ilusiones de aquellos que en Cataluña realmente creen que pasado mañana seremos la Arcadia feliz del sur de Europa, sin corrupción, sin paro y con los mejores sistemas de bienestar del mundo. Y pagando, obviamente, pocos impuestos