Hacia una economía circular

Mientras en Europa el modelo de reincorporación de los residuos al sistema productivo ya está muy difundido, en la Argentina el debate recién comienza. Algunas instituciones ya tomaron la delantera, entre ellas un grupo de empresas que decidieron apostar por este concepto. Sus historias.

El reto de la economía circular es convertir un residuo que puede ser material o energético en materia prima para producir un nuevo producto. Para lograr un sistema productivo sustentable, es necesario pasar de una economía lineal en donde consumimos y disponemos de los residuos, hacia una economía circular en donde los residuos son reincoporados en el sistema productivo. Para que esto sea posible es importante cumplir con dos condiciones: por un lado, que las empresas tomen la responsabilidad de gestionar los residuos posconsumo y, por el otro, que la sociedad civil en su conjunto esté educada para ayudar en este proceso.


En los países europeos, el modelo de economía circular se encuentra ampliamente difundido y ya es una realidad que comenzó a implementarse. En la Argentina, el debate en torno a la temática recién empieza. "Hoy, el debate está centrado en si se invierte en economía circular o disposición final de residuos. La disyuntiva es fomentar el relleno sanitario o un ecosistema de reciclaje. La lógica de este Gobierno es ampliar los rellenos sanitarios. El sentido de urgencia de estos temas está minimizado, vamos con una agenda retrasada. Europa se planteó cero rellenos sanitarios y acá planteamos grandes inversiones", comenta Alejandro Jurado, director del CEMPRE, una asociación civil que tiene como objetivo incrementar los niveles de reciclaje a través de la generación y divulgación del Sistema de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos.


Según Pablo Barone, gerente de Medio Ambiente y Seguridad de Clorox Argentina, nadie podría negarse a implementar este modelo. Dice: "La adhesión es súper amigable, y será todavía más rápida cuando el mercado de consumo demande estas exigencias a los envasadores de productos. Es solo cuestión de tiempo y decisiones de más empresas, como también de las autoridades que regulan estas economías o flujos de materiales". En el mismo sentido, Darío Mastroiaco, gerente del Negocio Químicos para el cuidado personal y del hogar de Basf señala que "la transición de una economía lineal a un modelo más circular produce modificaciones significativas en los modelos de negocios y en los factores generadores de valor de las industrias. La velocidad de la circularidad dependerán del ritmo de desarrollo tecnológico, de los incentivos regulatorios, de los nuevos modelos de negocios, de la disponibilidad de inversiones y de la disposición de los consumidores a cambiar comportamientos".


En este sentido, Marcela Cominelli, gerente de RR.II. de Grupo Newsan propone ver a los residuos como una oportunidad. "La mayor parte de las operaciones de nuestro grupo se encuentran en Ushuaia, donde, hace algunos años, desarrollamos una nueva unidad de negocios con el objetivo de contribuir al cuidado del medio ambiente y la finalidad de disminuir los residuos derivados de la producción", relata. Así surgió Disposición Final Responsable, en alianza con la empresa PULPO. A través de esta iniciativa, la firma inauguró una planta dedicada al reciclado de materiales de descarte, con el fin de disminuir, reciclar y reutilizar los residuos derivados de la producción. Desde 2013 hasta hoy, lograron recuperar material de descarte que hubiese ocupado 240.000 m3, equivalente a 4.000 contenedores de 40 pies. Newsan también cuenta con el programa Oficina Verde, que busca contribuir con una cultura organizacional respetuosa del ambiente y generar alianzas con proveedores no tradicionales.


Mastellone Hnos. recicla un 69% de los residuos que genera en la totalidad de las plantas, disponiendo en relleno sanitario solo un 28% del total. Para ello, incorporaron en la cadena a los recicladores informales de residuos sólidos urbanos en el Depósito Albariño, con intenciones de disminuir la cantidad de residuos a disponer en un relleno sanitario y promover, además, la inclusión social. El 43% de los residuos generados aquí son enviados a una cooperativa habilitada para tal fin. En el Complejo Industrial Pascual Mastellone, cada año se busca superar en un 80% la generación de residuos reciclables sobre los no reciclables, disminuyendo los gases de efecto invernadero. En este sentido, en 2015, se recicló el 88% de los residuos y el 30% del agua utilizada en dicho complejo. Además, derivaron 72 toneladas de residuos destinados al relleno sanitario para ser utilizados como combustible alternativo en hornos rotativos cementeros.


Clorox hace su aporte a la economía circular desde un modelo de reciclaje inclusivo. "Desde hace tres años hacemos foco en este modelo, promoviendo una sinergia entre distintos actores sociales: el Conicet, que desa-rrolla contenidos y brinda capacitaciones; la Cooperativa Reciclando Sueños, que gestiona los residuos de la planta, capacita a los empleados y a la comunidad; el OPDS, autoridad ambiental provincial, y el CARE, autoridad ambiental municipal, que acompañan e impulsan el proyecto; y los empleados de Clorox, que forman parte del voluntariado con escuelas de la comunidad", señala Barone. Durante el primer semestre del año llevan el proyecto de Reciclaje Inclusivo desde dentro de la empresa hacia la comunidad. Mediante un programa de voluntariado, trabajan en la capacitación de vecinos, docentes y alumnos de Aldo Bonzi. A su vez, se instalaron puntos limpios en diferentes escuelas, con el objetivo de que la cooperativa retire los reciclables de estos lugares, generando un circuito que inicia en la planta productiva de Clorox y termina en la comunidad para cerrar el círculo.


La retornabilidad está íntimamente ligada al modelo planteado por la Economía Circular y es un eje central del negocio de Cervecería y Maltería Quilmes. La compañía continúa apostando a la industria nacional de envases de vidrio retornables, con una inversión superior a los $ 7.300 millones en los próximos 5 años.


Recientemente, Quilmes invirtió más de $ 85 millones para el lanzamiento del "Pacto Porrón". En este programa, si el consumidor retorna el envase, la marca se compromete a mantener el precio de su nuevo porrón de 340 cm3 retornable a $ 10 hasta fin de año. El pacto surge en un momento en el que el consumidor busca mantener el consumo de productos de la mejor calidad a un precio que pueda acceder. La marca tiene como objetivo generar hábito positivo en la sociedad y concientizar sobre la importancia de utilizar envases retornables, que permiten cuidar el planeta. Las botellas retornables son producidas a partir de vidrio reciclado, un material que es reusado 29 veces en promedio y además es 100% reciclable. El sistema retornable propone reemplazar el ciclo de "usar y tirar" por el de "usar, reutilizar y reciclar".


Por su lado, Café Martínez relanzó este año su plan nacional de reciclaje. Si bien continúa con la segunda etapa de su campaña de recolección de cápsulas biodegradables de café espresso a beneficio de la Fundación Garrahan, ahora también proveerá de papel y cascarillas de café a la Fundación Steps para el desarrollo de diferentes materiales reciclados que serán entregados a los clientes de la marca. "Es muy importante el compromiso de los clientes. Todo lo recolectado durante esta segunda etapa de la acción será donado para colaborar con la provisión de leche de fórmula para lactantes. Por cada 50 cápsulas limpias, la marca entrega a ls clientes una caja de 10 cápsulas nuevas del blend de café espresso que deseen", anuncia Lucila Cabello, gerente de Marketing de Café Martínez.


"La economía circular se da si el sector privado, el público y la sociedad civil están involucrados. Tiene que haber incentivos por parte del Estado para hacer esto más atractivo e incentivar a las empresas. En Brasil están mucho más avanzados en esta temática", dice Alejandro Toscano, Government Affairs & Communications manager en Whirlpool Latinoamérica. También señala que el mayor obstáculo tiene que ver con el costo de la logística. En este sentido, el gerente de Clorox agrega: "El costo del transporte de materiales sigue siendo el mayor de los pesos en la apertura de costos, y muy difícil de vencer en un mercado en el que el valor de los materiales no es significativo, por lo que su proceso o transformación, no es fácil repagar o es poco interesante".


Según Basf, la economía circular es mucho más que la gestión de los residuos. Consiste en mantener los recursos en uso el mayor tiempo posible, minimizar la disposición de residuos, extraer el máximo valor posible de los productos disponibles, recuperar y regenerar productos y materiales al final de su ciclo de vida. Este modelo exige realizar cambios sustanciales en términos de comportamiento y de tecnología. "Para hacerlo, el pensamiento circular no puede limitarse a las operaciones internas. Debe aplicarse en toda la cadena, para abarcar a clientes y proveedores. Desde el comienzo es necesario desarrollar un concepto de economía circular inteligente para el producto, para el proceso, para el uso y para el sistema de reutilización. Debe incentivar a las empresas a pensar no solo en su etapa de producción individual, sino a considerar toda la oferta y la cadena de valor para su desarrollo de productos", dice Mastroiaco.


Desde el Gobierno, el director Nacional de Gestión de Residuos, Luis Lehmann opinó: "Una de las piedras angulares es armar un buen marco regulatorio. Tenemos que ser promotores de normativas. Desde Nación se tomó la decisión de fortalecer a los municipios porque muchos no son sostenibles y no tienen la capacidad técnica. La gestión de residuos, está clarísimo, es de jurisdicción municipal. Como Estado queremos promover la economía circular, y consideramos vital que haya un grupo de empresas que lidere la temática y estamos conversando con ellas".

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