Un sistema quebrado

En un mano a mano con Amanda Sourry, presidente de Alimentos de Unilever global, dice que se requiere una solución sistémica.

Hay que rediseñar el sistema alimentario", resume el desafío de la industria alimentaria, Amanda Sourry, presidente de Alimentos a nivel global de Unilever. "Para esto es clave el rol y el compromiso de la industria", dice. La ejecutiva dio a conocer la estrategia mundial de nutrición de la compañía, conformada por cinco compromisos, bajo su Plan de Vida Sustentable: producir alimentos nutritivos seguros, de alta calidad y accesibles a todos; respetar el medio ambiente, generando menos desperdicios; beneficiar la calidad de vida de los agricultores y ayudar a mejorar la nutrición y el bienestar de los consumidores. Estos compromisos contemplan a la totalidad del sistema alimentario, desde la etapa productiva hasta el consumo.

Para 2050 se estima una población mundial de 9 mil millones de personas, y se necesitará un 60% más de alimentos que los que se consumen actualmente a nivel global. Asimismo, la industria alimenticia se encuentra afectada por el cambio climático y la escasez de recursos, que impacta en la calidad de vida de los agricultores. Por eso, Sourry califica al sistema alimentario mundial como "quebrado" o disfuncional. "Los participantes del sector han mirado su parte del rompecabezas pero ahora se necesita un enfoque sistémico: desde cómo se siembra el alimento, los aspectos nutricionales de éste, hasta los desperdicios que genera. Se necesita que todas las partes interesadas se involucren; los problemas son graves y son cada vez más urgentes", explica.

Como pioneros de esta visión, desde el 2010, la ejecutiva plantea que más jugadores se sumen a esta visión. "No podemos hacer nuestro esfuerzo solos", dice Sourry.

"Entendemos nuestra responsabilidad. Necesitamos alianzas con asociaciones, personas y empresas que también sean progresistas; pero también somos muy honestos y todavía tenemos mucho trabajo por hacer: en nuestro plan de vida sustentable informamos año a año cuál es nuestro progreso, y esperamos ser medidos según nuestros resultados de sustentabilidad como sucede con otros aspectos del negocio".

¿El objetivo? "Asegurarnos que el 60% de nuestra cartera de productos llegue a los estándares nutricionales más altos", ejemplifica la ejecutiva. La empresa trata de adelantarse a las tendencias y a los nuevos hábitos: "El consumidor está cada vez más interesado en saber de dónde viene el alimento, cómo se procesa y quién lo sembró. Es un momento muy emocionante para estar en este negocio: los alimentos nunca le importaron tanto a la gente como ahora", dice Sourry.

Para ella, como nunca antes, el consumidor entiende particularmente el vínculo entre el bienestar y la salud. "Los millennials sienten con mucha pasión todo lo que tiene que ver con la conciencia alimenticia y hay muchas oportunidades para la innovación en el sector. Todas las marcas de categorías sustentables crecen más rápidamente porque lo que busca el consumidor son marcas auténticas, etiquetas que tengan un propósito. Por eso, en el futuro, seguiremos incorporando la alimentación sustentable en el corazón de nuestro negocio", cuenta.

 

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