Sustentabilidad: los CEOS toman la palabra

Los líderes de grandes empresas reconocen que a la sustentabilidad le falta impulso en la Argentina. Marcos regulatorios adecuados, mayor participación corporativa y educación son algunos de los factores que creen indispensables. Un debate que sigue abierto.

La sustentabilidad ya es un hecho reconocen. Y son conscientes de que no hay vuelta atrás. Sin embargo, aseguran, en la Argentina aún hay muchos desafíos por resolver para que el concepto cale profundo, especialmente en las pequeñas y medianas empresas que conforman la cadena de valor de las grandes.
Un marco regulatorio, el papel que tiene el empresariado y las cámaras empresarias para dar impulso al tema y la articulación público-privada fueron sólo algunos de los temas que pusieron sobre la mesa seis número uno de importantes empresas convocados, como todos los años, por Socialmente Responsables y por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham).


Con conocimiento de causa -los invitados fueron algunas de las compañías premiadas por la Cámara en su edición número 17 por su gestión en Sustentabilidad- los CEOs contaron sus experiencias y debatieron sobre los desafíos que hay por delante, en un contexto de cambio que requiere de los empresarios un mayor compromiso.
Allí estuvieron el Guillermo Von Bergen, vicepresidente del Grupo Henkel Argentina; Alfredo Fagalde, número uno de ManpowerGroup Argentina; el presidente de Mercedes Benz, Joachim Maier; su par de Gas Natural Fenosa, Horacio Cristiani; Luciano Tiburzi, CEO de Masisa Argentina y Miguel Kozuszok, presidente de Unilever Latinoamérica. El CEO de la AmCham, Alejandro Díaz, y Florencia Salvi, gerente de Sustentabilidad y Comunidad de la entidad, también hicieron su aporte al enriquecedor debate. No pudieron estar presentes los responsables de las operaciones de Carrefour, Grupo Sancor Seguros, Toyota y el de Kimberly-Clark, firma que se llevó el galardón máximo.

- ¿Qué están haciendo para alcanzar esas metas?
GVB: En la Aregntina, con las seis dimensiones definidas en la estrategia, creamos una matriz que la hacemos correr por toda la cadena de valor. Así podemos definir claramente qué esperamos de nuestros proveedores. No es sólo requerir, es formarlos, entrenarlos y después hay una etapa de coaching.


Además, hoy el 40 por ciento de las ventas que se generan a nivel mundial son de productos que nacieron hace 2 o 3 años. Cada producto innovativo que lanza le empresa tiene que, sí o sí, crear un impacto en algunas de las 6 dimensiones. En esa matriz se identifica cuáles son las ventajas para Henkel, para el cliente y para los consumidores. Un ejemplo se da en nuestra planta de Chivilcoy, que produce 12 tn. de residuos al año. Y después de una decantación de los residuos sólidos, mezclamos con lombrices y tierra. Las lombrices hacen su trabajo y producen el compost, que lo usamos para donar en eventos de las comunidades donde estamos.


Otro caso: el de los adhesivos de base acuosa. Teníamos contenedores de 1000 kg de plástico y vimos que si los cambiábamos por contenedores de cartón nos ahorrábamos 96 mil litros de agua por mes por evitar el lavado de los contenedores.


AF: Somos un facilitados entre las empresas y el talento. Tenemos un estudio a nivel global, y en la Argentina también, sobre la escasez de talento e identificamos las capacidades que están faltando. Así vemos, por ejemplo, cómo las empresas están ampliando sus requerimientos de capacidades técnicas con capacidades blandas.
Tenemos la oportunidad de estar en todo el país y asistir a distintos colectivos en prepararlos para el acceso al mercado laboral. Por ejemplo, ahora estamos trabajando en Pilar porque detectaron problemáticas con las escuelas técnicas. Entonces, desde el municipio, convocaron a las escuelas, a nosotros como intermediarios entre la oferta y la demanda y estamos haciendo planes para reunirnos con esas escuelas para tener las capacidades que se requieren.


JM: En Adefa fuimos uno de los impulsores de la incorporación del Euro Cinco, lo que representa una reducción significativa de las emisiones de vehículos comerciales y rige a partir de este año.
Además, iniciamos un programa más relacionado a la cultura de la empresa: Clientes para siempre. Es para sensibilizar todos los niveles de la compañía, para estar atentos a las necesidades de los clientes en todos los aspectos. Generalmente, estos procesos se hace top down. Pero en este caso les dije a los empleados: no quiero que tengan que reportarme a mí, quiero que se una actividad que nazca de ustedes. Y generamos una dinámica muy fuerte.


Los invité a los empleados pasar por lo menos un día en nuestro call center y quedaron sorprendidos por las inquietudes y problemas que tienen los clientes.


LT: En cuanto a cambio climático, el 100 por ciento de todas nuestras energías son renovables, tenemos el 100 por ciento de nuestros residuos líquidos reintegrados a nuestros procesos.


En el caso de inclusión, formamos una red de carpinteros que opera en todo América del Sur. Son 7.000 carpinteros en la Argentina y 50.000 en Sud América donde hemos ido profesionalizando un trabajo que era poco técnico y donde hemos transferido herramientas de gestión, de calidad y de cumplimiento. Eso permitió que mucha gente se fuera incorporando a este nuevo rubro de carpintero, que también a través de los locales les proveemos ciertas maquinarias. Tenemos 350 locales en la región.


MK: La cadena extendida de valor es muy importante para nosotros. Durante muchos años, todos mirábamos para adentro que pasaba en nuestra planta, y llegamos a la década del 90 diciendo que una fábrica nuestra consumía menos agua que un 3 ambientes en caballito. Pero cuando miramos afuera de eso nos dimos cuenta de que el impacto ambiental que teníamos hacia atrás en la cadena y hacia adelante era enorme. Hoy, 55% de las materias primeas de origen agrícola que consumidos en Unilever globalmente son sobre bases sustentables. Tenemos un padrón de 1,5 millón de granjeros con los cuales trabajamos en que hagan los cultivos sustentables que nos dan garantía de abastecimiento, sino un retorno muy importante al granjero. Y de alguna forma frena la desforestación.


En la Argentina, parte de la provisión de nuestros cultivos son sustentables, especialmente en Mendoza, donde tenemos una planta de desidratados para Knorr. Allí, aplicamos el riego por goteo que mejora el rendimiento y es un ciclo virtuoso perfecto. Mejora el rendimiento en un 25%. Es solo un ejemplo.


Uno de los preceptos que tomamos cuando lanzamos el Plan fue decir esto no le puede salir más caro a las personas. Que las personas tengan que pagar por lo que es la obligación de uno es inmoral.


Lo que hemos descubierto fue que la sustentabilidad provoca ahorros importantísimos y hace más eficiente toda la cadena. Desde el laboratorio con productos impactados, comprimidos, concentrado logramos una reducción de producción en el costo y en el impacto ambiental.


HC: Como empresa de energía y de servicios públicos nuestros ejes fundamentales están, por un lado, en el uso responsable del gas natural tanto desde el punto de vista del ahorro como también del conocimiento de los clientes en cuanto a los derechos y deberes que tienen. La otra línea es la cadena de valor en el sentido amplio. La capacitación e inspiración de todos lo que son los propios códigos que aplicamos como el ético y el de derechos humanos. También ntendemos por cadena de valor la cantidad de pequeñas y medianas empresas a nivel país y les damos capacitación para poder ser mejores, desde 2001 con el programa Primera exportación.
La otra línea es negocios inclusivos. Creemos que está alineado con nuestro negocio. Favorecer el acceso a la infraestructura para aquellas familias que no tienen la posibilidad.
Hay un tema no menor la capacidad como empresarios de poder incidir en políticas públicas y hacer oir nuestra voz para que la sustentabilidad vaya permeando en la sociedad.

- ¿Cuánto les parece que están impactando estas tendencias?
HC: El recorrido de los últimos años es interesante, aunque hay un amplio margen para avanzar y ahí hay un actor fundamental que es el gobierno, que tiene que dar marcos internos adecuados. Y creo que en los últimos años eso ha fracasado y tenemos expectativas de que con las nuevas administraciones (nacional, provincial, municipal) vayan dando los entornos adecuados, en ese sentido podemos ir avanzando en forma más rápida.
En el CEADS, por ejemplo, en 2009 éramos 38 empresas. Hoy somos 85. Esto da una pauta de que las grandes empresas están adoptando los criterios de sustentabilidad. Hay un trabajo muy grande para hacer a nivel de pequeñas y medianas.
MK: Hace unos años parecíamos islotes y ahora somos más un continente que se va juntando. Creemos en un rol preponderante de las empresas por el alcance que tenemos todas juntas o solas. Unilever llega a 2.000 millones de personas todos los días con al menos un producto. Entonces, esto nos da una responsabilidad, pero también la posibilidad de hacer cambios importantes que cuando nos multiplicamos con alianzas con gobierno y tercer sector son aún más importantes.

- ¿Cuáles son los frenos donde la cosa falla, dónde se hace difícil?
JM: El mayor tema es que muchas empresas piensan que no es negocio. Que es mayor costo o que pierden mercado. Creo que la mayoría tiene miedo de perder negocio y no ven que en realidad generan más negocios.
GVB: Programas como el de Valor, que ayuda a incluir a toda la cadena tienen una función fundamental. Nosotros debemos ser los iniciadores y convencer para que sea un efecto cascada.
AF: Este tipo de iniciativas de AmCham son muy importantes. La reputación de las empresas es cada vez más importante. Cuando termina la cadena donde el consumidor elige es todo un trabajo de reputación que el primer impacto, el mayor, es interno. La gente se siente mejor trabajando para una empresa sustentable. Y en un mundo donde el talento va a estar cada vez en esas empresas, tener una buena reputación hará que otros, aunque sea por necesidad, se sumen. Y si además, mejora el bottom line ni que hablar
HC: Creo que la empresa como institución del capitalismo debe hacer algo o es muy difícil que el capitalismo por si mismo nos lleve a un mundo más sustentable. Las empresas tienen que hacer frente a los grandes desafíos globales y comprometerse. Ahora, ¿cuáles son las barreras? En nuestro país, en particular, insisto en el rol de los gobiernos, de la administración pública. Creo que pueden llegar a ser barrera o impulsores y deben ser estos último dando marcos adecuados. Pero, también la barrera somos los propios dirigentes empresarios. Es decir, los desafíos desde el año 92, cuando el sector se compromete con los temas ambientales y sociales, siguen siendo básicamente los mismos. Y hemos sido incapaces de dar un camino de solución. Ha habido mejoras. No obstante, los niveles de pobreza a nivel mundial siguen siendo escandalosos. Los temas del cambio climático siguen siendo escandalosos. Y la relación entre pobreza y emergencias es directa.

- Fuera de ámbitos específicos, ¿se habla de sustentabilidad?
HC: En general, si no es un tema específico de agenda no aflora. En los eventos sobre el tema, en general, no ves a ningún CEO. Van los gerentes de responsabilidad, los de comunicación. Y otro elemento son las escuelas de negocios. El tema de la sustentabilidad no es aún central, ni cruza toda la currícula.
JM: La sensibilidad aquí en el país es baja. Viví en varios países y de todos creo que la Argentina tiene la sensibilidad más baja en estos temas de cuidado de medio ambiente. Y creo que como empresas, como impulsores vamos a fracasar si no se logra cambiar la educación y la sensibilidad de la población. Y no es un tema de pobreza. Puedo ser pobre y no necesito tirar los embalajes a la calle. Es pura educación. Puedo separar basura independientemente de si soy rico o pobre. Creo, además, que fracasó el sistema educativo social en el país. Si no se acompaña con una fuerte campaña educativa por todos los medios no vamos a tener el efecto que queremos.
MK: Sin embargo, algo pasa. Por mi trabajo, tengo contacto con consumidores, cruzamos todos los niveles socioeconómicos y hay un incremento claro de que le piden a las compañías y a las marcas el concepto de sustentabilidad. Que después no se comporte sustentablemente es otra cosa.
Yo soy un poco más optimistas, porque para sobrevivir las compañías vamos a tener que ser sí o sí sustentables. Es una licencia para operar. Todavía no oficial pero sin duda la gente tiene un poder de decisión que antes no lo tenía. Hay sociedades más avanzadas que otras, pero los más jóvenes son mucho más agresivos. Es una cuestión de tiempo.
Y creo que los aceleradores tienen que ver con los marcos regulatorios. Si la compañía sola quiere trabajar bien sin un marco que regule, sin el Estado que trabaje mano a mano pensado en el largo plazo va a tardar más. Si mañana hubiera un incentivo para que los productos sean concentrados, por ejemplo, por supuesto que todos harían mucho más.

- ¿La clase empresaria no podría dar un impulso al sector público?
AF: No sé si es un tema de conversación en las cámaras empresarias. Creo que no. Como normalmente se va a la administración pública con temas de las cámaras y no individuales lo que dificulta es que todavía a los empresarios, en general, no les aprieta tanto el zapato para que sea eso lo que se le plantee al poder público.
LT: Hay un tema por parte nuestra, un foco en la cadena de valor a través de las PyMEs. Hay un desafío en llevar a convertir su gestión en una gestión sustentable. Y que la calificación de las empresas también pase por ahí. Y nosotros tenemos una gran responsabilidad en poder guíar este trabajo. Pero la informalidad es una barrera.
GVB: Parte del secreto es la educación. Si buscamos que sea a largo plazo, la sustentabilidad la tienen que tener incorporada los chicos del colegio primario.
Tendríamos que encontrar una llave, como sector privado, que ya tenemos tantas políticas podemos acercarnos a transformar esto en políticas públicas.
Realmente tenemos que crear generaciones sustentables y no solo a través de los productos individuales de cada uno.
AD: Un proceso transformador como se pretende no puede estar sustentado por casos aislados. Cualquier proceso de cambio requiere que entre los líderes, los políticos deberían ser los principales, tienen que interpretar que es un fenémeno de la sociedad per se. Yo creo que ese es el gran problema: no etá puesto en una agenda común nacional el problema de las PyMes. Como vas a trabajar en un proceso de sustentabilidad cuando tenés un 38 por ciento de informalidad previsional y un 41 por ciento de informalidad fiscal. Es casi inviable y ese es un modelo estructural que en la Argentina funcionó durante muchos años.
LT: Es que si no transferís la barrera de la sustentabilidad económica nunca empezás a avanzar. De ahí, que las PyMes, al no poder avanzar en temas de formalidad, ni siquiera puedan empezar a hablar.
AD: Tiene que ser de agenda pública porque los fenómenos de transformación no lo vamos hacer 60 o 90 empresas que obviamente son las multinacionales las que tienen recursos económicos. Tiene que ser una agenda social, política, empresarial.

- ¿Hay indicios de que esto vaya a cambiar?
MK: Debería, pero no, indicios todavía no tenemos.
HC: Posiblemente las expectativas sean más optimistas. Pero si hablamos de expectativas para este gobierno ya nos estamos equivocando. Estos procesos llevan mucho tiempo y lo importante es que se den pasos que se vayan consolidando.
Un tema fundamental, que al sector empresario a veces asusta, la regulación. Y tenemos que incidir porque en muchos temas la regulación va a venir y va a venir hecha por políticos y la incidencia prudente y positiva de la voz del empresariado no va a estar contemplada y posiblemente después las regulaciones van a ser incumplibles.
MK: No tengo dudas de que el mundo va a ser más regulado.

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