Precursores de la cuarta R, la de reparar
Encuentros mensuales de arreglos colectivos fue la respuesta de dos emprendedoras al problema de generación de residuos. Así idearon espacios con herramientas y materiales para que los vecinos puedan recomponer sus objetos con ayuda de otros.
Cada argentino tira en promedio, 7 kilos de residuos electrónicos por año, entre celulares, partes de computadoras, televisores y otros electrodomésticos. La cultura del descarte, sumada a la presión de la carrera tecnológica y la "obsolescencia programada" que practican las empresas al fabricar sus productos electrónicos "con fecha de vencimiento", están generando un problema global de proporciones descomunales. Según datos de la Universidad de las Naciones Unidas, el volumen de residuos electrónicos superó las 40.000 kilotoneladas (cada una equivalente a 1.000 toneladas) en 2014, y continúa en ascenso.
Desde la ONG "Artículo 41", que refiere al artículo de la Constitución Nacional que establece el "derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado", Melina Scioli, consultora en Sustentabilidad, y Marina Pla, diseñadora gráfica, venían trabajando desde hace algunos años en la problemática de la generación de residuos. Y se convencieron de que "más allá de reciclar, reducir y reutilizar, una cuarta R, la de reparar, es la forma más eficiente de frenar el crecimiento de la basura. Al mismo tiempo, notaban que los reparadores barriales iban desapareciendo. Entonces se propusieron crear un espacio con herramientas y materiales para que los vecinos pudiesen reparar sus objetos con la ayuda de otros, y el asesoramiento de profesionales. Así, en noviembre del año pasado, organizaron a través de las redes sociales la primera reunión del Club de Reparadores en el parque Lezama de la ciudad de Buenos Aires.
Desde entonces, vienen realizando un encuentro mensual en distintas localidades del país, y en julio de este año llegaron a Brooklyn, Nueva York, invitados por una cooperativa local de recicladores urbanos (SureWeCan), para hacer el primer evento de reparación colectivo en la Gran Manzana. "Nos pidieron llevar nuestra experiencia, ya que quieren replicar el modelo allí. En otros países existen estas iniciativas, pero focalizadas exclusivamente en aparatos electrónicos", cuenta Melina, y aclara que pese a su apellido, no es pariente del ex gobernador y candidato presidencial. En el caso argentino, se incluyen múltiples rubros. Además de electrodomésticos, se pueden llevar artículos de bazar, ropa y zapatos. Periódicamente se agregan rubros especiales como: juguetes y bicicletas (en este caso se hicieron en cercanía del día del niño y se donaron los objetos reparados), instrumentos musicales, y también un especial de "impresión de repuestos con tecnología 3D".
"Entre los objetos más reparados están los auriculares, lámparas, camisas, pantalones y mochilas", afirma la organizadora. Por otra parte, en paralelo con cada convocatoria, se lleva a cabo un relevamiento de services y locales de reparación barriales, y se genera una guía online gratuita con los contactos. "Durante los encuentros nadie cobra ni paga por las reparaciones. Es gratuito y voluntario, y lo mejor de todo es el intercambio que se da entre grupos de vecinos, y la satisfacción de aprender a arreglar uno mismo los objetos", asegura Melina. "Con esto intentamos promover el consumo colaborativo, y revalorizar viejos oficios, pero conciliándolos con las nuevas tecnologías, como es la impresión 3D".
Más allá de las reuniones del Club de Reparadores, la iniciativa busca generar conciencia y un cambio normativo. "Países como Suecia y Noruega se encuentran muy avanzados en este terreno, y están promoviendo regulaciones para evitar la obsolescencia programada: obligar a las empresas a que fabriquen productos que puedan abrirse y repararse (algo que en los celulares más modernos no es posible, y esto provoca que, al deteriorarse o extinguirse la batería, haya que cambiar todo el equipo), y a que aseguren la disponibilidad de repuestos y capaciten a los reparadores profesionales", dice Scioli.
Reparar en lugar de descartar, tiene múltiples ventajas: es una forma de ahorrar porque suele costar menos que comprar un objeto nuevo, especialmente si es uno mismo quien lo repara y extiende la vida útil de las cosas evitando que se conviertan en residuos. Asímismo, es más eficiente que reciclar porque extiende la vida útil de las cosas, en lugar de reconvertirlas en materias primas (lo que muchas veces implica un consumo de agua, energía y otros recursos). Además, al juntarse con otras personas a intercambiar conocimientos y ayudarse mutuamente a reparar cosas, se crean nuevos lazos y se aprenden cosas nuevas.
Identikit
- Nombre: Club de Reparadores- Fundación: Noviembre de 2015
- Misión: organizan eventos itinerantes de "reparación colectiva", en los que se comparten conocimientos y herramientas para poder reparar objetos que de otra forma se descartarían.
- Próxima edición: 22 de Octubre en VitnikLab, Córdoba
- Contacto: www.facebook.com/ClubDeReparadores/
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