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¿La sustentabilidad es una encrucijada?

Los viajes siempre son un buen recurso para abrir la mente, y conocer un poco más acerca de la inmensidad del mundo. Si tuviéramos que embarcarnos en un recorrido por el océano, podríamos descubrir varios lugares interesantes, cada uno con sus características, lo cual hace única a la geografía y sus particularidades. En este sentido, si nos dirigiéramos hacia el norte, encontraríamos una especie de "desierto marítimo", carente de viento y particularmente reconocido por su calma: el "mar de los Sargazos". Esta zona era respetada y hasta temida, incluso por los más experimentados marineros, ya que ingresar en esa zona les impedía avanzar en su viaje.

¿Qué rescato de esta metáfora? El paralelismo que me permite establecer con la situación que, a mi modo de ver, atravesamos quienes tenemos la responsabilidad de promover la Sustentabilidad como modo de organización. Observo hoy, en estos tiempos, un viaje en el cual damos vueltas en círculos, dentro de este mar, donde no tenemos vientos que nos impulsen para seguir avanzando, impidiendo darle curso al largo recorrido de la sustentabilidad.

Es innegable que en los últimos años hubo grandes avances en la materia y un mayor conocimiento por parte del sector privado, público y también de la comunidad; lo que ha permitido el desarrollo de estrategias para minimizar el impacto en los distintos ámbitos de acción. Pero sin dudas, todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo: trabajar en una matriz universal de medición que permita la estandarización de los mecanismos de reporte (GRI, Pacto Global, Norma ISO, entre otros). Otra tarea pendiente: profundizar la transversalidad de las prácticas sustentables en toda la organización, así como la construcción de valor desde la comunicación interna para todos sus integrantes, comprometiéndolos e involucrándolos activamente. También es imperante lograr una mayor integración de las pequeñas y medianas empresas a la cadena de valor; y por último, fortalecer la articulación público-privada, para generar nuevas sinergias de trabajo conjunto. Además, es necesario establecer nuevas metas, fijar objetivos y planificar lo que se vendrá con el propósito de reinventar este "modo de ser y hacer", que trasciende los aspectos básicos de una organización y contribuye con el entorno y sus distintas necesidades.

Desde nuestra experiencia, sabemos que uno de los desafíos más grandes es trabajar y reforzar lo que implica SER sustentable: entenderlo como un todo, como una ventaja competitiva donde cada eje de acción económico, social, ambiental es necesario para una gestión exitosa y transformar ese concepto etéreo en acciones concretas y en una herramienta estratégica de desarrollo.

Estoy convencido que desde el sector privado, debemos ser uno de los impulsores de este cambio, de promover las buenas prácticas, de encontrar socios estratégicos, de generar "contagio" con pequeñas acciones. Solo de esa manera, podremos avanzar en la sustentabilidad y rescatarla del "Mar de los Sargazos".

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